Un hombre de treinta y tres años regresa a su país, el Perú, sintiéndose un náufrago: no tiene pareja, amigos, capital ni trabajo, y tampoco la menor idea de hacia dónde dirigir su vida; solo ha atinado a refugiarse en casa de su madre en el barrio de su infancia, de donde salió tiempo antes jurando que jamás volvería.
El retorno supone un viaje a las luces y sombras de la memor
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Un hombre de treinta y tres años regresa a su país, el Perú, sintiéndose un náufrago: no tiene pareja, amigos, capital ni trabajo, y tampoco la menor idea de hacia dónde dirigir su vida; solo ha atinado a refugiarse en casa de su madre en el barrio de su infancia, de donde salió tiempo antes jurando que jamás volvería.
El retorno supone un viaje a las luces y sombras de la memoria. Así, la aparición de un amigo del pasado, y con él la profesora que les enseñó a leer y escribir, produce un torbellino de revelaciones dolorosas que irá desatando su nudo interior: los fantasmas del origen, el terror del país en el que creció, la experiencia de la precariedad en la escuela pública, y más allá, los padecimientos de la vida rural andina y el descubrimiento de las brechas sociales y raciales.
El principio del mundo es un tratado adolorido de la memoria personal y familiar, una brutal radiografía del siglo peruano, pero también un tributo conmovedor a la tarea crucial de los maestros y una carta rabiosa y desesperada de amor a la madre.
Con esta obra ambiciosa y compleja, Jeremías Gamboa expande su universo literario y rinde un homenaje de excepción a la novela como instrumento para nombrar la realidad.
El principio del mundo narra el regreso de un hombre a la casa de su infancia en Lima tras una etapa de crisis personal. En ese retorno, marcado por el desarraigo y la incertidumbre, emergen memorias dolorosas: la precariedad escolar, la violencia estructural y el amor incondicional de una madre. La novela es un homenaje a los maestros, un retrato crítico del Perú contemporáneo y una indagación íntima sobre el origen, la herida y la identidad.
«En El Principio del Mundo, la memoria es un laberinto que Gamboa explora con los faros de la lucidez y de la emotividad. Una novela inolvidable sobre los imperios del pasado en nuestras vidas.
Alonso Cueto
«Una bellísima meditación sobre la memoria y el paso del tiempo, escrita con las emociones en la piel y, al mismo tiempo, con algo que solo puedo llamar sabiduría. Gamboa es un novelista de una rara sensibilidad».
Juan Gabriel Vásquez
«Un escritor perfectamente dueño de sus medios expresivos, que sabe concentrarse en lo esencial, que es siempre contar una historia bien contada».
Mario Vargas Llosa
«Tanto Contarlo todo como Animales luminosos son, por encima de todo, trabajos de orfebre, de artista que se mete en más problemas de lo que su solvencia narrativa le exigiría. Gamboa no solo hace lo que podría escribir en piloto automático, sino que fuerza las formas, probándose en todo momento a sí mismo».
Carlos Zanón, Babelia
«En la noche oscura del alma tiene que haber una luz. Gamboa la encuentra con el ritmo y la lengua, la complejidad y la gracia, la trama veloz y la reflexión. Se mete en una grieta íntima y la construye universal. Animales luminosos es una novela hermosa».
Gabriela Cabezón Cámara