Eterna Vigilia

Marisha Pessl

Fragmento

Índice

Índice

PRIMERA PARTE

CAPÍTULO 1

CAPÍTULO 2

CAPÍTULO 3

CAPÍTULO 4

CAPÍTULO 5

CAPÍTULO 6

CAPÍTULO 7

CAPÍTULO 8

CAPÍTULO 9

SEGUNDA PARTE

CAPÍTULO 10

CAPÍTULO 11

CAPÍTULO 12

CAPÍTULO 13

CAPÍTULO 14

CAPÍTULO 15

CAPÍTULO 16

CAPÍTULO 17

CAPÍTULO 18

TERCERA PARTE

CAPÍTULO 19

CAPÍTULO 20

CAPÍTULO 21

CAPÍTULO 22

CAPÍTULO 23

CAPÍTULO 24

CAPÍTULO 25

CAPÍTULO 26

CAPÍTULO 27

AGRADECIMIENTOS

PARA DAVID

En ocasiones no hay respuestas,

en ocasiones encuentras el amor,

en ocasiones la oscuridad tiene dientes,

en ocasiones oculta un ruiseñor.

En la vida solo puedes esperar,

al emprender travesía tan incierta,

que te acaben faltando las palabras.

¿Y entonces? Pregúntale a quien sepa.

J. C. GOSSAMER MADWICK

La casa oscura tras el último recodo

PRIMERA PARTE

PRIMERA

PARTE

CAPÍTULO 1

CAPÍTULO 1

No había hablado con Whitley Lansing, ni con ningún otro, desde hacía más de un año.

Cuando recibí el mensaje, tras el último examen final, sentí que era algo inevitable, como un cometa que atraviesa el cielo en mitad de la noche anunciando el destino.

Cuánto tiempo. WTF. #nomola. Perdona. Otra vez el Tourette. ¿Qué tal tu primer año en la uni? ¿Una pasada? ¿O un asco?

En serio. Te echamos de menos.

Rompo el silencio pq vienen todos a Wincroft por mi cumple. Linda estará en Mallorca y SE Burt en St. Bart’s, casándose por tercera vez (una yogui vegana). La casa será toda nuestra el fin de semana. Como antes.

¿Te vienes? ¿Qué me dices, Bumblebee? Carpe noctem.

Vive la noche.

No conocía a ninguna otra chica capaz de mirar a todo el mundo como una modelo de Dior vestida de cuero y manejar expresiones en latín como si fuera su lengua materna.

—¿Cómo te ha ido el examen? —me preguntó mi madre cuando pasó a buscarme.

—He confundido a Sócrates con Platón y no me ha dado tiempo a terminar el ejercicio —contesté mientras me abrochaba el cinturón de seguridad.

—Seguro que lo has hecho de maravilla. —Sonrió y me miró con cautela—. ¿Queda algo pendiente?

Negué con la cabeza.

Mi padre y yo lo habíamos recogido todo en mi habitación de la residencia y ya había ido a devolver los libros de texto a la asociación de estudiantes para tener el treinta por ciento de descuento el próximo curso. Mi compañera de habitación era de New Haven, se llamaba Casey y todos los fines de semana volvía a casa a ver a su novio. A duras penas había coincidido con ella desde la semana de presentación previa al inicio del curso.

El final de mi primer año en el Emerson College había pasado sin pena ni gloria, con el silencio indiferente que se suele reservar a una liquidación por cierre en un centro comercial de pequeñas dimensiones.

—Va a pasar algo malo —me habría dicho Jim.

No tenía planes para el verano, salvo trabajar con mis padres en el Captain’s Crow.

El Captain’s Crow —o el Crow, como lo llaman los vecinos— es la cafetería-heladería junto al mar que tiene mi familia en Watch Hill, el pueblecito de costa de Rhode Island donde me crie.

Watch Hill, Estado de Rhode Island. Población: todo el mundo se conoce.

Mi bisabuelo, Burn Hartley, abrió el establecimiento en 1885, cuando Watch Hill era poco más que una aldea escarpada a donde iban los capitanes de balleneros a recordar cómo era pisar tierra firme y a tomar a sus hijos en brazos por primera vez antes de volver a lanzarse al Atlántico, rumbo a lo desconocido. En la entrada hay colgado un retrato a lápiz enmarcado de mi bisabuelo, en el que aparece con la mirada penetrante de un genio de las letras o de un explorador intrépido que nunca hubiera regresado del Ártico. No obstante, lo cierto es que apenas sabía leer, prefería los rostros familiares a los desconocidos y habría escogido la tierra firme antes que el mar. Lo único que hizo en toda su vida fue dirigir nuestro pequeño restaurante junto al puerto y perfeccionar la receta de la mejor crema de almejas del mundo.

Me pasé todo el verano sirviendo helado a adolescentes bronceados con chanclas y camisetas de colores pastel, que iban y venían en grupos grandes y bulliciosos, como b

Suscríbete para continuar leyendo y recibir nuestras novedades editoriales

¡Ya estás apuntado/a! Gracias.X

Añadido a tu lista de deseos