El universo oye lo que sientes

Fragmento

cap-1
Introducción

Las Enseñanzas de Abraham me han acompañado a lo largo de casi tres décadas. Cuando me ofrecieron la oportunidad de establecer un diálogo personal con la que considero la sabiduría de vanguardia en nuestro planeta, mi reacción inmediata fue de entusiasmo. Cada vez que releo este diálogo entre la sabiduría colectiva incorpórea de Abraham y yo mismo, acude a mi mente el título de la canción «Come Fly with Me» («Ven a volar conmigo»). Las páginas de este libro contienen la oportunidad de elevarse hasta unas alturas que el lector nunca ha podido imaginar.

Estando en el escenario, mientras hablaba con Esther y escuchaba las asombrosas respuestas de Abraham, me sentía totalmente cautivado por la profunda energía presente esa noche en aquella amplia sala. Estaba extasiado, como un niño en una tienda de dulces que pudiera probar todo cuanto deseara. Las enseñanzas de este libro te ofrecen, lector, la ocasión de utilizar tu propia mente para cocrear una vida llena de emoción, felicidad y la sensación de avanzar hacia tus propósitos en todo momento. Abraham respondió a todas mis preguntas y comentarios con ese estilo directo que le caracteriza y que transmite esas verdades sencillas que conducen a vivir en total alineación con nuestra Fuente de Ser.

Hace muchos años, cuando era un joven estudiante de doctorado, encontré la sabiduría presente en una obra llamada El secreto más raro, de Earl Nightingale. Seis palabras me llevaron a explorar el poder que yace latente dentro de nuestra propia mente: «Nos convertimos en aquello que pensamos». En este libro, Abraham me recuerda sin cesar que esa maravillosa verdad no admite excepciones. De todos los libros que he escrito y he tenido la fortuna de ofrecerle al mundo, considero que este es el que ofrece la información más importante y práctica gracias a la sabiduría de Abraham. Y a quienes pongan en duda que las sensatas indicaciones que me brindó a lo largo de nuestro diálogo procedieran realmente de la dimensión No Física, me permito recordarles las palabras atribuidas a Mark Twain: «Lo que causa problemas no es tanto lo que la gente ignora como lo que sabe y no es verdad».

Mientras lees y escuchas el encuentro personal reproducido en estas páginas, te animo a practicar una filosofía que ha marcado toda mi vida de adulto: que tu mente permanezca abierta a todo y apegada a nada. La Ley de la Atracción funciona en este preciso momento, y, tal como Abraham me dijo: «el Universo no oye lo que dices; el Universo oye lo que sientes».

YO SOY

WAYNE W. DYER

cap-2
Introducción

Tan pronto como empecé a recibir a Abraham supe que esa experiencia extraña y maravillosa se debía al gran deseo que sentía mi marido, Jerry Hicks, de ser útil, ayudar y animar a sus semejantes, así como de entender cómo funciona el Universo y por qué estamos aquí. Sin duda alguna, esa fue la causa de que Abraham empezara a fluir a través de mí. Jerry había invocado a Abraham gracias a la vida que había llevado y a todas las preguntas sin respuesta que había acumulado con el paso del tiempo. Por eso, desde el principio y durante los muchos años que siguieron, casi todas las respuestas de Abraham fueron consecuencia directa de las preguntas de Jerry. A medida que transcurría el tiempo y aumentaba el número de personas que interactuaban con Abraham, la gama de preguntas se amplió y el mensaje de ellos[1] se hizo más amplio y profundo.

Por lo tanto, cuando Reid Tracy, presidente y director general de Hay House, sugirió un encuentro en el que pudieran conversar Abraham y el doctor Wayne W. Dyer, sentí una gran ilusión. Sabía que Wayne había reunido a lo largo de su vida poderosos elementos de comprensión, y deseaba que le plantease a Abraham todas las preguntas pendientes de respuesta. Estaba segura de que la experiencia sería muy intensa, y no me equivoqué. ¡Fue una cocreación perfecta!

Con amor,

ESTHER HICKS

cap-3
Nota a los lectores

Este libro se basa en el encuentro en directo que organizó la editorial Hay House el 13 de noviembre de 2013 en Anaheim, California, y su transcripción se ha modificado ligeramente en estas páginas para agilizar su lectura. Como no siempre existen palabras para expresar a la perfección los pensamientos No Físicos que recibe Esther, a veces forma combinaciones nuevas de palabras y utiliza palabras corrientes de maneras nuevas —por ejemplo, escribiéndolas con mayúscula cuando en condiciones normales no se haría— a fin de expresar maneras nuevas de contemplar viejas maneras de ver la vida.

Para facilitar la lectura, los comentarios y preguntas de Wayne W. Dyer aparecerán en negrita, mientras que las respuestas de Abraham lo harán en caracteres normales.

cap-4
La idea de Reid

Reid Tracy: Hola y bienvenidos a este maravilloso encuentro. Me llamo Reid Tracy y soy presidente y director general de Hay House. Estamos transmitiendo el encuentro por internet en tiempo real, por lo que pueden participar si lo desean. Miles de personas de todo el mundo lo verán al mismo tiempo.

Llevo vinticinco años en Hay House, y este es uno de los programas que más ilusión me hace. Un día telefoneé a Esther y le dije: «Tengo una idea absurda. ¿Qué te parece si Wayne Dyer habla con Abraham, estando vosotros dos solos en el escenario?».

Ella dijo: «Me parece una idea fantástica».

Y yo dije: «Ah, bien. Ahora se lo pregunto a Wayne».

Esta va a ser una velada muy emocionante, así que, sin más preámbulos, me gustaría dar la bienvenida a Wayne Dyer y Esther Hicks.

Esther Hicks: Muchas gracias. ¿Estáis preparados, chicos? [Esther a Reid] Pero ¿en qué lío nos has metido?

Wayne Dyer: ¡Madre mía! Estoy encantado de haber venido para hablar con un fantasma; llevaba años esperándolo.

Miembro del público: Te quiero, Wayne.

Wayne: ¡Madre mía, yo también te quiero! Os quiero a todos. Es estupendo estar aquí.

Esther: Una persona me ha preguntado de qué hablaríamos esta noche, y le he dicho: «Ni lo sé, ni quiero saberlo». Quería tener la cabeza despejada. Me encanta la idea de que alguien tan brillante como el doctor Dyer hable con Abraham. ¿Qué podría ser mejor? Realmente es una cocreación perfecta, ¿no es así?

Wayne: En efecto. En 1987 o 1988 alguien me envió una enorme colección de cintas de Abraham y empecé a escucharlas. Hace unos doce años conocí en persona a Jerry y Esther, y soy un tr

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