La nueva sociedad

Fragmento

PRÓLOGO

¿Por qué leer este libro? Porque ayuda a lograr algo que no es sencillo: renovar la mirada de la política aportando frescura y acción. Me explico. Es difícil para el pensamiento social acercarse a las nuevas realidades que el cambio del mundo ha producido en el último siglo. Seguimos aplicando conceptos que fueron útiles en épocas pasadas, pero que ya no lo son, y lo hacemos sin darnos cuenta. Se insiste en mirar los hechos con anteojos que ya no permiten ver, o más bien y peor, con lentes que los deforman y hacen aún más difícil construir éxitos electorales.

El análisis político, y entre ellos el que realizan los protagonistas de la escena del poder, se ha transformado en un género literario de fantasía, cerrado sobre sí mismo, al que le cuesta enormemente encontrarse con el dinamismo de las sociedades actuales. No es por mala voluntad, es verdaderamente difícil abrirse a un diálogo con una realidad cuya nueva forma carece en general de palabras, no puede decirse con claridad a sí misma y se muestra indescifrable a nuestra mirada desorientada.

Esto resulta en una serie negativa de consecuencias: malas interpretaciones que generan fracasos y una visión cuya tendencia crítica está al servicio del objetivo de disimular los supuestos falsos de los que dicho análisis político suele partir.

El aporte de Jaime Durán Barba y Santiago Nieto consiste en ofrecer una visión renovada de lo social, del sentido y forma de la política, que además es útil porque está construida sobre ideas probadas en decenas de intervenciones en la compleja realidad que, como decíamos, tiende a escapársenos. Sí, es necesario reconocer la situación en su forma actual, pero hay un valor añadido en hacerlo con herramientas reflexivas que han jugado un rol, que se han perfeccionado participando en la real lucha de fuerzas. Unas ideas que no han estado en el banco de suplentes, sino en el campo de juego, probadas durante años en decenas de campañas y asesorías prestadas a importantes líderes de Latinoamérica.

Acuerdo con los autores de este libro en un supuesto básico: el intelectual no puede ya ser definido como un pensador crítico separado de la realidad, es necesario —la época lo pide, nuestra propia pulsión vital lo exige— dar el paso hacia un rol innovador y participativo. El intelectual no puede encontrar su lugar en un aislamiento descontento y supuestamente meritorio, debe hacer su mejor contribución creativa.

He trabajado durante años en el mismo equipo de comunicación del que participaban Jaime y Santiago asistiendo al presidente Mauricio Macri y he visto cómo su visión del mundo daba lugar a constantes aportes concretos. Su mirada resultaba orientadora, era siempre novedosa y aportaba valor en cada coyuntura desafiante. Sus intervenciones no se limitaban a la función de comunicar, en sus planteos y sugerencias asomaba la fuerza de la estrategia.

He visto cómo el poder de una perspectiva que hila los hechos de manera novedosa y justa puede ser crucial en el desarrollo de una fuerza política que aborda la difícil tarea de transformar un país. Jaime y Santiago fueron factores clave para los enormes logros políticos de Juntos por el Cambio.

¿Que si sus movimientos fueron siempre coronados por el éxito? No hay infalibilidad en el mundo humano, pero en la historia de estos dos ecuatorianos sorprendentes hay más aciertos que errores, y sobre todo hay en su trabajo —insisto— un permanente esfuerzo por cambiar el mundo, dando forma, apartándose de la pasividad de un análisis puro. Lejos de la acostumbrada complacencia intelectual que se solaza en la descalificación de la realidad y sus complejidades, vemos aparecer el rasgo superador: la búsqueda de efectos reconocibles, el aporte para lograr que sociedades que padecen el peso de la inadvertida sumisión a ideas perimidas puedan optar por el avance de un mundo siempre vital y en indudable desarrollo. La suya es una visión del mundo renovada que expresa las ganas de vivir de millones de personas trabadas en repeticiones ideológicas sin sentido que retrasan o hunden a sus comunidades. Los autores no solo son capaces de pensar lo nuevo, ayudan a su despliegue, suman impulso a este necesario desenvolvimiento.

En este libro teoría y realidad aparecen fundidas de manera productiva. No solo porque se renueva el repertorio de observaciones de pensamiento, sino porque esto sucede generando también nuevas vías de acceso a un juego político que se ha puesto más complejo de lo que estamos dispuestos a aceptar. Este es un libro valioso porque es un libro útil. Su perspectiva invita a la acción, a nuevos protagonismos, a superar planteos clásicos y ser capaces de ideas nuevas que decantan necesariamente en nuevas posiciones.

El ingrediente principal, no dicho pero supuesto y evidente, es el protagonismo de los individuos, una posición que requiere tanto de una teoría valiosa (no hay conocimiento gratis, sin apuesta vital) como de la osadía de animarse. Creo que todo lector ligado a una perspectiva de cambio encontrará aquí más de un aporte decisivo.

ALEJANDRO ROZITCHNER

La gente común no vive de la política

INTRODUCCIÓN

La teoría del caos, formulada para explicar lo imprevisible en las matemáticas y la física, plantea que el mundo no funciona según un patrón fijo, sino que se comporta de manera caótica. Sus procesos dependen de una acumulación de pequeñas circunstancias, que se aglomeran y conducen a resultados inesperados.

El matemático Edward Lorenz popularizó esta teoría al hablar del “efecto mariposa”, según el cual “el débil golpe de las alas de una mariposa puede ser la causa de un huracán a miles de millas de distancia”. En todos los campos, una variable concreta es capaz de alterar a otras. Y esto ocurre en forma recíproca y progresiva hasta producir efectos inimaginables.

La globalización y el desarrollo de la tecnología nos precipitaron a la sociedad del caos: todo está relacionado y se ha vuelto imprevisible. Vemos en tiempo real lo que ocurre en el planeta y esa información modifica todo el tiempo nuestra percepción de la vida y de la política. Somos parte de una sociedad en la que un virus que muta en Sudáfrica provoca la clausura de Broadway en cuarenta y ocho horas.

La feminización de la cultura occidental y la revolución tecnológica nos llevaron a una transformación radical. La democracia representativa entró en crisis, y cu

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