La dictadura

Jorge Marcos Baradit Morales

Fragmento

La dictadura no es en sentido estricto una historia secreta de Chile. Es más bien un fantasma incómodo, una gran herida a lo largo del país. Un conjunto de fragmentos y versiones contradictorias leídas en la penumbra. A nivel general, no tenemos tan claro cómo ocurrió todo, salvo tres o cuatro frases panfletarias de un lado y del otro. Tampoco sabemos con nitidez quiénes fueron los responsables y qué tanto del discurso hasta ahora consensuado es cierto.

¿Qué pasó realmente antes del 11 de septiembre y quiénes fueron las mentes detrás de los Hawker Hunter? ¿Cómo se llegó desde la idea de un golpe de fuerza, inspirado en una moral nacionalista, hasta la locura de dinamitar cadáveres para hacer desaparecer a los adversarios políticos? ¿Cómo el Ejército, pagado por todos los chilenos, se volvió en contra de su propio pueblo y lo mantuvo cautivo durante dieciséis años a punta de fusil, horror y sangre de sus compatriotas?

¿Cómo es posible que algunos ciudadanos hayan delatado a vecinos, e incluso a amigos, sabiendo que la denuncia podía acarrearles la muerte? ¿Qué pasa por la mente de una cantidad no menor de chilenos que hasta hoy consideran que no solo estuvo bien matar a miles de compatriotas, sino que además faltaron más por eliminar? ¿Qué ocurrió durante la dictadura que desató una furia psicópata, una crueldad inhumana y mecanismos de persecución, asesinato y ensañamiento a niveles nunca antes vistos en nuestra historia, arrojados sin control sobre hombres, mujeres, incluso embarazadas, ancianos y niños? ¿Fue la dictadura una maldad necesaria para estabilizar el país después del desorden vivido durante el gobierno de Allende? ¿O fue un golpe planeado de antemano para simplemente hacerse del poder, sin ningún contrapeso, frente a la primera amenaza histórica real a las elites? ¿Cómo es posible que después del horror vivido por un porcentaje enorme del país, haya un sector que todavía espere que la otra parte olvide, cierre los ojos de su memoria y siga adelante «mirando SOLO hacia el futuro»? O aún peor, que comiencen a negar que toda esta vorágine ocurrió.

Esta hecatombe que fracturó nuestra historia fue mucho más que solo una toma ilegítima del poder por parte de los militares. Fue una verdadera lucha de clases donde la elite de nuestro país sembró el terror acusando a Allende de querer instalar una dictadura proletaria, suprimir las libertades, cambiar la economía del país, forzar la instalación de una ideología única y buscarlo a través de la lucha armada. Cuando al final, quienes sí hicieron todo aquello fueron los que tomaron el poder por la fuerza el 11 de septiembre de 1973.

Pinochet encabezó la vía armada al neoliberalismo, eliminó las libertades civiles y llevó adelante una dictadura que instaló una ideología del terror durante dieciséis años.

Cuando un evento favorece a un grupo en desmedro de otro, cuando las partes representan formas tan distintas de ver el mundo, se producen relatos contrapuestos que incluso pueden llegar a acusarse mutuamente de tergiversar los hechos.

Mi crónica está basada en la experiencia de aquellos que tuvieron miedo y fueron vencidos; es la historia de mi familia y quizá, también, de la tuya. Es un relato cierto, como cualquier otro, porque a fin de cuentas la historia no es una, sino la suma de varias. Acá no hay champañazos en la tarde del 11, ni éxito económico ni beneficios. Hay sangre, fuego y lágrimas.

Espero que este libro sea un aporte tanto para aquellos más cercanos a mi historia, como para los que no vivieron esa derrota; quizás a través de esta lectura puedan acercarse a comprender lo que vivimos los que estábamos del otro lado; quizás así puedan empatizar con una mayoría que soñó con un Chile más igualitario y terminó viviendo una pesadilla lacerante; quizá, después de años, entiendan por qué es tan importante hablar de esta historia una y otra vez, como un niño dañado que en el psicólogo necesita recordar, relatar, aclarar cada detalle. Porque solo después de entenderlo todo, hasta la última esquina, sin esconder nada, podremos comenzar a superar una pesadilla de la que aún no despertamos, con dolores, heridas abiertas, cadáveres y tumbas pendientes.

Muchos en este país aún somos como un Hamlet llorando por el asesinato de nuestro padre cuarenta y cinco años después, con la sombra del usurpador aún en el trono. Este libro es el relato de una tragedia. No me fue fácil escribirlo, ha sido muy doloroso. Espero que sea un aporte para que valoremos en su justo peso el valle de sombras por el que pasamos muchos en nuestro país, porque estoy convencido de que no hay otra forma de construir futuro sino teniendo un ojo bien puesto en el pasado; de lo contrario, estaremos condenando a nuestros hijos y nietos a cometer los mismos errores, una y otra vez.

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