Belleza radical

Deepak Chopra
Kimberly Snyder

Fragmento

Belleza radical

INTRODUCCIÓN

BELLEZA RADICAL: UN CAMBIO EN TU REALIDAD PERSONAL

Eres una flor silvestre, una belleza única. En cada alma se encuentra la huella de la gracia de Dios. En ninguna parte del mundo existe otro exactamente igual a ti. ¡Puedes sentirte orgulloso de eso!

PARAMAHANSA YOGANANDA

La siguiente escena se repite mil veces al día en algún lugar de Estados Unidos. Quizá tú misma hayas participado en ella. Dos mujeres se detienen en el mostrador de cosméticos de una gran tienda departamental, atraídas por un vendedor que les ofrece la última maravilla de base o crema facial, o bien ambas se vieron a sí mismas en el espejo que está sobre el mostrador.

Una de ellas tiene 23 años y está en el apogeo de su apariencia juvenil, pero frunce el ceño cuando se mira en el espejo. Le parece que su pelo no luce muy bien; quizá sea culpa del nuevo estilista que se lo arregló. Su piel se ve opaca y desde que comenzó a leer semanarios comenzaron a disgustarle sus pestañas delgadas y su cuello, que no es largo, delgado ni glamoroso. La joven suspira, se sienta y solicita una prueba del nuevo producto. Como sea, a ella todavía la divierte el juego de la belleza, y sólo pasan unos minutos antes de que comience a probar con ansias otros productos de moda.

La otra mujer está sentada en un banco cercano. Tiene poco más de 40 años y mira a la otra por el rabillo del ojo, con envidia. Tan fresca, tan intacta por la edad. Al mirarse en el espejo, capta cada defecto, cada arruga que comienza a aparecer, ya sea real o imaginaria. Para ella el trabajo consiste en seguir viéndose aceptable, ya no digamos hermosa. Necesita cualquier tipo de productos para dejar de sentirse insegura.

Ésta es una escena que deseamos abolir de tu vida y de la de cualquier mujer, de cualquier edad, quien dedique tiempo, energía y emoción en busca de la belleza. Deseamos que nunca te vuelvas a sentir insegura en cuanto a tu aspecto. Para la mayoría de las mujeres, sentirse hermosa se conecta con sentirse digna de ser amada y deseable. También queremos que dejes de sentirte insegura por estas dos cosas. La belleza, el amor y resultar deseable te pertenecen y puedes poseerlas en forma natural: te lo prometemos. Te espera un gran viaje que restaurará tu belleza natural y encenderá de nuevo la luz interior que emana de todo niño, pero que por algún motivo se ha atenuado con el paso de los años. La que se ha desvanecido no es tu belleza, pues ésta siempre será tu derecho de nacimiento. Lo que se ha desvanecido es tu optimismo, la confianza en ti misma yla sensación de control. Este libro te mostrará cómo restaurarlos, y entonces la luz de la belleza se reencenderá por sí misma, de manera natural y para el resto de tu vida.

¿Qué es la belleza?

El viaje hacia la Belleza Radical comienza con la pregunta más elemental: ¿qué es la belleza? Sentimos que una nueva definición es en extremo necesaria, y la sociedad está lista para ella. La belleza no es algo extraño. Estamos obsesionados con ella de varios modos.

Conforme te mueves en tu vida diaria, de manera inevitable encuentras la palabra belleza. Si levantas la mirada cuando vas de compras a la farmacia, encontrarás múltiples islas apiladas con productos que, según afirman, te volverán más atractiva. Existe un sinnúmero de revistas y sitios de internet dedicados a la belleza y que nos enseñan diferentes formas de perder peso, escoger el lápiz labial perfecto, maquillar los ojos humeantes igual que las celebridades y copiar la última moda en peinados. Si te detienes y observas nuestra cultura, pareciera que el concepto de belleza fuera muy importante. Pero ¿qué es exactamente la belleza? Y cuando piensas en esa palabra, ¿qué significa para ti?

Los medios convencionales nos bombardean con imágenes y mensajes acerca de la belleza cuya finalidad es vender productos. Si crees lo que éstos dicen, quizá te inclines a pensar que la belleza se define por lo externo; por ejemplo, contar con rasgos faciales formados “a la perfección”, un peinado a la moda y una figura que se adapta a la expresión actual de belleza idealizada —como estar tan delgado como un lápiz y tener un trasero perfecto y redondo—. Si no posees estas cualidades “hermosas” por naturaleza, te han hecho creer que el camino principal para apuntalar tu belleza consiste en llenar tus cajones con maquillaje y productos de cuidado para la piel mientras te acicalas el cabello con luces, peinados de secadora y tratamientos químicos de alaciado. Quizá también te parezca esencial invertir una cantidad considerable de horas en el gimnasio, experimentando con el nuevo entrenamiento para lograr una figura perfecta. Nos han enseñado a creer que, cuando se trata de productos, tratamientos y entrenamientos, más significa mejores resultados y, por lo tanto, mayor belleza.

Por desgracia, tal definición de belleza sólo se refiere a la imagen. No hay nada nuevo para definir la belleza en forma externa. Es el equivalente de las calorías vacías: al principio parecen atractivas y al final terminas con una sensación de insatisfacción. Las características específicas de aquello considerado como bello cambian conforme una moda se disipa para que llegue otra, pero hay una constante: nuestra fascinación por la belleza. La gente la ha apreciado e intentado alcanzarla por siglos, desde las civilizaciones humanas más tempranas. Los antiguos egipcios y babilonios usaban primitivos delineadores de kohl para dramatizar los ojos. En la Grecia clásica las mujeres se aplicaban rubor de frambuesas para resaltar las mejillas. Se han descubierto imágenes de mujeres con piel de porcelana y cabello alaciado pintadas en centenarios rollos de papel arroz provenientes de Asia.

Mientras que la forma y el tamaño de los rasgos idealizados varían en cada cultura, tienden a existir algunas creencias comunes acerca de la belleza. En primer lugar está la idea de que la belleza es un lujo limitado y fugaz, como si ser hermosa sólo estuviera reservado para las jóvenes y un pequeño sector de la población con genes excepcionales. Otra convicción adoptada con amplitud en muchas culturas es que se trata de un fenómeno relativo, lo cual significa que se mide en comparación con los demás. El cabello o los ojos de una mujer se consideran hermosos sólo si lo son en mayor medida que los de otra mujer. Esta idea perpetúa la desafortunada e innecesaria rivalidad que aún es muy común entre mujeres.

Un nuevo enfoque: la Belleza Radical

En el siglo XXI todos necesitamos un nuevo concepto respecto a la auténtica belleza. Para los dos autores de este libro, se trata de algo que nos gusta llamar Belleza Radical. ¿Qué significa esto? La Belleza Radical no tiene nada que ver con el maquillaje actual, con las modas fugaces ni con las comparaciones inseguras respecto a otras mujeres. La Belleza Radical se extiende más allá de lo físico y engloba todas las partes de tu ser interior y exterior. Existe de manera universal y al mismo tiempo es por completo única para ti. Nutre y resalta tu magnetismo y tu confianza, tu vitalidad y tu salud en general, desde tus tejidos corporales hasta tus partes externas y visibles. Cuando alcanzas

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