The Beatles

Manolo Bellon

Fragmento

Conversación en la catedral de Liverpool.
Hablando de The Beatles

Por Eduardo Arias, periodista independiente

Desde hace muchos años he estado muy interesado en conocer la historia de la música. Y el día cero de ese interés fue el 28 de febrero de 1973, cuando Manolo Bellon, quien trabajaba en la emisora Radio 15, realizó un especial de tres programas sobre los Beatles, del cual habla en una de las páginas de este libro.

Lo anterior da a entender que yo conocí a los Beatles de manera tardía. Así es. Me crié en una especie de hogar Amish sin radio ni televisión ni aspiradora y una lavadora inservible que hizo bulto como cuarenta años. De milagro había una nevera y una brilladora que vivía dañada. Ah, y un tocadiscos. Y muchos discos. Pero todos de música clásica.

Yo sabía de la existencia de los Beatles porque mis compañeros del colegio hablaban de ellos. Pero solo en 1971, cuando mi abuelo me regaló un radio Sanyo de pilas, descubrí la música popular y, en mi búsqueda de emisoras para oír algo que no tuviera nada que ver con música clásica, me encontré con Radio 15, donde conocí la voz de Manolo Bellon.

Digo que aquel especial de los Beatles fue mi día cero porque allí descubrí que los músicos no solo se dedican a tocar y grabar canciones o sinfonías. Detrás de los instrumentos había seres humanos con una historia. Fue tal el entusiasmo que despertó en mí la serie de programas que a partir de ese momento comencé a interesarme en el origen de los grupos. Quiénes los integraban. Cómo se catalogaban los estilos que interpretaban. Y qué mejor manera de hacerlo que con los Beatles, cuya historia es desde muchos puntos de vista apasionante.

Nunca sobra recordar que en 1973 era muy complicado conseguir información sobre rock en Colombia. No había Google ni YouTube ni redes sociales ni nada de eso. No circulaban revistas musicales, en los diarios poco o nada se informaba, así que la principal fuente de información eran los disc jockeys de las emisoras. Como Manolo Bellon.

Un año más tarde, cuando yo estaba en quinto grado de bachillerato, Juan Quintero, un compañero del colegio, me prestó los famosos álbumes rojo y azul de los Beatles, una compilación aquí reseñada, y entré en mi fase de Beatlemanía.

Aunque los Beatles dejaron de ser mi grupo favorito y me decanté por los Rolling Stones, luego el rock progresivo, más adelante el punk y el new wave, y así… a medida que profundizaba en mis conocimientos comencé a darme cuenta de que la importancia de los Beatles no radicaba únicamente en que fueran famosos y provocaran tanta histeria entre las adolescentes. Ellos abrieron muchas puertas para que el rock dejara de ser un asunto de solo guitarras, bajo y batería. También fueron determinantes gracias a su relación con George Martin, su productor, y el estudio de grabación, que transformaron en un instrumento musical más. Pero también en la manera como transformaron de manera determinante la industria discográfica. Ellos cambiaron para siempre la música rock, hasta el punto de que yo considero I Want to Hold Your Hand, el tema que desató la Beatlemanía en Estados Unidos a comienzos de 1964, como la más trascendental de la historia del pop, así la canción en sí no me mate mucho que digamos.

Si alguien me pide escoger entre los Beatles y los Rolling Stones, yo contesto: “Me gustan más los Rolling Stones, pero me interesan mucho más los Beatles”. Por muchas razones. Para comenzar, su música, Aún hoy me cuesta mucho trabajo aceptar que “las escobas que cantan” Till There Was You y Do You Want To Know a Secret sean los mismos intérpretes de Tomorrow Never Knows, Blue Jay Way y Helter Skelter. Me atraen las personalidades tan variadas y a la vez tan complementarias de sus cuatro integrantes, admirables muchas veces, detestables otras tantas. Su carisma. La historia misma del grupo, con sus ires y venires, sus crisis y cambios de personalidad. La infinidad de mitos, leyendas y verdades a medias que se han tejido acerca de ellos. Hasta los cambios en su aspecto físico. Entre una fotografía de Mick Jagger en 1965 y otra de 2007 no hay mayores diferencias más allá los signos evidentes de la vejez, representados en las arrugas. En cambio, me cuesta mucho trabajo pensar que el John Lennon y el George Harrison de las sesiones fotográficas de 1965 en las que posan en un estudio con unos paraguas de colores son las mismas personas que caminan por un paso de cebra en la portada del álbum Abbey Road.

De la historia apasionante de los Beatles, de la que tanto y de tantas maneras se ha escrito y hablado, trata esta obra. Un libro que, para comenzar, hace falta en Colombia, ya que la excelente biografía ¡Gritad! (Shout!), de Phillip Norman, hace siglos salió de circulación en nuestras librerías. En estas páginas se cumple a cabalidad aquel dicho que dice “el que sabe repasa y el que no sabe aprende”. Aunque estoy seguro de que aun los más expertos y conocedores encontrarán detalles que no conocían, o les dirán que algún hecho que daban por cierto no es más que una leyenda urbana.

Manolo Bellon, hombre de radio al fin y al cabo, logra darle a su muy fluida y precisa pluma el tono de una conversación entre amigos. Sin necesidad de teorizar ni de hacer alarde de su erudición ni sabiduría.

Tampoco le tiembla la mano para escribir de manera coloquial cuando lo considera pertinente y mete la cucharada en primera persona para evocar cómo vivió él y cómo se vivió en Colombia algún momento determinante de la historia de los Beatles, así como sucesos dolorosos. El asesinato de John Lennon, para no ir más lejos.

Manolo Bellon es un montón de conocimiento que comparte con sus oyentes como si conversara alrededor de una taza de café.

Hay momentos en la historia del grupo (en particular en 1964 y 1965) en que el vértigo es amo y señor de la vida de los Beatles. Interminables giras, listados de éxitos a lo largo y ancho del planeta, reacciones de la prensa, películas, shows de televisión, aparición de álbumes británicos y norteamericanos con nombres, portadas y contenidos diferentes... todo eso enmarcado en los gritos y chillidos de adolescentes histéricas. No es tarea fácil describir y escribir acerca de semejante demencia. En el texto la maraña de datos y cifras fluyen de manera digerible y queda más que claro por qué los Beatles decidieron cambiar de forma tan abrupta la orientación de su música y sus vidas a partir de 1966, y por qué comenzó a primar en ellos cada vez más el interés personal por encima del colectivo.

Otro logro de este trabajo es que, aunque la historia de la banda con John Lennon, Paul McCartney, George Harrison y Ringo Starr como integrantes va de 1962 a 1970, en estas páginas se le presta mucha atención a los años anteriores a la aparición del disco sencillo Love Me Do y los posteriores a la disolución del grupo, en la que los cuatro ex Beatles tuvieron que labrarse un camino con el fardo de su grandioso pasado. Un camino que en varias ocasiones fue empinado, angosto y muy culebrero para los cuatro.

Los últimos capítulos del libro lo

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