Cuando Eufrasia Vela empieza a trabajar como cuidadora de ancianos, no sospecha que su oficio la llevará a una encrucijada existencial. La íntima relación que mantiene con doña Carmen, el doctor Harrison y Los Siete Magníficos —entrañables personajes que se apoderan de su pensamiento y su cariño— la obliga a replantearse su papel de madre y hermana, las vicisitudes de la longevidad, las formas de la compasión y el sorpresivo valor que los cuyes, esos conejillos de Indias tan peculiares, adquieren en su presupuesto moral. Acompañada de una banda sonora donde resuenan el huayno, el jazz, la balada y el pop, la historia de Cien cuyes rescata a la vez la impronta del cine como un contrapunto de la existencia de sus personajes y una fuente de revelaciones sobre el sentido de la vida y de la muerte cuando esta se aproxima.
«Cien cuyes es una novela tragicómica, situada en la Lima de hoy, que refleja uno de los grandes conflictos de nuestro tiempo: somos sociedades cada vez más longevas y cada vez más hostiles con la gente mayor. Paradoja que Gustavo Rodríguez aborda con
destreza y humor. Un libro conmovedor cuyos protagonistas cuidan, son cuidados y defienden la dignidad hasta sus últimas consecuencias».
Del acta del jurado del XXVI Premio Alfaguara de novela, presidido por Claudia Piñeiro e integrado por Javier Rodríguez Marcos, Carolina Orloff, Rafael Arias García, Juan Tallón y Pilar Reyes
«Una historia tragicómica, conmovedora, hecha con destreza y humor».
Claudia Piñeiro
«Gustavo Rodríguez consigue exprimir la metáfora de la vida como un tránsito hacia la muerte. Lo hace sin moralismos ni truculencias. Con humor y dignidad».
Karina Sainz Borgo, ABC
«Una obra donde se mezcla lo trágico y lo cómico en la revisión del transcurso del tiempo, la vejez y sus contradicciones. Con Cien cuyespodemos reírnos y podemos llorar, una sonrisa y una lágrima. [...] Un desarrollo lleno de maestría, que hace que la voz de su país en la literatura mundial vuelva a encontrar su sitio, abandonando la que parecía ser una eterna adolescencia».
Octavio Gómez Milián, Zona de Obras
«Una novela atractiva, con un desarrollo excelente: entrañable, conmovedora, inteligente, reivindicativa... y profigurativo, pero igualque la fruta del limón, deja un sabor agridulce, tragicómico, entre la esperanza y la desesperanza».
Fidel Molina-Luque, Segre
«Una de esas voces que sorprenden, justamente porque no se jacta de alimentarse solo de la literatura. También cree en la calle y en su mirada y en sí mismo».
Alberto Fuguet
«Una oda a la vejez, un canto a la existencia y un homenaje a esas mujeres que trabajan, sufren, cuidan, empatizan, añoran y, pese a todo, sobreviven».
Concha García, La Razón