El poder del pensamiento

Joyce Meyer

Fragmento

INTRODUCCIÓN

¿Estás totalmente satisfecho con todos los aspectos de tu vida o existen áreas que te gustaría cambiar? ¿Hay aspectos de tu vida en los que sientes que necesitas madurar o volverte más fuerte? ¿Tienes objetivos que deseas alcanzar y sueños que anhelas cumplir? ¿Crees que naciste para ser o hacer algo y pareciera que no puedes lograrlo? La clave para cambiar tu vida es cambiar tu pensamiento. Si desarrollas patrones de pensamiento (mentalidades) de acuerdo con la Palabra de Dios, todas las áreas de tu existencia comenzarán a mejorar. En algunos casos, tus experiencias cambiarán, y en otras situaciones, el cambio de tu forma de pensar hará que veas las mismas circunstancias desde otra perspectiva. Eso cambiará tu vida. En ambas opciones, tú ganas.

Tus pensamientos son más poderosos de lo que podrías imaginar.

Tus pensamientos son más poderosos de lo que podrías imaginar. Todo en la vida comienza con un pensamiento. Estos se convierten en patrones que trazan tu rumbo, por lo que determinan tu destino. Tus patrones de pensamiento afectan todo en tu interior y todo a tu alrededor. Cada palabra que pronuncias y cada acto que concretas se origina en tu mente. Tus patrones de pensamiento forman tus actitudes; producen opiniones y perspectivas; moldean tu autoimagen; afectan tus relaciones; determinan tu nivel de productividad personal y profesional; ejercen una gran influencia en tus prioridades; guían la forma en que usas tu tiempo, tu energía y tus recursos financieros; además, marcan la diferencia entre el éxito y el fracaso. No existe área de tu vida que no esté afectada por el pensamiento. No puedo dejar de enfatizar la importancia de los pensamientos.

Tus pensamientos pueden estar a tu favor o en tu contra de maneras sorprendentemente poderosas. Esto ocurre porque la mente no es simplemente una función de tu cuerpo, sino que es parte de tu alma, junto con las emociones y la voluntad (la habilidad de tomar decisiones). La mente también es un campo de batalla espiritual, y tus pensamientos pueden ayudarte a crecer en tu relación con Dios o entorpecerla haciendo que pienses como quiere tu enemigo, Satanás. Tu mente es el terreno en el cual se produce la guerra contra el enemigo de tu vida y tu destino, contra las concepciones del mundo, esos conceptos que amenazan con engañarte. Tu mente es el campo de batalla en el que tomas las decisiones que pueden frustrarte o derrotarte, o que pueden brindarte fortaleza, salud, amor, gozo, paz y abundancia.

Las Escrituras enseñan con claridad que nos convertimos en aquello que pensamos. Las ideas y los patrones de pensamiento tienen la capacidad de hacer que las personas se sientan felices, positivas, fuertes y exitosas, o frustradas, negativas y débiles. Los patrones de pensamiento marcan la diferencia entre aquellos que logran sus objetivos y viven sus sueños, y los que parece que nunca pueden hacer lo que realmente anhelan.

Antes de continuar, deseo enfatizar que no creo que podamos crear con el pensamiento cualquier cosa que deseemos. Ese enfoque del poder de los pensamientos es una forma de humanismo, que consiste en una filosofía impía. Sin embargo, el simple hecho de reconocer que los pensamientos tienen poder no es humanista en ningún sentido; sino que es muy bíblico, según lo expresa Proverbios 23:7 (RVR-1995).

La Biblia nos enseña que nuestra mente debe atravesar un proceso de renovación para experimentar el plan de Dios para cada uno (Romanos 12:2). Sus pensamientos son más altos que los nuestros (Isaías 55:8-9); entonces, para caminar con Él y experimentar Sus benditos planes para nuestra vida, debemos aprender a pensar como Él piensa. La naturaleza humana no se inclina a tener pensamientos divinos, pero podemos elegir hacerlo y disciplinarnos para lograrlo.

Pocas personas se dan cuenta de que tenemos la capacidad de elegir nuestros pensamientos y decidir lo que queremos pensar. La mayoría medita pasivamente sobre cualquier cosa que llegue a la mente, sin nunca darnos cuenta de que el enemigo usa la mente para controlarnos, para evitar que cumplamos con los planes de Dios y Sus propósitos para nuestra vida. Es importante comprender que cuando una persona decide convertirse en cristiana, inmediatamente cambian su corazón y su espíritu, pero no comienza a pensar diferente de un momento a otro. Todos los que experimentamos la renovación al recibir a Cristo Jesús como Señor y Salvador recibimos un nuevo espíritu y un nuevo corazón de parte de Dios. No obstante, nuestra mente natural debe ser renovada y debemos aprender a pensar con la mente de Cristo, de acuerdo con la Palabra de Dios. Las intenciones del corazón pueden ser puras mientras que la mente todavía sigue confundida. La Biblia declara que debemos ser transformados con la renovación completa de nuestro entendimiento y nuestras actitudes (Romanos 12:2). Para logarlo debemos ser diligentes en el estudio profundo de la Palabra de Dios y pensar de acuerdo con lo que nos enseña.

Tener pensamientos poderosos no siempre es fácil.

Tener pensamientos poderosos no siempre es fácil. Uno de los mayores avances de mi vida tuvo lugar cuando finalmente descubrí que tenía la capacidad de controlar mis pensamientos, y uno de los mayores desafíos que jamás haya enfrentado fue cambiar mi mentalidad al darme cuenta de que era posible. Puedes encontrar más información sobre mi experiencia para alcanzar pensamientos divinos en mis libros El campo de batalla de la mente, y Pensamientos poderosos, sobre los cuales se basa este material.

Considero que los títulos de los doce capítulos de este libro son “patrones de pensamiento del creyente victorioso”. Cada capítulo se refiere a un pensamiento de vital importancia que debe desarrollar todo cristiano. Tenemos el poder para lograrlo porque estamos en Cristo. Separados de Él, nada tenemos, nada somos y nada podemos hacer (Juan 15:5). Pero en Él tenemos todo, somos todo y podemos hacer todo lo que sea la voluntad de Dios (Filipenses 4:13). Con Su ayuda, es posible tener pensamientos poderosos y renovados.

Si lo deseas, puedes abordar los capítulos de este libro como un programa de doce semanas, enfocándote en un solo pensamiento por semana, o puedes trabajar un capítulo por mes para que sea tu proyecto durante un año. Te llevará un tiempo hasta que estos patrones de pensamiento se arraiguen en tu mente; algunos demorarán más de una semana o un mes. Simplemente te sugiero algunas formas de aprovechar el contenido del libro.

En el proceso de cambiar tu mentalidad, podría suceder que te vaya bien con determinado patrón de pensamiento durante un tiempo, para luego sentir que regresas a tu antigua forma de pensar. Está bien; si lo reconoces, puedes cambiarlo. Cambiar tu mentalidad es un proceso que, a veces, puede parecer bastante complejo. La clave es no darte por vencido mientras luchas por alinear tus pensamientos con la Palabra de Dios. Continúa meditando en los patrones de pensamiento de cada capítulo y repitiéndolos en voz alta; a su debido tiempo verás que tu forma de pensar realmen

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