Cede su ropaje de lana
para darte el traje mañana.
Mi picadura es dañina,
mi cuerpo, insignificante,
pero el néctar que yo doy
se lo comen al instante.
Una varillita lisa
que atemoriza.
Tin, tin, me fui pasando,
tin, tin, al otro lado,
tin, tin, no me mojé,
ni las patas ni el costado.
En un monte espeso
hay un toro sin huesos.
Un animal gritandero
tiene lana y no es carnero,
canta y no es guitarrero.
¿Qué es, qué es
del tamaño de una nuez
que sube la cuesta
y no tiene pies?
La papa nace en la tierra,
el gallo canta que canta,
el ave que aquí se encierra,
tiene colores que encantan.
Hace en los troncos
su casita oscura;
allí esconde, avara,
cuanto necesita.
Es su madre tartamuda
y su padre un buen cantor,
tiene su vestido blanco,
y amarillo el corazón.
Es verde como esmeralda
y no es joya de artesano,
charla casi como un hombre
y tampoco es ser humano.
Sobre la vaca la “o”,
a que no lo aciertas, no.
Una señora
de mucha parada,
que siempre va en coche
y nunca paga nada.
Que lo busque en el mar,
pues en la tierra,
por más que aren, que aren,
no lo encuentran.
Un palacio muy bonito,
sin campana y sin torres,
y muchas monjitas dentro
haciendo dulces de flores.
Las horas tristes del día
son para mí de alegría.
Trancos, barrancos,
calzoncillos blancos,
corre como en zancos
a grandes trancos.
De colores muy galano,
soy bruto y no lo parezco,
perpetua prisión padezco,
uso el lenguaje humano,
si bien de razón carezco.
¿Cuál será aquel animal
que rebuzna y no es borrico,
que en la cara y el hocico
y en el cuerpo es todo igual;
que trabaja irracional
y lo que come merece,
tiene de burro la cara,
no es borrico y lo parece?
Ligero, ligerito
como una bala,
con sus cuatro patas
por la pista resbala.
Tengo un traje verde,
todo arrugadito,
lo lavo en los charcos
lo seco al solcito.
Una vieja trepadora,
con dos clavos en la corona.
Tiene cabeza y no es vaca,
tiene cara y no es oso,
tiene un serrucho en las patas
y canta en su calabozo.
Como un secretario ocupado
parece tener mil manos,
y aunque también usa tinta,
yo no creo que sea humano.
Adivina quién soy:
cuando voy, vengo,
y cuando vengo, voy.
Soy cruel enem