Con peques en la familia ya no se descansa tanto, ni se lee tanto ni, por supuesto, se toma el sol tumbado en la playa. Hay unos niñas y niñas que cuidar, también en vacaciones, y esto requiere de nuestra presencia, entrega, imaginación, energía, creatividad y mucha paciencia.
En vacaciones se remueven muchísimas emociones, tanto en adultos como en niños. La emoción de tener unos días libres en familia y cambiar de lugar, de rutinas y de actividades... La excitación de estar en sitios nuevos y compartir quizás con otros familiares o amigos... Como los niños son todo intensidad, las vacaciones también suelen ser intensas, y eso no está para nada reñido en que sean fantásticas y lo pasemos bien, por supuesto. Pero vamos, que lo de descansar, ya fue.