El último Foucault

Tomás Abraham

Fragmento

Índice
  • El último Foucault
  • Portadilla
  • Portada
  • Legales
  • Prólogo
  • El último Sócrates de Foucault
    • Características de la parresía
    • La trayectoria de Foucault: Apología, Critón y Fedón
    • Sócrates filósofo
    • Una ofrenda para Asclepios
    • Sócrates parresiastés.La amistad sin secuaces
  • El riesgo de pensar
    • Un nuevo objeto, un nuevo sujeto[20]
    • La problematización de la parresía
    • La parresía política
    • La parresía filosófica
    • Los cínicos
    • Prácticas de parresía
    • El silencio
    • El sí mismo y la escritura
    • El entrenamiento
    • Las pruebas
    • La meditación
    • ¿Foucault parresiasta?
    • La filosofía como modo de vida
    • El arte de vivir
    • Oposición-curiosidad-innovación
    • Vivir la muerte
  • Paul Veyne. El amigo de Foucault
    • Lo cotidiano y lo interesante
    • El arqueólogo escéptico
    • Pan y circo
    • El estoicismo
    • Aron
    • Foucault
    • Char
    • Post scriptum
  • La ascética del príncipe
    • 1. Las versiones del señor
    • 2. La versión de Maquiavelo
    • 3. Maquiavelo: la versión de Foucault
    • 4. La voluntad como obra de arte político: Il Principe
      • a. Los otros
      • b. De la contingencia del mercado a la necesidad soberana
      • c. El amor, el temor, el odio
      • d. La ley, las armas y la bestia
      • e.Virtù, Fortuna y el saber de la anticipación
    • 5. El caldo y la lente
  • Átomos sueltos. El "cuidado de sí" entre los anarquistas a comienzos del siglo XX
  • Coraje y verdad
    • La palabra parrhèsía
      • El significado de la palabra
        • Franqueza
        • Verdad
        • Peligro
        • Crítica
        • Deber
      • La evolución de la palabra
        • Retórica
        • Política
        • Filosofía
    • La parresía en Eurípides
      • Las fenicias (c. 411-409 a.C.)
      • Hipólito (428 a.C.)
      • Las bacantes (c. 407-406 a.C.)
      • Electra (415 a.C.)
      • Ion (c. 418-417 a.C.)
        • Prólogo de Hermes
        • El silencio de Apolo
        • El papel de Ion
        • El papel parresiástico de Creusa
      • Orestes (408 a.C.)[160]
      • Problematizar la parresía
    • La parresía en la crisis de las instituciones Democráticas
    • La parresía en el cuidado de sí
      • La parresía socrática
      • La práctica de la parresía
        • En las relaciones humanas
          • Vida comunitaria
          • Vida pública
          • Relaciones personales
        • En técnicas de examen
          • Consideraciones preliminares
          • Autoexamen solitario
          • Diagnóstico de sí
          • Pruebas de sí
    • Consideraciones conclusivas
  • Bibliografía
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PRÓLOGO

por Tomás Abraham

Hay que saber distinguir a un lector sudamericano de otro francés. Es necesario tomar en cuenta ciertas coordenadas geográficas. Vivir en la Argentina entre 1975 y 1984 determinaba un espacio de lectura. Este espacio era el resultado de una fractura en el tiempo. De una postergación y de una ausencia de información impuestas por la distancia y la censura.

La voluntad de saber y Vigilar y castigar, publicados en Francia entre 1975 y 1976, constituyeron un milagro filosófico. Las ideas que Foucault presentaba en los dos libros eran tantas y de tal calidad que se convirtieron durante años en la proteína de nuestro organismo teórico. En especial el primero, que nos hacía viajar por el cristianismo, Bataille, el psicoanálisis, el nazismo, las formaciones clínicas del siglo XIX, y una serie de sugerencias maravillosas que hacían de su próxima revelación una ansiosa espera.

Foucault cumplía su promesa hecha en la Universidad de Vincennes en la primera clase de su curso “Historia de la penalidad” e “Historia de la sexualidad”, dos caminos que para los estudiantes —entre los que me contaba— no dejaban de ser un completo enigma. Los avatares del posmayo 68 no permitieron el normal desarrollo de las conferencias, y su nombramiento en el Collège de France lo alejó de las aulas universitarias.

“El orden del discurso”, la conferencia inaugural en el Collège, fue nitroglicerina envasada. El anuncio del plan de trabajo para los futuros años era un mar de promesas. No se detallaban los puntos históricos y temáticos de lo que iba a plantear, pero la dirección estaba establecida: los problemas del poder y la verdad. Los ejemplos de Semmelweiss y Mendel mostraban que en la ciencia los parámetros de la verdad no sólo estaban supeditados a normas de objetividad. Existía una co

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