He decidido vivir 120 años

Ilchi Lee

Fragmento

Título

INTRODUCCIÓN

Abrazando una
nueva humanidad
y una nueva Tierra

¿Puedes imaginarte a ti mismo con 120 años? Es posible que esta idea haya despertado tu imaginación cuando leíste el título del libro: He decidido vivir 120 años. Puede que ya te hayas acostumbrado a la idea de vivir 90 o incluso 100 años, pero 120 años suena bastante absurdo. Entonces quizás te estés preguntando: “¿Qué fuente secreta de la juventud ha descubierto este autor?”.

Te lo voy a decir sin rodeos: no tengo ninguna pastilla mágica que garantice que tú o cualquier otra persona pueda vivir 120 años. Yo tengo casi 70 años en este momento y no puedo asegurar que viviré tantos años. Sin embargo, he tomado la decisión de estar en este mundo hasta cumplir 120 años.

Las palabras clave son “he tomado la decisión”. He tomado una decisión clara e inquebrantable de vivir hasta los 120 años. No puedo saber cuándo será el verdadero día final de mi vida, pero sé que esa vida es una posibilidad y que puedo tener la expectativa de llegar a esa edad, especialmente si doy los pasos necesarios para vivir de forma saludable y con un profundo sentido del propósito. Las investigaciones biológicas han demostrado que las células humanas tienen el potencial de funcionar y replicarse durante 120 años, e incluso más tiempo si son asistidas por las nuevas tecnologías que plantean horizontes alternativos. No resulta poco realista entonces tener esa expectativa de vida.

Concebí este libro en el momento en que comencé a mirar en retrospectiva mi vida cuando estaba por llegar al final de mi sexta década. Empecé a preguntarme qué quería hacer con los años que me quedaban. Durante mi juventud, pensaba que mi vida iba a estar prácticamente acabada a los 60 años, porque la expectativa de vida en ese momento era ésa aproximadamente, y se pensaba que 60 años era un tiempo considerable. Pero hoy en día la historia es muy diferente. Las personas viven con frecuencia 20 o 40 años más.

Sin embargo, tristemente, nuestras culturas siguen funcionando como si viviéramos 60 o 65 años, y muchas personas que superan esas edades quedan sin propósitos o pasiones. Además de eso, la mayoría de las personas mayores que conozco no saben cómo mantener su salud y fuerza, y quedan sin la capacidad de ser proactivos en sus vidas.

Ahora que estamos viviendo más tiempo que antes, todo el mundo está intentando averiguar cómo vivir bien en sus últimos años. Estamos experimentando una inundación de consejos sobre cómo envejecer exitosamente, desde empresas de Fitness, proveedores de suplementos alimenticios, libros, artículos en internet, TV y gurús de la salud. Pero a mi parecer, tales recomendaciones tienen una falla muy importante: les falta lo que yo llamo espíritu. Creo que la tarea más importante en la segunda mitad de la vida es encontrar un propósito, algo que le ofrezca significado al resto de tus años. El espíritu que hace que cada momento cobre vida viene de ese propósito. Sin esto, incluso vivir hasta cumplir 80 puede ser aburrido y sin sentido.

Escribí este libro pensando en aquellos lectores mayores de 40 años que han comenzado a contemplar la última mitad de sus vidas. Pero realmente puede ayudar a cualquier persona que, sin importar su edad, desee tener una vida significativa y plena. Después de todo, hay algo de lo que no podemos escapar: todos envejeceremos algún día, a menos de que tengamos una muerte trágica siendo aún jóvenes.

Planificarse para vivir una vejez plena debería ser tan normal como planificar una carrera laboral o contribuir con un fondo de retiros. La vejez es el futuro que nos espera a todos, y la forma en que vivas ahora tendrá un muy importante efecto sobre las décadas finales de tu vida.

Conforme planifico los años que me quedan por venir, confío en los mismos principios que adopté hace algún tiempo cuando comencé a creer que era posible alcanzar un nuevo futuro para la humanidad cambiando nuestras vidas individuales, mientras desarrollamos al mismo tiempo nuestro ser.

Durante los últimos 37 años, he adoptado la misión de ayudar a las personas a develar su verdadero yo y convertirse en la mejor versión posible de sí mismos. Fundé Educación Cerebral y Yoga para el Cuerpo y el Cerebro para el desarrollo del potencial humano. Ambos están basados en Sundo, un sistema de entrenamiento tradicional de Corea para la mente y el cuerpo.

Estos sistemas ahora son impartidos en todo el mundo y mis enseñanzas incluyen más de 40 libros publicados y dos películas. Debido a que he dado algunas vueltas por el mundo, desde Corea del Sur hasta Estados Unidos, después Japón, el Reino Unido, Canadá, Alemania, China y ahora Nueva Zelanda, he conocido a incontables personas que están interesadas en mejorar y extender sus vidas.

Ahora que soy un poco mayor, he tomado la decisión de seguir hacia adelante como si me quedaran muchos años por vivir, y continúo trabajando para crear un futuro sostenible y lleno de esperanza para toda la humanidad. Hace dos años, comencé un proyecto en la pequeña ciudad de Kerikeri en la Isla Norte de Nueva Zelanda. Estoy creando una escuela residencial y una comunidad allí, en la que cientos de personas pueden experimentar un estilo de vida de autoconfianza y de respeto hacia el medio ambiente, en un lugar en el que los humanos y la naturaleza viven en armonía: un hermoso bosque de 380 acres. Este lugar se llama Earth Village.

A través del Proyecto Earth Village, los visitantes encuentran su verdadero ser en una locación hermosa y natural. Le quería regalar a las personas lo que llamo “el sueño del Ciudadano de la Tierra”, que es cuando las personas trascienden a sus seres más pequeños y comienzan a recibir a otros en su mundo. Quiero que sea un lugar que sirva de modelo de armonía, coexistencia y paz infinita.

Espero que noten algo importante sobre la visión que he implementado en Earth Village: es una visión diseñada para el futuro de la humanidad, no solamente para las personas que están vivas hoy. A cualquier edad, es fácil caer en el hábito de preocuparse únicamente por los problemas que surgen en el día a día. Especialmente durante nuestra vejez. Es fácil no preocuparse demasiado por el futuro; sentimos que no tenemos que ocuparnos del tiempo que vendrá porque no estaremos vivos para experimentarlo. Pero si planificamos vivir hasta los 120 años, nos convertimos en uno de los grupos de interés del futuro, y podemos tener un propósito y una visión hasta nuestro último aliento. Para mí, al elegir vivir 120 años, puedo asumir la responsabilidad completa del plan y lo he puesto en movimiento a través del Proyecto Earth Village.

Escribí este libro porque pienso que todo el mundo puede vivir de esta forma, con un sentido del propósito y visión para todas sus vidas, no solamente para la mitad. Durante el transcurso de los años, me han dicho muchas veces que mis planes eran muy alocados y que fallaría. En oportunidades fallé, pero con más frecuencia acerté, he tenido éxito y, más importante aún, nunca me he rendido. Como resultado, las vidas de muchas

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