Filosofía de vida

Carlos Mateo Balmelli

Fragmento

Corporativa

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Penguin Random House

A Javier Navarro, Félix Piris Da Motta, José Antonio Alonso Navarro y Jorge Flor (†) por haberme instado a iniciar y terminar este libro.

“Tienes que querer quemarte a ti mismo en tu propia llama:

¡Cómo te renovarías si antes no te hubieses convertido en ceniza!...

Vete con tus lágrimas a tu soledad, hermano mío. Yo amo a aquel que quiere crear algo superior a él, y en este empeño sucumbe”.

FRIEDRICH NIETZSCHE.
“Del camino del creador”,
en Así habló Zaratustra

“El ocaso no es lo mismo que acabar.

Cada ocaso permanece escondido en el comienzo”.

MARTIN HEIDEGGER

PRÓLOGO

Quiero darle un barniz de eternidad a mi vida; este no es un deseo insignificante. El libro que el lector tiene en sus manos es de género híbrido. A lo que más se asemeja es a una autobiografía fraudulenta. La naturaleza indubitable de lo que se relatará no posee el aval de ningún liceo de historia, como tampoco los hechos están registrados en los anales policiales. Empecé a escribir guiado por la necesidad creadora. Presentí que a mi desierto le caería la noche como una segunda noche, se estaba haciendo tarde, tenía que clausurar el penúltimo capítulo de mi vida.

Fastidiaría al lector con la historia de mi vida a secas, ya que no hay nada extraordinario que revelar. Quizás, haya sido tímido y perezoso en los momentos de grandeza pero, por ventura, puedo celebrar que no cabalgaron sobre mí los corceles del Apocalipsis. La referencia a mis datos biográficos, mis lecturas, mis viajes y mis impresiones se hará en función de lo que persigue esta obra: unos desgloses de hechos, situaciones e ideas que, juzgo, moldearon y seguirán moldeando mi existencia y la de muchos otros. Si logro establecer un diálogo edificante entre el lector y la obra, habré cumplido con el objetivo que me he trazado.

Verteré mis extenuadas esperanzas y mi irrecusable voluntad de vivir. Desgranaré mi biografía, que se irá desvaneciendo como el cuerpo de la vela se consume para que las llamas alcancen su plenitud verdadera. Será incontenible el deseo de relatar las situaciones inusuales que me sucedieron, aunque esto conlleve poner mi corazón al desnudo.

Soy un hombre, nada de lo humano me es ajeno; personas profundas y singulares despedazaron mi coraza afectiva. Espabilé de mi duermevela cuando deseé halagar el cuerpo de la mujer. En un período, la contemplación me restringió a la fascinación y a la pasividad. Me acomodé a la vida inerte como el corazón que intuye que no hay desgarramiento en la quietud. Schiller tenía razón, el desafío consiste en transformar los sentimientos en carácter.

La magia de la vida reposa en un misterio insondable y se revela turbia y tibia en el dolor. La certidumbre de la muerte alimenta el hambre del filósofo. Filosofar significa aprender a morir. Filosofía de vida será un inventario de momentos tumultuosos, de angustias irresueltas y de personas que me demostraron que, donde hay ternura, hay belleza.

PRIMERA PARTE

LA PREPARACIÓN

1. UN VIAJE ESPIRITUAL

Transcurría el mes de junio de 1974; mis padres habían decidido pasar una semana en Buenos Aires. Cuando nos comunicaron las buenas nuevas, se encendieron mis ganas de viajar, deseaba caminar por las

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