Las cosas son lo que tú quieres que sean

Adam Kurtz

Fragmento

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Una de las mayores dificultades que entraña tener tu propio negocio es encontrar a gente con la que hablar de tus miedos, tus inseguridades y tus sueños. Abrir tu alma y compartir tu historia puede ser aterrador, pero también puede llevar a establecer conexiones más profundas y a aprender importantes lecciones vitales. En muchas ocasiones, he visto esos momentos de vulnerabilidad compartida transformarse en amistades que duran toda una vida, en nuevas colaboraciones y en auténticos salvavidas cuando las cosas se ponen feas. Por ello, siempre busco en internet otras voces y personas que me hagan sentir segura cuando me muestro abierta y sincera.

 

Sabía que Adam J. Kurtz me caería bien incluso antes de conocerlo. En un océano de voces digitales que claman para que se las escuche, la suya destacaba por una sinceridad, una claridad y una vulnerabilidad sin límites. Su franqueza a la hora de tratar temas peliagudos como la depresión, el bloqueo creativo y la petición de ayuda era como un faro que me guiaba hacia sus escritos. Así que un día abrí el portátil y, sin más, le envié un e-mail para preguntarle si querría escribir una columna en mi blog, Design*Sponge. Cuando me respondió que sí, me levanté y me puse a bailar por la habitación.

 

Cuando alguien tiene una voz tan singular como la de Adam, lo que hay que hacer es pasarle las riendas y permitir que se dedique a lo suyo. El primer artículo de Adam, «Cómo dejar de compararte con otros creativos», dejó claro que tenía una capacidad sin igual para abordar temas incómodos haciendo que el lector se sintiera apoyado y seguro. La columna de Adam fue inmediatamente un éxito y desde aquella primera semana ha tratado, con ingenio y humanidad, temas como el de superar los miedos, cómo ser más feliz siendo tú mismo y qué hacer cuando fracasas. Nunca ha vacilado cuando se ha referido a cuestiones que a los demás nos inquieta abordar a las claras, y su valentía y su sinceridad nos permiten seguir ese primer paso que ha dado hacia un diálogo abierto y comprensivo. Adam habla con una mezcla de humor autocrítico y confianza en sí mismo que inspiran cercanía, y siempre nos recuerda que, con una sonrisa y algo de ayuda por parte de los amigos, se puede superar casi cualquier cosa.

 

Sus consejos se han recopilado ahora en este libro tan especial que tienes en las manos. Sus palabras, tanto si las devoras de una sentada como si las reservas para disfrutarlas poco a poco, te harán sentir que Adam es tu amigo, que no estás solo. En vez de esquivar los temas que me hacen sentir expuesta o sensible, sus escritos me han infundido valentía para hablar sin tapujos. Me muero de ganas de marcar y subrayar un montón de páginas de mi ejemplar, y sé que te pasará lo mismo. Gracias, Adam, por ayudar a todos los que formamos parte de nuestra comunidad a sentirnos conectados y por recordarnos que no estamos solos.

 

Grace Bonney

Fundadora de Design*Sponge y autora de In the Company of Women, best seller del New York Times

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