Creatividad (Claves para una nueva forma de vivir)

Osho

Fragmento

Preparando el lienzo

Preparando el lienzo

Image

Una vez que desaparece la patología todo el mundo se convierte en un creador. Trata de entender esto tan a fondo como puedas: sólo las personas enfermas son destructivas. Las personas sanas son creativas. La creatividad es una especie de fragancia de la auténtica salud. Cuando una persona está realmente sana y es total, la creatividad surge naturalmente en él, aparece la necesidad de crear.

LAS TRES CES

LA HUMANIDAD ha llegado a una encrucijada. Hemos vivido el hombre unidimensional y lo hemos agotado. Ahora necesitamos un ser humano más rico, tridimensional. Yo las llamo las tres ces, igual que las tres erres.1 La primera c es conciencia, la segunda c es compasión, la tercera c es creatividad.

Conciencia es ser, compasión es sentimiento, creatividad es acción. Mi visión de un nuevo ser humano contiene las tres simultáneamente. Te estoy planteando el mayor desafío que se haya planteado jamás, la misión más difícil de cumplir. Tienes que ser tan meditativo como Buda, tan amoroso como Krishna, tan creativo como Miguel Ángel, como Leonardo da Vinci. Tienes que ser todos a la vez simultáneamente. Sólo entonces tu totalidad será satisfecha; si no, te seguirá faltando algo. Y eso que te falta te mantendrá desequilibrado, insatisfecho. Si eres unidimensional puedes alcanzar una cima muy alta pero sólo serás una cima. Me gustaría que te convirtieras en la cordillera del Himalaya, no sólo en una cima sino en muchas cimas.

Image

Si eres unidimensional puedes alcanzar una cima muy alta, pero sólo serás una cima. Me gustaría que te convirtieras en la cordillera del Himalaya, no sólo en una cima, sino en muchas cimas.

El hombre unidimensional ha fracasado. No ha sido capaz de crear una tierra hermosa, no ha sido capaz de crear el paraíso en la tierra. Ha fracasado, ¡ha fracasado totalmente! Creó un pequeño grupo de gente hermosa pero no ha podido transformar a toda la humanidad, no ha podido elevar la conciencia de toda la humanidad. Sólo se iluminaron algunos individuos aquí y allá. Eso no será suficiente. Necesitamos más iluminados, e iluminados de forma tridimensional.

Ésta es mi definición del nuevo hombre.

Buda no era un poeta; pero en la nueva humanidad, la gente que se convierta en budas serán poetas. Cuando digo «poetas» no quiero decir que tengas que escribir poesía; tienes que ser poético. Tu vida tiene que ser poética, tu enfoque tiene que ser poético.

La lógica es seca, la poesía está viva. La lógica no puede bailar; a la lógica le es imposible bailar. ¡Ver a la lógica bailando sería como ver a Mahatma Gandhi bailando! Tendrá un aspecto muy ridículo. La poesía puede bailar; la poesía es la danza de tu corazón. La lógica no puede amar, puede hablar de amor pero no puede amar; el amor parece ser ilógico. Sólo la poesía puede amar, sólo la poesía puede dar el salto a la paradoja del amor.

La lógica es fría, muy fría; es útil en lo que se refiere a las matemáticas pero no es útil en lo que se refiere a la humanidad. Si la humanidad se vuelve demasiado lógica, entonces la humanidad desaparece; entonces sólo hay cifras no seres humanos; números reemplazables.

Image

Buda tiene belleza por no ser de esta tierra, pero no tiene la belleza de Zorba el Griego. Zorba es muy terrenal. Me gustaría que fueras los dos a la vez: Zorba el Buda. Tienes que ser meditativo pero sin estar en contra del sentimiento.

La poesía, el amor y los sentimientos te dan profundidad, calor. Te fundes más, pierdes tu frialdad. Te vuelves más humano. Buda es sobrehumano, no hay ninguna duda sobre eso, pero pierde su dimensión humana. No es de esta tierra. Tiene belleza por no ser de esta tierra, pero no tiene la belleza de Zorba el Griego. Zorba es muy terrenal. Me gustaría que fueras los dos a la vez: Zorba el Buda. Tienes que ser meditativo pero sin estar en contra del sentimiento. Tienes que ser meditativo pero lleno de sentimiento, desbordante de amor. Tienes que ser creativo. Si tu amor es sólo sentimiento y no lo trasladas a la acción, no afectará a una gran parte de la humanidad. Tienes que hacerlo realidad, tienes que materializarlo.

Éstas son tus tres dimensiones: ser, sentimiento, acción. La acción contiene la creatividad, todo tipo de creatividad: música, poesía, pintura, escultura, arquitectura, ciencia, tecnología. El sentimiento contiene todo lo que es estético: amor, belleza. Y el ser contiene meditación, despertar, conciencia.

RELÁJATE EN LA ACCIÓN

Primero hay que entender la naturaleza de la actividad y las corrientes ocultas que hay en ella; si no, no es posible la relajación. Si no has observado, si no te has fijado, si no te has dado cuenta de la naturaleza de tu actividad, aunque quieras relajarte será imposible, porque la actividad no es un fenómeno sencillo. A mucha gente le gustaría relajarse, pero no puede. La relajación es como un florecer: no puedes forzarlo. Tienes que entender todo el fenómeno: ¿por qué eres tan activo, por qué estás tan ocupado con la actividad, por qué te tiene obsesionado?

Acuérdate de dos palabras: una es «acción», la otra es «actividad». Acción no es actividad; actividad no es acción. Sus naturalezas son diametralmente opuestas. Acción es cuando la situación lo exige y tú actúas, respondes. Actividad es cuando la situación no tiene importancia, no es una respuesta; estás tan inquieto en tu interior que la situación es sólo una excusa para ser activo.

Image

La relajación es como un florecer: no puedes forzarlo. Tienes que entender todo el fenómeno; ¿por qué eres tan activo, por qué estás tan ocupado con la actividad, por qué te tiene obsesionado?

La acción nace de una mente silenciosa; es la cosa más bella del mundo. La actividad surge de una mente intranquila; es la más fea. Cuando tiene importancia es acción; la actividad carece de importancia. La acción es momento a momento, espontánea; la actividad está cargada de pasado. No es una respuesta al momento presente, sino que está rezumando la intranquilidad que has estado cargando desde el pasado hasta el presente. La acción es creativa. La actividad es muy destructiva; te destruye a ti, destruye a los demás.

Trata de ver la sutil diferencia. Por ejemplo, cuando tienes hambre, comes; esto es una acción. Pero si no tienes hambre, no tienes nada de hambre y continuas comiendo, esto es actividad. Comer en este caso es un tipo de violencia: destruyes el alimento, aprietas los dientes y destruyes el alimento; esto libera un poco tu inquietud interna. No estás comiendo por hambre, estás comiendo por una necesidad interna, por un impulso violento.

En el mundo animal la violencia está asociada con la boca y las manos, las uñas de las manos y los dientes; éstas son las dos cosas violentas del mundo animal. Mientras estás comiendo, ambas se unen; con las manos agarras el alimento, y con la boca te lo comes; liberas tu violencia. Pero si no hay hambre, no es una acción es una enfermedad. Esta actividad es una obsesión. Por supuesto no puedes seguir comiendo así porque reventarás, por eso la gente ha inventado trucos: masticar tabaco o chicle, o fumar cigarrillos. Se trata de falsos alimentos, sin ningún valor nutritivo, pero funcionan bien cuando la violencia está de por medio.

Un hombre sentado masticando chicle, ¿qué hace? (…)

Está matando a alguien. Si se hace consciente quizá tenga en su mente la fantasía de matar, asesinar; y está mascando chicle, una actividad en sí misma muy inocente. No le estás haciendo daño a nadie; pero es una acción muy peligrosa para ti, porque pareces ser completamente inconsciente de lo que estás haciendo. ¿Qué está haciendo una persona cuando fuma? De una forma muy inocente, está aspirando el humo y echándolo fuera, inhalando y exhalando; una especie de pranayama2 enfermizo, una especie de meditación transcendental secular. Está formando un mandala: inhala el humo, lo exhala, lo inhala, lo exhala; se crea un mandala, un círculo. Al fumar está haciendo una especie de recitación, una recitación rítmica. Le calma; alivia un poco su intranquilidad interior.

Si estás hablando con alguien, no lo olvides —es cierto en un ciento por ciento de los casos—, cuando una persona se pone a buscar un cigarrillo quiere decir que se está aburriendo, deberías marcharte en ese mismo momento. Él querría echarte; no puede hacerlo, sería demasiado descortés. Está buscando su cigarrillo; te está diciendo: «¡Se acabó! ¡Estoy harto!» En el reino animal habría saltado sobre ti, pero no puede; es un ser humano civilizado. Salta sobre su cigarrillo, se pone a fumar. Ahora ya no está preocupado por ti, se ha encerrado en su propia recitación. Se calma.

Pero esta actividad indica que estás obsesionado. No puedes ser tú mismo; no puedes estar en silencio, no puedes permanecer inactivo. A través de la actividad vas sacando tu locura, tu demencia.

La acción es hermosa, la acción llega como una respuesta espontánea. La vida necesita respuestas, tienes que actuar en cada momento pero la actividad llega a través del momento presente. Estás hambriento y buscas alimento, tienes sed y vas al pozo. Tienes sueño y te vas a dormir. Partiendo de una situación total, actúas. La acción es espontánea y total.

La actividad nunca es espontánea, viene del pasado. Quizá la has estado acumulando durante muchos años y luego explota en el presente; no es importante. Pero la mente es astuta; la mente siempre encontrará motivos para la actividad. La mente tratará siempre de demostrar que no es actividad, que es acción; que era necesario. De repente tienes un estallido de rabia. Todos los demás se dan cuenta de que no era necesario, la situación nunca lo exigió, era simplemente irrelevante; tú eres el único que no lo ve. Todo el mundo siente: «¿Qué estás haciendo? No hacía falta. ¿Por qué estás tan enfadado?» Pero tú encontrarás motivos, razonarás que hacía falta.

Estos razonamientos te ayudan a seguir siendo inconsciente de tu locura. Esto es lo que George Gurdjieff solía llamar «amortiguadores». Creas amortiguadores con los razonamientos que te rodean para no darte cuenta de cuál es la situación. Los amortiguadores se utilizan en los trenes; los amortiguadores se utilizan entre dos compartimentos, para que no haya un choque demasiado fuerte entre los pasajeros si el tren hace una parada de emergencia. Los amortiguadores absorberán el choque. Tu actividad nunca tiene importancia pero esos amortiguadores de razonamientos no te permiten ver la situación. Los amortiguadores te impiden ver y este tipo de actividad continúa.

Si hay actividad no te puedes relajar. ¿Cómo te vas a relajar? Es una necesidad obsesiva, quieres hacer algo, lo que sea. En todo el mundo hay idiotas que dicen: «Hacer algo es mejor que no hacer nada.» Y hay perfectos idiotas que han creado en todo el mundo un proverbio que dice: «Una mente vacía es el taller del diablo.» ¡No lo es! Una mente vacía es el taller de Dios. Una mente vacía es la cosa más bella del mundo, la más pura porque, ¿cómo puede ser una mente vacía el taller del diablo? El diablo no puede entrar en una mente vacía, ¡imposible! El diablo sólo puede entrar en una mente que está obsesionada con la actividad; entonces el diablo se puede hacer cargo de ti, te puede enseñar caminos y formas de ser más activo. El diablo nunca dice: «¡Relájate!» Dice: «¿Por qué estás perdiendo el tiempo? ¡Haz algo, hombre, muévete! ¡La vida pasa, haz algo!» Y todos los grandes maestros que han despertado a la verdad de la vida han llegado a darse cuenta que una mente vacía te da el espacio para que lo divino entre en ti.

Image

Hay perfectos idiotas que han creado en todo el mundo un proverbio que dice: «Una mente vacía es el taller del diablo.» ¡No lo es! Una mente vacía es el taller de Dios.

La actividad puede ser utilizada por el diablo, una mente vacía no. ¿Cómo puede usar el diablo una mente vacía? No se atreverá a acercarse porque el vacío le matará. Pero si estás lleno de un profundo impulso, un loco impulso de ser activo, entonces el diablo se hará cargo. Entonces te guiará; entonces será tu único guía.

Me gustaría decirte que este proverbio es completamente erróneo. Lo ha debido de sugerir el mismo diablo.

Hay que vigilar esta obsesión de ser activo. Y la tienes que observar en tu propia vida, porque todo lo que diga no tendrá demasiado sentido a menos que veas en ti mismo que tu actividad carece de importancia, que no es necesaria. ¿Por qué lo estás haciendo?

Viajando he visto a la gente repetir lo mismo una y otra vez. Estoy con un pasajero durante veinticuatro horas en un tren. Leerá el mismo periódico una y otra vez, sin encontrar otra cosa que hacer. Encerrado en un compartimento no hay muchas posibilidades de ser activo, por eso leerá una y otra vez el mismo periódico. Y yo estoy observando… ¿qué está haciendo este hombre?

Un periódico no es el Gita o la Biblia. Puedes leer el Gita muchas veces porque cada vez descubres un nuevo significado. Pero un periódico no es el Gita; ¡una vez que lo has leído se acabó! No valía la pena leerlo ni una vez y la gente lo sigue leyendo. Se pondrán a leerlo de nuevo, una y otra vez. ¿Cuál es el problema? ¿Es necesario? No, están obsesionados; no pueden quedarse en silencio, inactivos. Para ellos es imposible, esto sería estar muertos. Tienen que estar activos.

Image

Si quieres subir a la cima más alta de las montañas, es arduo. Y cuando has alcanzado la cima y te tumbas, susurrando a las nubes, mirando al firmamento, tu corazón se llena de alegría, la alegría que llega siempre que alcanzas una cima de creatividad.

Viajar durante muchos años me dio muchas oportunidades de observar a la gente sin que se dieran cuenta, porque a veces sólo había una persona conmigo en el compartimento. Y hacía todo tipo de esfuerzos para hacerme hablar y yo sólo contestaba sí o no; entonces descartaba la idea. Después me dedicaba a observarle; un hermoso experimento, ¡y gratis! Le observaba: abría la maleta —y yo veía que no estaba haciendo nada— miraba dentro y la cerraba. Después abría la ventana y luego la cerraba. Después volvía al periódico, luego fumaba, abría de nuevo la maleta, la ordenaba otra vez, iba y abría la ventana, miraba fuera. ¿Qué está haciendo? Y ¿por qué? Un impulso interno, algo está temblando en su interior, un estado de mente febril. Tiene que hacer algo, si no estará perdido. Ha debido de ser un hombre activo en la vida; ahora tiene un momento para relajarse; no puede relajarse, persiste el viejo hábito.

Se dice que Aurangzeb, un emperador mongol, tomó prisionero a su padre en su vejez. El padre de Aurangzeb, Shah Jehan, construyó el Taj Majal. El hijo lo hizo prisionero y lo destronó. Se cuenta y está escrito en la autobiografía de Aurangzeb, que después de unos días Shah Jehan no estaba preocupado de ser prisionero porque se le proporcionaban todos los lujos. Era un palacio y Shah Jehan seguía viviendo como antes. No parecía una prisión, tenía absolutamente todo lo que necesitaba. Sólo le faltaba una cosa y era actividad; no podía hacer nada. Por eso le pidió a su hijo Aurangzeb: «De acuerdo, me has proporcionado de todo y todo es muy hermoso. Sólo una cosa más y si puedes hacerlo, te estaré agradecido para siempre: mándame a treinta niños. Me gustaría enseñarles.»

Aurangzeb no se lo podía creer: «¿Por qué querrá mi padre enseñar a treinta niños?» Nunca había mostrado ninguna inclinación a ser profesor, nunca había estado interesado en ningún tipo de educación, ¿qué le ha sucedido? Pero cumplió su deseo. Le enviaron treinta niños a Shah Jehan y todo fue bien; de nuevo era el emperador, treinta niños pequeños. Si vas a una escuela primaria el profesor es casi el emperador. Les puedes ordenar que se sienten y se tendrán que sentar; les puedes ordenar que se levanten y tendrán que levantarse. Y con esos treinta niños recreó en la habitación la misma situación que en su corte; la vieja costumbre y la vieja drogadicción de mandar sobre alguien.

Los psicólogos sospechan que en realidad los profesores son políticos. Por supuesto, sin la suficiente confianza en sí mismos como para entrar en la política; van a los colegios y allí se convierten en presidentes, primer ministros, emperadores. Niños pequeños a los que mandan y obligan. Los psicólogos también sospechan que los profesores tienen una tendencia a ser sádicos, les gustaría torturar. Y no puedes encontrar mejor lugar que la escuela primaria. Puedes torturar a niños inocentes; y lo puedes hacer por ellos, por su bien. ¡Ve y fíjate! He estado en escuelas primarias y he estado observando a los profesores. Los psicólogos sospechan; ¡yo estoy seguro de que son torturadores! Y no puedes encontrar víctimas más inocentes, completamente desarmadas, ni siquiera pueden resistirse. Son tan débiles y están desamparados; y ante ellos el profesor es como un emperador.

Aurangzeb escribe en su autobiografía: «Mi padre, sólo por una vieja costumbre, quiere seguir fingiendo que es el emperador. Así que dejemos que finja y que se engañe a sí mismo, no hay nada malo en ello. Enviadle treinta niños o trescientos, los que quiera. Dejémosle que dirija una pequeña escuela y sea feliz.»

Cuando la acción no tiene importancia es actividad. Obsérvalo en ti mismo y fíjate: el noventa por ciento de tu energía es malgastada en actividad. Por eso, cuando llega el momento de la acción no tienes energía. Una persona relajada no es obsesiva, y la energía comienza a acumularse en su interior. Conserva su energía, se conserva automáticamente, y entonces cuando llega el momento de la acción todo su ser fluye con ella. Por eso la acción es total. La actividad siempre es a medias, porque, ¿cómo puedes engañarte a ti mismo absolutamente? Hasta tú sabes que es inútil. Hasta tú eres consciente de que lo estás haciendo por determinadas razones febriles internas que ni siquiera están claras para ti, muy vagas.

Image

Una persona relajada no es obsesiva, y la energía comienza a acumularse en su interior. Conserva su energía, se conserva automáticamente, y entonces cuando llega el momento de la acción todo su ser fluye con ella.

Puedes cambiar de actividad pero, a menos que las actividades sean transformadas en acciones, no servirá de nada. La gente viene a verme y me dice: «Me gustaría dejar de fumar.» Yo les digo: «¿Por qué? Es una meditación trascendental muy hermosa, continúa.» Si lo dejas empezarás con otra cosa, porque la enfermedad no cambia cambiando los síntomas. Después te morderás las uñas, luego mascarás chicle; y hay cosas incluso más peligrosas. Éstas son inocentes, porque si estás mascando chicle lo estás mascando tú. Puede que seas un idiota pero no eres un hombre violento, no estás siendo destructivo con nadie. Si dejas de comer chicle, de fumar, entonces ¿qué harás? Tu boca necesita actividad, es violenta. Entonces hablarás. Hablarás continuamente —bla, bla, bla— ¡y eso es más peligroso!

La esposa de Mulla Nasruddin3 vino el otro día. Casi nunca viene a verme, pero cuando viene inmediatamente entiendo que debe haber una crisis. Así que le pregunté: —¿Qué es lo que pasa?—. Le costó treinta minutos y miles de palabras decirme: —Mulla Nasruddin habla mientras duerme, o sea que sugiéreme algo: ¿qué hay que hacer? Habla demasiado y me cuesta dormir en la misma habitación. Y grita y dice cosas feas.

Así que le dije: —No tienes que hacer nada. Dale sencillamente la oportunidad de hablar mientras los dos estéis despiertos.

La gente no para de hablar, no le dan una oportunidad a nadie más. Hablar es igual que fumar. Si hablas durante veinticuatro horas, … ¡y lo haces! Mientras estás despierto, hablas; cuando tu cuerpo está cansado te duermes, pero la charla continúa. Veinticuatro horas, día y noche, hablas y hablas, no dejas de hablar. Es como fumar, porque el fenómeno es el mismo: la boca necesita movimiento. Y la boca es la actividad básica porque ésa es la primera actividad que empezaste en tu vida.

Nace el niño y empieza a chupar el pecho de la madre; ésa es la primera actividad y es básica. Fumar es como chupar el pecho: la leche caliente va fluyendo hacia dentro… cuando fumas, el humo caliente va fluyendo hacia dentro, y el cigarrillo en tus labios se siente como el pecho de la madre, el pezón. Si no te dejan fumar, comes chicle y esto y aquello, y si no, hablarás. Y eso es más peligroso porque estás echando tu basura en la mente de otras personas.

¿Puedes estar mucho tiempo en silencio? Los psicólogos dicen que si estás en silencio durante tres semanas empezarás a hablar contigo mismo. Entonces estarás dividido en dos: hablarás y te escucharás. Y si tratas de estar en silencio durante tres meses estarás listo para el manicomio, porque entonces no te importará si estás con alguien más o no. Hablarás, y no sólo hablarás, sino que responderás; ahora eres completo, ya no necesitas a nadie. Esto es ser un lunático.

Un lunático es una persona que encierra en sí mismo todo su mundo. Él habla y él escucha, es el actor y el espectador; él lo es todo, todo el mundo se reduce a sí mismo. Se ha dividido en muchas partes y todo se ha vuelto fragmentario. Por eso la gente le tiene miedo al silencio; saben que podrían explotar. Y si tienes miedo al silencio eso significa que dentro tienes una mente obsesiva, febril, enferma, que continuamente está pidiéndote que estés activo.

La actividad es tu forma de escaparte de ti mismo. En la acción eres; en la actividad te has escapado de ti mismo; es una droga. En la actividad te olvidas de ti mismo y cuando te olvidas de ti mismo no hay preocupaciones, no hay angustia, no hay ansiedad. Por eso necesitas estar continuamente activo, haciendo una cosa u otra, pero nunca en un estado en el que el no-hacer brota y florece en ti.

La acción es buena. La actividad es enferma. Encuentra la distinción en tu interior: ¿qué es actividad y qué es acción? Ése es el primer paso. El segundo paso es implicarse más en la acción para que la energía se ponga en acción; y siempre que haya actividad, ser más observador, estar más alerta. Si eres consciente, la actividad cesa. La energía es preservada, y esa misma energía se convierte en acción.

La acción es inmediata. No es algo preparado, no es prefabricada. No te da ninguna oportunidad de hacer preparativos, de que la ensayes. La acción siempre es nueva y fresca como el rocío de la mañana. Y la persona de acción además siempre está fresca y joven. El cuerpo podría envejecer pero su frescura continúa; el cuerpo podría morir pero su juventud continúa. El cuerpo podría desaparecer pero él permanece; porque a Dios le gusta la frescura. Dios siempre está a favor de lo nuevo y lo fresco.

Renuncia cada vez más a la actividad. Pero ¿cómo puedes renunciar a ella? Querer renunciar a ella se puede convertir en sí mismo en una obsesión. Eso es lo que les ha sucedido a vuestros monjes en los monasterios: renunciar a la actividad se ha convertido en su obsesión. Están todo el rato haciendo algo para evitarla: oración, meditación, yoga, esto y aquello. Pero eso también es actividad. No puedes renunciar de esa forma, regresará por la puerta de atrás.

Sé consciente. Siente la diferencia entre acción y actividad. Y cuando la actividad te atrape —de hecho se le debería de llamar

Suscríbete para continuar leyendo y recibir nuestras novedades editoriales

¡Ya estás apuntado/a! Gracias.X

Añadido a tu lista de deseos