Mindfulness en la era del miedo y la ansiedad

Clara Badino

Fragmento

Qué es Mindfulness y por qué
lo necesitamos

Le propongo un experimento. A medida que lee estas líneas, pregúntese —como quien no quiere la cosa— qué está haciendo su mente. ¿Está tranquila y concentrada? ¿Curiosa por saber qué tendrá para enseñarle este libro? ¿Inquieta y apurada, ansiando llegar rápido al punto para poder seguir con la próxima asignatura? Acaso esté deseando algo: un café, un descanso, una siesta, un poco de compañía. O por ahí está molesta con algo que ocurrió, algo que alguien dijo, y aunque ya casi no lo recuerda, es posible que una nube negra ensombrezca en este momento sus pensamientos.

Y su cuerpo, ¿cómo está? ¿Tenso, rígido, alerta? ¿Relajado y distendido? ¿Cuán cómoda es la posición que eligió para la lectura? ¿La eligió?

Último, pero no menos importante, ¿cómo está respirando? Ante este interrogante, quizás se pregunte si hay más de una forma de respirar. Y la respuesta será: tantas como personas en el mundo, y como momentos en que se haga la pregunta. Entonces, observe: ¿es pausada y tranquila? ¿Es rápida, entrecortada? ¿Profunda? ¿Superficial? ¿Pareja en tiempos de inhalación o exhalación? ¿Proclive a retener el aire entre una y otra?

Este reconocimiento interno de vivencias, este detenerse, observar sin juicios, estar donde uno está, pura y simplemente ser, es el corazón palpitante de la sencilla pero revolucionaria práctica llamada Mindfulness, y es la propuesta de este libro.

Sencilla, porque no pide de nosotros nada complicado ni sofisticado. No requiere de un equipamiento especial, un lugar particular para realizarla ni una condición física determinada. Y revolucionaria, porque puede transformar nada menos que la forma de percibir el mundo y vivir la vida.

Sin embargo, voy a ser clara y sincera: sencilla no significa fácil.

¿Por qué? Veamos.

La cultura en la que vivimos es generosa en estímulos, conocimientos y oportunidades. Pero no lo es tanto en tiempo para absorber esos estímulos, procesar esa información y aprovechar esas oportunidades. Más bien, tendemos a vivir inmersos en un maremoto de presiones y apuros, saltando de una actividad a otra, barajando dos o tres a la vez, con una conciencia muy limitada de lo que estamos sintiendo, pensando y necesitando, ajenos al único momento real, el momento presente.

Como una pequeña muestra, comparto con ustedes los sorprendentes resultados de una investigación reciente de la Universidad de Virginia, que revelan los límites a los que estamos dispuestos a llegar para evitar permanecer un momento en estado de quietud: dos tercios de los hombres y un cuarto de las mujeres que participaron en el estudio sintieron tanta ansiedad y nerviosismo ante la propuesta de pasarse 15 minutos solos con los pensamientos, que optaron por administrarse una descarga eléctrica que poco antes habían dicho que pagarían por evitar.

Este estado de desconexión no es gratuito. Bajo su reinado, la ansiedad y el miedo se han convertido en epidemia, y cada día cobran nuevas formas: hiperquinesis, síndrome de déficit de atención, trastornos obsesivo-compulsivos, adicciones de toda clase: al alcohol, al cigarrillo, a los psicofármacos, al trabajo, al consumo, al sexo, a las pantallas, a la adrenalina misma. ¡Estímulos, estímulos, estímulos!

Pero aun si pudiéramos procurarnos una vida simple en un paraje apartado de la sociedad, sin presión alguna, veríamos que la mente se las ingenia de todos modos para crear temores, dudas, penas, preocupaciones. El malestar puede surgir en cualquier momento, ya que es parte de la experiencia humana. Y la mente se ha ido condicionando para reaccionar a ella, generando un círculo vicioso de sufrimiento, insatisfacción, desregulación y manejo desacertado de las emociones, que impacta en forma directa sobre nuestra salud.

Por eso decimos que Mindfulness atención pura no es una práctica fácil, aunque sí simple. Porque nos invita nada menos que a desaprender condicionamientos sociales y culturales tan antiguos como el hombre. Y nos ofrece algo simple de experimentar: más rechazamos la incomodidad, más aumenta. A mayor resistencia, mayor tensión.

Acerquémonos a la propuesta.

Mindfulness es un estado de consciencia caracterizado por la atención pura libre de distracción, y es estar presentes en el presente con una actitud de indagación neutral, curiosidad, recepción, paciencia, compasión y apertura. Este estado de integración e integridad nos permite observar nuestros estados internos —pensamientos, emociones, sentimientos, sensaciones— y todo lo que ocurre a nuestro alrededor, como si lo percibiéramos por vez primera.

En realidad, esta capacidad está presente en nuestras vidas: la consciencia es quizás nuestro más valioso acervo como seres humanos. Pero no solemos experimentarla más que por instantes, a niveles muy superficiales, antes de sumirnos nuevamente en un sinfín de elucubraciones, recuerdos o fantasías que nos alejan de esa percepción pura, de ese estado de cognición claro que nos permite ver la realidad tal cual es.

Mindfulness tiene el poder de transformarnos, operando por momentos como un ancla que nos trae de vuelta a nosotros mismos, y a la vivencia de cada momento. Nos trae una y otra vez a la posibilidad real de transitar receptiva y afectuosamente los procesos, observar neutralmente los sucesos y dar respuestas, inhibiendo la reacción ligada a la distracción y al automatismo.

La práctica de Mindfulness no persigue ningún objetivo, lo que propone realmente es reconocernos como personas con personalidad: quiénes somos en esencia, más allá del nombre, edad, sexo, profesión; quiénes fuimos cuando llegamos al mundo.

Pero aun sin perseguir objetivos —o quizás por ello—, quien practica esta disciplina con compromiso y compasión descubrirá sus beneficios: cambios a corto, mediano y largo plazo que irán enraizando en lo profundo. Ya veremos en qué consisten estos cambios en subsiguientes capítulos.

A modo de adelanto, digamos que veremos modificada nuestra percepción de las cosas, especialmente de todo aquello que nos resulta amenazante y estresante. Y que, al tomar nota de tantos detalles que pasaban inadvertidos, tomaremos consciencia de que la vida nos fue dada para vivirla en su totalidad. Así, habitaremos cada minuto, sentiremos cada segundo. Podría decirse que viviremos más, no por alargar nuestra vida en años, sino por transitarla tanto más intensamente.

¡Los invito a compartir esta gran aventura!

De Oriente con amor:
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Mindfulness es una enseñanza que proviene del budismo, una doctrina filo

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