A querer se aprende

Elena López

Fragmento

a_querer_se_aprende-3

PRÓLOGO

Hace unos años alguien me preguntó qué era para mí el amor. Si soy honesta, era algo sobre lo que nunca me había parado a reflexionar, pero desde entonces he dedicado muchas horas a darle vueltas a este concepto. Y es que, para mí, el amor es muchas cosas. Es familia, respeto, cuidado, empatía, pasión, refugio, apoyo, seguridad. Pero también es tristeza, nostalgia, melancolía, decepción e, incluso, a veces, dolor.

Porque, sí, el amor a veces también duele. Y para que duela, no siempre tiene que ser una relación de maltrato o un vínculo tóxico. Basta con echar de menos, con vivir un desamor, un amor no correspondido, una muerte o una ruptura de pareja. Por eso, si solo pudiese definir el amor con una palabra, sería: APRENDIZAJE.

En consulta me encuentro con muchas personas que inician su proceso de terapia porque tienen problemas a la hora de tener relaciones sanas. Algunas de ellas no consiguen crear vínculos afectivos profundos. Otras se vinculan desde el miedo al abandono. Otras desarrollan dependencia emocional. Y otras, sin embargo, siempre dan con el mismo tipo de persona y acaban cayendo en el ciclo de las relaciones tóxicas.

Sea como sea, a todas ellas siempre les explico lo mismo: Aprender a querer y a vincularnos de forma sana es como aprender a escribir.

Primero aprendes las vocales y luego las consonantes. Luego vas uniendo varias letras y creas una sílaba. Después, una palabra y así sucesivamente hasta que al final consigues escribir una frase entera. Pero para poder escribir la frase entera, primero te has tenido que equivocar. De hecho, puede que hayas confundido la «d» con la «b» o la «m» con la «n». Pero después de un error (o varios) has aprendido a escribir la letra correcta.

Pues con el amor y las relaciones nos pasa lo mismo. De hecho, es muy difícil que tu primera relación de pareja vaya bien si nadie te ha enseñado primero qué cosas se pueden tolerar y qué cosas no. Qué cosas son sanas y cuáles no. O, incluso, cuándo debemos seguir tirando del carro y cuándo debemos decir adiós.

Mi primera relación de pareja fue con 15 años. Duró casi un año y fue horrible, aunque yo, en el momento, no lo vi. Fui consciente después, cuando la relación se terminó y empezaron a ser más notables los insultos, las amenazas o el acoso. Pasé meses sometida a un maltrato psicológico brutal y lo peor de todo es que me sentía avergonzada. Era mi primera ruptura y supuse que eso era lo que tenía que pasar, así que me callé durante mucho tiempo hasta que un día no pude más y hablé. Fue entonces cuando comprendí lo que había pasado y aprendí que eso no estaba bien.

Años más tarde, tuve mi segunda relación de pareja, en la que, aunque no hubo maltrato, hubo muchísimas conductas tóxicas (tanto por su parte como por la mía). Muchas inseguridades, celos mal gestionados, problemas de comunicación y una forma muy fea de gestionar los conflictos. Pero lo determinante es que fue una relación intermitente, con muchas idas y venidas. Hasta que llegó un momento en el que me di cuenta de que mis límites y los suyos se habían pasado hacía mucho tiempo y que debíamos soltarnos. De nuevo, aprendí.

Un tiempo después, conocí a otro chico y el rol que adopté fue el de la amante. Sí, tal cual como lo lees. No es algo de lo que me sienta orgullosa, pero fue lo que pasó. Durante esa época herí a alguna que otra persona, pero, sobre todo, me hice daño a mí. Porque en ningún momento paré para preguntarme cómo me sentía en realidad, si eso era lo que yo quería en mi vida. Si me hacía feliz o si me sentía bien haciendo lo que estaba haciendo. Hasta que al final, otra vez, aprendí la lección.

Así que, ya ves, equivocarte y aprender. Volver a equivocarte y volver a aprender. Así funciona. Y así me fue a mí hasta que pude saber cómo narices se construía una relación sana. Relación que hoy en día mantengo y de la que solo puedo dar gracias. Pero también de la que he seguido (y sigo) aprendiendo mucho cada día.

Y es que cad

Suscríbete para continuar leyendo y recibir nuestras novedades editoriales

¡Ya estás apuntado/a! Gracias.X

Añadido a tu lista de deseos