Lo último de la noche

Osho

Fragmento

Título

DÍA 1

El mundo está sufriendo tanto porque por primera vez en la historia de la consciencia humana, el ser humano le ha perdido la pista a la divinidad. Nadie ha sufrido nunca como nosotros. La gente ha sido pobre antes, muy pobre; la gente se ha muerto de inanición, pero la gente nunca había sido tan pobre espiritualmente. El humano nunca se había muerto de inanición espiritual tanto como hoy. Todo mi trabajo consiste en devolverte la comprensión de la divinidad. El hombre no tiene futuro a menos de que se arraigue de nuevo en la divinidad.

DÍA 2

El hombre tiene el potencial de convertirse en una canción de amor, en una danza de amor, pero muy poca gente transforma su potencial en acto. La gente nace como semilla y casi todo mundo muere como semilla; sus vidas no son nada más que un largo experimento fútil. Y entre más envejezcan, más se frustrarán, naturalmente, porque todas sus esperanzas se hacen añicos, sus deseos no traen nada más que lágrimas, agonía, angustia. Conforme pasa el tiempo, se dan cuenta de que lo que han estado haciendo con su vida no tiene valor. ¿Cómo podrían cantar? ¿Cómo podrían bailar? ¿Cómo podrían sentirse agradecidos con la existencia? Es imposible.

Mi observación es que la gente va a templos, sinagogas e iglesias sólo por miedo, no por amor. Y la gente mayor va con más frecuencia porque le da más miedo la muerte. No van a la iglesia ni al templo porque hayan conocido algo inmensamente valioso en la vida, sino porque la vida se les está escapando de las manos. La gran oscuridad de la muerte se acerca y tienen miedo. Quieren que alguien los proteja.

Ahora saben que su dinero no se va a ir con ellos, que sus amigos no van a estar con ellos, que sus familias los dejarán. Por desesperación, empiezan a aferrarse a la idea de un Dios. Pero no es por amor ni por gratitud. Y un Dios que surge del miedo es un Dios falso. Un Dios que surge del amor es un Dios verdadero.

Toda mi intención aquí es poner a tu disponibilidad ventanas hacia Dios, para que no lo busques por miedo, sino para que vayas por medio de la experiencia de la belleza, de la creatividad, del amor. Y cuando una persona va por medio de esas experiencias, el contacto es inmenso, transformador. Un solo contacto en vida con la divinidad es suficiente, nunca más serás el mismo.

DÍA 3

Cuando empiezas a entrar, dejas atrás la mente. No puede entrar contigo, sólo puede acompañarte en el exterior. Sólo tiene una posibilidad, es unidimensional. La mente vuelve guerrero a alguien en el sentido político. La meditación lo vuelve guerrero en el sentido religioso.

Así que conviértete en guerrero interior, hay mucho que conquistar ahí. Hay mucha oscuridad que debe disiparse, mucha inconsciencia que transformar, mucha energía en bruto que purificar.

Es una gran labor, la mayor que te da la vida. El gran reto es convertirte en una persona totalmente adulta, llegar al crescendo de tu potencial, alcanzar la cima más alta, el Éverest de tu consciencia. Entonces, por primera vez, uno realmente empieza a vivir.

DÍA 4

Sólo el amor debe ser tu cualidad. Vuélvete amoroso y un día serás simplemente amor; ni siquiera amoroso, sino amor. Ése es el día de la gran revelación. En ese preciso momento, la gota de rocío desaparece en el océano y se convierte en el océano.

En terminología religiosa, en jerga religiosa, se ha llamado «tomar consciencia de Dios». Si a uno le gusta la jerga religiosa, puede usar ese término, de lo contrario, es mucho más hermoso decir que uno se ha vuelto oceánico; es mucho más poético. Los sacerdotes han contaminado demasiado la palabra Dios, discutir sobre la palabra Dios tantos siglos ha hecho que la mera palabra levante inmediatamente mil y un preguntas. Simplemente crea más y más discusiones y controversias. Pero la palabra en sí misma era hermosa cuando se usó por primera vez; tan sólo representaba el más allá, el vasto más allá.

Ahora ya no representa el más allá. Incluso el más allá ha sido explotado por los sacerdotes. Los sacerdotes son las personas más maliciosas. Han hecho de Dios un Dios cristiano, un Dios hindú, un Dios mahometano. No se puede haber hecho nada más absurdo, es el absurdo máximo. Dios no puede ser ni hindú ni judío ni budista. Dios simplemente significa vastedad, y hacer que la vastedad sea cristiana es empequeñecerla. Cualquier adjetivo la limitaría. Dios tiene que ser sin adjetivos. Simplemente significa la existencia infinita, lo ilimitado. Y el amor te dará la primera probada.

DÍA 5

Cuando dices «Dios», parece algo muy lejano. Eso es lo que han estado diciendo a través de los siglos: Dios está en algún lugar superior, en el cielo, muy, muy lejos. Pero cuando dices «amor», está muy cercano al corazón. Todos esos sacerdotes son maliciosos y mañosos. Han estado tratando de demostrar que Dios está lejos porque sólo si está lejos pueden ser ellos los representantes de Dios, sus mediadores, sus agentes. Si Dios está lejos, el papa parece relevante; si Dios está muy cerca de tu corazón, ¿cuál es la necesidad de un papa? No se necesita a nadie que medie entre Dios y tú. Si Dios es el latido, entonces el Vaticano se vuelve irrelevante, entonces todas las iglesias y los sacerdotes pierden su profesión. Tienen una profesión hermosa, la más prestigiosa, poderosa; ¿quién quiere perder prestigio y poder? Cuando usas la palabra Dios, te da la sensación de persona. Dios se vuelve limitado, definido.

Pero el amor no es una persona, es una cualidad, una presencia. Es una fragancia, no una flor: más ilimitada, más indefinida, más infinita.

Cuando dices «Dios» simplemente te sientes impotente: «¿Qué hacer?». Pero si hay amor, puedes hacer algo al respecto. Tu naturaleza más profunda es ser amoroso; por lo tanto, toda mi enseñanza gira en torno a la palabra amor.

Jesús dice: «Dios es amor». Yo digo, el amor es Dios.

DÍA 6

Empieza a hacer cosas, cosas pequeñas, totalmente. Si fuiste a dar un paseo, entonces sé total en tu paseo. Disfrútalo como si la vida sólo consistiera en pasear y nada más, como si pasear fuera lo más alto. Si fuiste a nadar, entonces nada y olvida todo. Entonces no hay pasado ni futuro, sólo tú y el agua y el instante presente. De esa forma aprenderás despacio, despacio, el arte de ser total. Empieza a aplicar el mismo arte a toda tu vida. Y un día sucederá el milagro, cuando todas las partes se fundan en una unidad. Esa unidad es tu alma, esa armonía es tu alma. Y cuando estés en armonía, sabrás que toda la existencia está en armonía. Sólo sabes lo que eres. No puedes saber más que eso.

Estar en armonía con uno mismo es conocer la última armonía de la existencia. Podrás llamarla Dios, nirvana, verdad, o podrás simplemente permanecer en silencio, porque ninguna palabra es adecuada. Nada puede expresarlo, nada puede explicarlo. El misterio sigue siend

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