El complot de la media luna (Dirk Pitt 21)

Clive Cussler

Fragmento

Índice

Índice

Cubierta

El complot de la media luna

Prólogo. Horizontes hostiles

Primera parte. El sueño otomano

Capítulo 1

Capítulo 2

Capítulo 3

Capítulo 4

Capítulo 5

Capítulo 6

Capítulo 7

Capítulo 8

Capítulo 9

Capítulo 10

Capítulo 11

Capítulo 12

Capítulo 13

Capítulo 14

Capítulo 15

Capítulo 16

Capítulo 17

Capítulo 18

Segunda parte. El manifiesto

Capítulo 19

Capítulo 20

Capítulo 21

Capítulo 22

Capítulo 23

Capítulo 24

Capítulo 25

Capítulo 26

Capítulo 27

Capítulo 28

Capítulo 29

Capítulo 30

Capítulo 31

Capítulo 32

Capítulo 33

Capítulo 34

Capítulo 35

Capítulo 36

Capítulo 37

Capítulo 38

Capítulo 39

Capítulo 40

Capítulo 41

Capítulo 42

Tercera parte. La sombra de la media luna

Capítulo 43

Capítulo 44

Capítulo 45

Capítulo 46

Capítulo 47

Capítulo 48

Capítulo 49

Capítulo 50

Capítulo 51

Capítulo 52

Capítulo 53

Capítulo 54

Capítulo 55

Capítulo 56

Capítulo 57

Capítulo 58

Capítulo 59

Capítulo 60

Capítulo 61

Capítulo 62

Capítulo 63

Capítulo 64

Capítulo 65

Capítulo 66

Capítulo 67

Capítulo 68

Capítulo 69

Capítulo 70

Capítulo 71

Capítulo 72

Capítulo 73

Capítulo 74

Capítulo 75

Capítulo 76

Capítulo 77

Capítulo 78

Capítulo 79

Capítulo 80

Capítulo 81

Capítulo 82

Capítulo 83

Capítulo 84

Capítulo 85

Cuarta parte. Destino Manifiesto

Capítulo 86

Capítulo 87

Capítulo 88

Capítulo 89

Capítulo 90

Capítulo 91

Capítulo 92

Capítulo 93

Capítulo 94

Capítulo 95

Capítulo 96

Capítulo 97

Capítulo 98

Epílogo. Los salvadores

Capítulo 99

Capítulo 100

Biografía

Créditos

Acerca de Random House Mondadori

Para Teri y Dayna,
que lo hacen todo divertido

Prólogo. Horizontes hostiles

PRÓLOGO

Horizontes hostiles

Año 327

Mar Mediterráneo

El tambor resonaba en los mamparos de madera con un ritmo vivaz de una precisión perfecta. El celeusta golpeaba la piel de cabra de su tambor de un modo suave y sin embargo mecánico. Podía golpear durante horas sin perder el compás; su formación musical se basaba en la resistencia más que en la armonía. Aquella cadencia constante era meritoria, pero su público, integrado por los remeros de la galera, estaba deseando que la monótona interpretación acabase cuanto antes.

Lucio Arceliano se frotó la palma sudada en el calzón y luego agarró la empuñadura del pesado remo de roble. Hundió la pala en el agua con un movimiento fluido y enseguida acompasó su ritmo al de los hombres que le rodeaban. Nativo de Creta, hacía seis años que se había enrolado en la marina romana atraído por la buena paga y la posibilidad de obtener la ciudadanía romana con el retiro. Sometido a un rigor físico extremo en los años transcurridos, solo aspiraba a ascender a una posición menos exigente a bordo de la galera imperial antes de que sus brazos no pudiesen más.

Contrariamente al mito de Hollywood, las antiguas galeras romanas no eran llevadas por esclavos. Los remeros que propulsaban las naves recibían una paga, y por lo general se los reclutaba en los pueblos marineros gobernados por el imperio. Al igual que los legionarios del ejército romano, los alistados soportaban semanas de dura preparación antes de hacerse a la mar. Eran hombres magros y fuertes, capaces de remar durante doce horas al día si era necesario. Pero a bordo de una galera birreme liburnia, una nave de guerra pequeña y ligera que solo llevaba dos bancadas de remeros a cada lado, estos aportaban una propulsión suplementaria a la gran vela cuadrada en el mástil central.

Arceliano miró al celeusta, un hombre muy bajo y calvo que golpeaba el tambor y tenía un mono atado a su lado. No pudo evitar fijarse en el sorprendente parecido entre el amo y el mico. Ambos tenían orejas grandes y un rostro redondo y alegre. El tamborilero sonreía a la tripulación con una expresión burlona, ojos chispeantes y dientes amarillos y desportillados. En cierto modo, su imagen conseguía que bogar resultase más fácil; Arceliano comprendi

Suscríbete para continuar leyendo y recibir nuestras novedades editoriales

¡Ya estás apuntado/a! Gracias.X

Añadido a tu lista de deseos