¿Ciudadaniqué?

Rodrigo Mayorga

Fragmento

¿Cuántos significados tene la palabra «ciudadanía»?

¿Cuántos sig nificados tene

la palabra «ciudadanía»?

Imagina que vas de regreso a tu hogar desde el colegio. Ha sido un largo y caluroso día de clases, por lo que decides parar en un quiosco para comprarte una bebida. Mientras esperas que el quiosquero te entregue el vuelto te pones a ojear las revistas y los periódicos a la venta. Entre cómics de Batman y libros de autoayuda, el titular de un diario llama tu atención:

«EN EL PLEBISCITO DEL DÍA DE AYER,

LA CIUDADANÍA SE MANIFESTÓ CONTUNDENTEMENTE

EN CONTRA DE LA PROPUESTA DEL GOBIERNO»

Mientas te tomas tu bebida piensas en esa palabra. Ciudadanía. Considerando el contexto del titular, supones que se refiere a un grupo grande de personas. No es que le des muchas vueltas: seamos honestos, probablemente te preocupa más la prueba del día siguiente, los últimos skins de Fortnite o qué película vas a ver con tus amistades el fin de semana. No vuelves a pensar en el tema hasta esa misma noche cuando, al usar tu celular, aparece una noticia. Antes de que puedas quejarte por toda la publicidad que hay en las redes sociales, tu atención se va a lo que esta dice:

«POR GRAVES DELITOS CONTRA EL PAÍS, EL CONGRESO

DECIDIÓ QUITARLE LA CIUDADANÍA A TODOS QUIENES

PARTICIPARON DE LA OPERACIÓN DE ESPIONAJE»

«Esperen, algo no calza aquí», piensas. «¿No se suponía que la ciudadanía era un grupo grande de personas? ¿Cómo se la van a quitar a los espías, entonces? ¿Acaso ellos tenían un grupo grande de personas a su cargo? ¡Pésimos espías! Todos saben que su trabajo es pasar desapercibidos, obvio que los iban a pillar si lideraban a un grupo grande». Probablemente esto último es lo que más te deja pensando (sé que sería lo que me quedaría dando vueltas a mí).

Al día siguiente, vas a clases como de costumbre. Sigues sin entender lo de los espías poco eficientes, así que no pones mucha atención a las palabras de tu profesora jefe. Hasta que, de pronto, una frase que sale de sus labios interrumpe tus reflexiones:

«En el contexto que estamos viviendo, es importante

que demostremos nuestra ciudadanía cada día, por

ejemplo, preocupándonos de los problemas de los demás

o manteniendo la sala limpia...»

Sí, lo sé, debes sentir mucha confusión: ¿qué tiene que ver mantener la sala limpia con ese grupo grande de personas del titular del periódico? Y si la ciudadanía se relaciona con preocuparse de los problemas de los demás significa que, si te la quitan, como a los espías, ¿ya no tienes que pensar en nadie más aparte de ti mismo? Seguro en ese momento estarías por caer en la tentación de decirle a tu profesora: «¡Basta! Esto de la ciudadanía es demasiado complicado y no se entiende nada. Me rindo».

Por eso, para no rendirte, tienes este libro entre tus manos.

Aprovecho este momento para presentarme: mi nombre es Rodrigo Mayorga, soy historiador, profesor y antropólogo. La educación ciudadana es una de mis pasiones y por eso también soy el autor de este libro, que busca ayudarte a responder algunas de esas preguntas que estos temas siempre generan. Piensa en mí como una especie de guía de museo que va apuntando a ciertos objetos y haciendo uno que otro chiste fome, pero que no es el centro de la exhibición. Estoy aquí para hacer que esta experiencia sea lo más provechosa posible. Para eso, partamos desde el principio.

La primera razón para la confusión anterior es que la palabra «ciudadanía» no tiene un solo significado. De hecho, si vas al diccionario de la Real Academia de la Lengua Española (RE), descubrirás que posee al menos tres:

¿Crees poder conectar el titular del diario, la noticia de redes sociales y las palabras de tu profesora con cada una de las definiciones de «ciudadanía» que entrega el diccionario de la RE? Vuelve a las páginas anteriores y haz el ejercicio antes de seguir. No te preocupes, tómate el tiempo que quieras: esto es un libro y no necesitas dejarlo en pausa. Cuando termines y decidas continuar, seguiremos aquí mismo.

La «cualidad» del ciudadano: los derechos y los deberes

La «cualidad» del ciudadano: los derechos y los deberes

¿Ves? Te dije que seguiríamos aquí cuando volvieras. ¿Cómo te fue con ese ejercicio? ¿Conectaste el titular del diario con la segunda definición de la RE, la noticia de redes sociales con la primera y las palabras de tu profesora con la tercera? Si así fue, ¡felicitaciones! Y si no, despreocúpate, que recién vamos en el primer capítulo, así que nadie espera que manejes todo a la perfección.

Lo importante es que puedas ver que en el titular del diario se habla de «ciudadanía» como un grupo de gente; en este caso, uno que fue a votar a un plebiscito para tomar una decisión colectiva.

En cambio, en las palabras de tu profesora se usa «ciudadanía» como un comportamiento positivo; específicamente aquel que se relaciona con ser un buen ciudadano o ciudadana.

Finalmente, en la noticia de las redes sociales se entiende «ciudadanía» como una cualidad que poseen una o más personas y que, por lo mismo, se les puede quitar en ciertos contextos y situaciones. Esta última definición —cualidad y derecho de ciudadano— es la que más utilizaremos en este libro, así que profundicemos un poco en ella.

Una cualidad es algo que caracteriza a una persona u objeto. Piensa, por ejemplo, en una roca: dentro de sus cualidades está el ser sólida, fría y compacta. Estas cualidades nos permiten diferenciar a la roca de, por ejemplo, una nube (que no es sólida), una estrella (que no es fría) o una pokebola (que no es compacta sino hueca, o no podría llevar un Pikachu dentro). Cuando decimos que la ciudadanía es la «cualidad del ciudadano» estamos diciendo, entonces, que todos los ciudadanos y ciudadanas comparten esta característica en común.

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