Cómo decidir qué libros leer en vacaciones

Hay a quien le emociona pensar en los lugares que visitará en vacaciones. Para nosotros, en cambio, lo realmente importante es saber qué libros vamos a meter en la maleta.

1 agosto,2022

Getty Images.

Una esposa traicionada desaparece en la oscuridad durante más de una semana. Se descubre un manuscrito antiguo que nadie sabe traducir. La obra de teatro del dramaturgo más famoso de la historia se pierde para siempre. Un célebre escritor de terror es encontrado delirando y agonizante en una cuneta, a cientos de kilómetros de su casa, vestido con la ropa de otra persona.

Podría ser una tormenta de ideas garabateadas en notas Post-It por un escritor superventas de novelas de terror, y encajar en las páginas de cualquier buena novela de suspense. Pero la literatura también tiene sus misterios en la vida real. La diferencia, por supuesto, es que los misterios ficticios suelen tener una pulcra conclusión. Los misterios de la vida real, en cambio, pueden dejarnos con la intriga para siempre.

He aquí algunos de los misterios de la literatura en la vida real que nunca han sido resueltos y probablemente nunca lo serán.

Baltimore. Jornada electoral. Era un lluvioso y nublado 3 de octubre de 1849 cuando se encontró a un hombre tendido en una cuneta en estado delirante, con una ropa harapienta que le quedaba pequeña y que no era suya. No pudo —o no quiso— explicar cómo había llegado a ese lugar, ni por qué fue hallado con las prendas de otra persona. Pasó los tres días siguientes en el hospital, incapacitado por unas fuertes alucinaciones y gritando el nombre de un hombre al que nadie conocía. Para el 7 de octubre, el escritor de terror más famoso de Estados Unidos estaba muerto.

La muerte de Edgar Allan Poe fue tan horripilante y misteriosa como uno de sus cuentos, y objeto de una sarta de teorías, desde el asesinato y el atraco, y el alcoholismo y el suicidio, a una enfermedad infecciosa como la rabia o la sífilis. Siempre se ha insinuado que fue utilizado para un fraude electoral conocido como cooping, donde las víctimas eran llevadas por la fuerza, drogadas y obligadas a votar varias veces a un partido político y a las que después se daba por muertas. A veces los cambiaban de ropa para ocultar su identidad.

Para hacerlo aún más confuso, todos los registros médicos desaparecieron misteriosamente, si es que alguna vez existieron. ¿La conclusión? Nadie sabe qué le ocurrió a Poe, porque nunca recobró la lucidez para explicarlo. La poetisa clarividente Lizzie Doten afirmó que Poe había vuelto a la Tierra para dictar algunos poemas, que ella publicó. Pero, al parecer, a su fantasma se le olvidó mencionar nada sobre su muerte.

Baltimore. Jornada electoral. Era un lluvioso y nublado 3 de octubre de 1849 cuando se encontró a un hombre tendido en una cuneta en estado delirante, con una ropa harapienta que le quedaba pequeña y que no era suya. No pudo —o no quiso— explicar cómo había llegado a ese lugar, ni por qué fue hallado con las prendas de otra persona. Pasó los tres días siguientes en el hospital, incapacitado por unas fuertes alucinaciones y gritando el nombre de un hombre al que nadie conocía. Para el 7 de octubre, el escritor de terror más famoso de Estados Unidos estaba muerto.

La muerte de Edgar Allan Poe fue tan horripilante y misteriosa como uno de sus cuentos, y objeto de una sarta de teorías, desde el asesinato y el atraco, y el alcoholismo y el suicidio, a una enfermedad infecciosa como la rabia o la sífilis. Siempre se ha insinuado que fue utilizado para un fraude electoral conocido como cooping, donde las víctimas eran llevadas por la fuerza, drogadas y obligadas a votar varias veces a un partido político y a las que después se daba por muertas. A veces los cambiaban de ropa para ocultar su identidad.

Para hacerlo aún más confuso, todos los registros médicos desaparecieron misteriosamente, si es que alguna vez existieron. ¿La conclusión? Nadie sabe qué le ocurrió a Poe, porque nunca recobró la lucidez para explicarlo. La poetisa clarividente Lizzie Doten afirmó que Poe había vuelto a la Tierra para dictar algunos poemas, que ella publicó. Pero, al parecer, a su fantasma se le olvidó mencionar nada sobre su muerte.

Baltimore. Jornada electoral. Era un lluvioso y nublado 3 de octubre de 1849 cuando se encontró a un hombre tendido en una cuneta en estado delirante, con una ropa harapienta que le quedaba pequeña y que no era suya. No pudo —o no quiso— explicar cómo había llegado a ese lugar, ni por qué fue hallado con las prendas de otra persona. Pasó los tres días siguientes en el hospital, incapacitado por unas fuertes alucinaciones y gritando el nombre de un hombre al que nadie conocía. Para el 7 de octubre, el escritor de terror más famoso de Estados Unidos estaba muerto.

La muerte de Edgar Allan Poe fue tan horripilante y misteriosa como uno de sus cuentos, y objeto de una sarta de teorías, desde el asesinato y el atraco, y el alcoholismo y el suicidio, a una enfermedad infecciosa como la rabia o la sífilis. Siempre se ha insinuado que fue utilizado para un fraude electoral conocido como cooping, donde las víctimas eran llevadas por la fuerza, drogadas y obligadas a votar varias veces a un partido político y a las que después se daba por muertas. A veces los cambiaban de ropa para ocultar su identidad.

Para hacerlo aún más confuso, todos los registros médicos desaparecieron misteriosamente, si es que alguna vez existieron. ¿La conclusión? Nadie sabe qué le ocurrió a Poe, porque nunca recobró la lucidez para explicarlo. La poetisa clarividente Lizzie Doten afirmó que Poe había vuelto a la Tierra para dictar algunos poemas, que ella publicó. Pero, al parecer, a su fantasma se le olvidó mencionar nada sobre su muerte.

Baltimore. Jornada electoral. Era un lluvioso y nublado 3 de octubre de 1849 cuando se encontró a un hombre tendido en una cuneta en estado delirante, con una ropa harapienta que le quedaba pequeña y que no era suya. No pudo —o no quiso— explicar cómo había llegado a ese lugar, ni por qué fue hallado con las prendas de otra persona. Pasó los tres días siguientes en el hospital, incapacitado por unas fuertes alucinaciones y gritando el nombre de un hombre al que nadie conocía. Para el 7 de octubre, el escritor de terror más famoso de Estados Unidos estaba muerto.

La muerte de Edgar Allan Poe fue tan horripilante y misteriosa como uno de sus cuentos, y objeto de una sarta de teorías, desde el asesinato y el atraco, y el alcoholismo y el suicidio, a una enfermedad infecciosa como la rabia o la sífilis. Siempre se ha insinuado que fue utilizado para un fraude electoral conocido como cooping, donde las víctimas eran llevadas por la fuerza, drogadas y obligadas a votar varias veces a un partido político y a las que después se daba por muertas. A veces los cambiaban de ropa para ocultar su identidad.

Para hacerlo aún más confuso, todos los registros médicos desaparecieron misteriosamente, si es que alguna vez existieron. ¿La conclusión? Nadie sabe qué le ocurrió a Poe, porque nunca recobró la lucidez para explicarlo. La poetisa clarividente Lizzie Doten afirmó que Poe había vuelto a la Tierra para dictar algunos poemas, que ella publicó. Pero, al parecer, a su fantasma se le olvidó mencionar nada sobre su muerte.

Baltimore. Jornada electoral. Era un lluvioso y nublado 3 de octubre de 1849 cuando se encontró a un hombre tendido en una cuneta en estado delirante, con una ropa harapienta que le quedaba pequeña y que no era suya. No pudo —o no quiso— explicar cómo había llegado a ese lugar, ni por qué fue hallado con las prendas de otra persona. Pasó los tres días siguientes en el hospital, incapacitado por unas fuertes alucinaciones y gritando el nombre de un hombre al que nadie conocía. Para el 7 de octubre, el escritor de terror más famoso de Estados Unidos estaba muerto.

La muerte de Edgar Allan Poe fue tan horripilante y misteriosa como uno de sus cuentos, y objeto de una sarta de teorías, desde el asesinato y el atraco, y el alcoholismo y el suicidio, a una enfermedad infecciosa como la rabia o la sífilis. Siempre se ha insinuado que fue utilizado para un fraude electoral conocido como cooping, donde las víctimas eran llevadas por la fuerza, drogadas y obligadas a votar varias veces a un partido político y a las que después se daba por muertas. A veces los cambiaban de ropa para ocultar su identidad.

Para hacerlo aún más confuso, todos los registros médicos desaparecieron misteriosamente, si es que alguna vez existieron. ¿La conclusión? Nadie sabe qué le ocurrió a Poe, porque nunca recobró la lucidez para explicarlo. La poetisa clarividente Lizzie Doten afirmó que Poe había vuelto a la Tierra para dictar algunos poemas, que ella publicó. Pero, al parecer, a su fantasma se le olvidó mencionar nada sobre su muerte.

Baltimore. Jornada electoral. Era un lluvioso y nublado 3 de octubre de 1849 cuando se encontró a un hombre tendido en una cuneta en estado delirante, con una ropa harapienta que le quedaba pequeña y que no era suya. No pudo —o no quiso— explicar cómo había llegado a ese lugar, ni por qué fue hallado con las prendas de otra persona. Pasó los tres días siguientes en el hospital, incapacitado por unas fuertes alucinaciones y gritando el nombre de un hombre al que nadie conocía. Para el 7 de octubre, el escritor de terror más famoso de Estados Unidos estaba muerto.

La muerte de Edgar Allan Poe fue tan horripilante y misteriosa como uno de sus cuentos, y objeto de una sarta de teorías, desde el asesinato y el atraco, y el alcoholismo y el suicidio, a una enfermedad infecciosa como la rabia o la sífilis. Siempre se ha insinuado que fue utilizado para un fraude electoral conocido como cooping, donde las víctimas eran llevadas por la fuerza, drogadas y obligadas a votar varias veces a un partido político y a las que después se daba por muertas. A veces los cambiaban de ropa para ocultar su identidad.

Para hacerlo aún más confuso, todos los registros médicos desaparecieron misteriosamente, si es que alguna vez existieron. ¿La conclusión? Nadie sabe qué le ocurrió a Poe, porque nunca recobró la lucidez para explicarlo. La poetisa clarividente Lizzie Doten afirmó que Poe había vuelto a la Tierra para dictar algunos poemas, que ella publicó. Pero, al parecer, a su fantasma se le olvidó mencionar nada sobre su muerte.

Baltimore. Jornada electoral. Era un lluvioso y nublado 3 de octubre de 1849 cuando se encontró a un hombre tendido en una cuneta en estado delirante, con una ropa harapienta que le quedaba pequeña y que no era suya. No pudo —o no quiso— explicar cómo había llegado a ese lugar, ni por qué fue hallado con las prendas de otra persona. Pasó los tres días siguientes en el hospital, incapacitado por unas fuertes alucinaciones y gritando el nombre de un hombre al que nadie conocía. Para el 7 de octubre, el escritor de terror más famoso de Estados Unidos estaba muerto.

La muerte de Edgar Allan Poe fue tan horripilante y misteriosa como uno de sus cuentos, y objeto de una sarta de teorías, desde el asesinato y el atraco, y el alcoholismo y el suicidio, a una enfermedad infecciosa como la rabia o la sífilis. Siempre se ha insinuado que fue utilizado para un fraude electoral conocido como cooping, donde las víctimas eran llevadas por la fuerza, drogadas y obligadas a votar varias veces a un partido político y a las que después se daba por muertas. A veces los cambiaban de ropa para ocultar su identidad.

Para hacerlo aún más confuso, todos los registros médicos desaparecieron misteriosamente, si es que alguna vez existieron. ¿La conclusión? Nadie sabe qué le ocurrió a Poe, porque nunca recobró la lucidez para explicarlo. La poetisa clarividente Lizzie Doten afirmó que Poe había vuelto a la Tierra para dictar algunos poemas, que ella publicó. Pero, al parecer, a su fantasma se le olvidó mencionar nada sobre su muerte.

Baltimore. Jornada electoral. Era un lluvioso y nublado 3 de octubre de 1849 cuando se encontró a un hombre tendido en una cuneta en estado delirante, con una ropa harapienta que le quedaba pequeña y que no era suya. No pudo —o no quiso— explicar cómo había llegado a ese lugar, ni por qué fue hallado con las prendas de otra persona. Pasó los tres días siguientes en el hospital, incapacitado por unas fuertes alucinaciones y gritando el nombre de un hombre al que nadie conocía. Para el 7 de octubre, el escritor de terror más famoso de Estados Unidos estaba muerto.

La muerte de Edgar Allan Poe fue tan horripilante y misteriosa como uno de sus cuentos, y objeto de una sarta de teorías, desde el asesinato y el atraco, y el alcoholismo y el suicidio, a una enfermedad infecciosa como la rabia o la sífilis. Siempre se ha insinuado que fue utilizado para un fraude electoral conocido como cooping, donde las víctimas eran llevadas por la fuerza, drogadas y obligadas a votar varias veces a un partido político y a las que después se daba por muertas. A veces los cambiaban de ropa para ocultar su identidad.

Para hacerlo aún más confuso, todos los registros médicos desaparecieron misteriosamente, si es que alguna vez existieron. ¿La conclusión? Nadie sabe qué le ocurrió a Poe, porque nunca recobró la lucidez para explicarlo. La poetisa clarividente Lizzie Doten afirmó que Poe había vuelto a la Tierra para dictar algunos poemas, que ella publicó. Pero, al parecer, a su fantasma se le olvidó mencionar nada sobre su muerte.

Baltimore. Jornada electoral. Era un lluvioso y nublado 3 de octubre de 1849 cuando se encontró a un hombre tendido en una cuneta en estado delirante, con una ropa harapienta que le quedaba pequeña y que no era suya. No pudo —o no quiso— explicar cómo había llegado a ese lugar, ni por qué fue hallado con las prendas de otra persona. Pasó los tres días siguientes en el hospital, incapacitado por unas fuertes alucinaciones y gritando el nombre de un hombre al que nadie conocía. Para el 7 de octubre, el escritor de terror más famoso de Estados Unidos estaba muerto.

La muerte de Edgar Allan Poe fue tan horripilante y misteriosa como uno de sus cuentos, y objeto de una sarta de teorías, desde el asesinato y el atraco, y el alcoholismo y el suicidio, a una enfermedad infecciosa como la rabia o la sífilis. Siempre se ha insinuado que fue utilizado para un fraude electoral conocido como cooping, donde las víctimas eran llevadas por la fuerza, drogadas y obligadas a votar varias veces a un partido político y a las que después se daba por muertas. A veces los cambiaban de ropa para ocultar su identidad.

Para hacerlo aún más confuso, todos los registros médicos desaparecieron misteriosamente, si es que alguna vez existieron. ¿La conclusión? Nadie sabe qué le ocurrió a Poe, porque nunca recobró la lucidez para explicarlo. La poetisa clarividente Lizzie Doten afirmó que Poe había vuelto a la Tierra para dictar algunos poemas, que ella publicó. Pero, al parecer, a su fantasma se le olvidó mencionar nada sobre su muerte.

Otros artículos

Recomendaciones

Lecturas
Cuatro libros famosos que casi tuvieron finales completamente distintos
Cuatro libros famosos que casi tuvieron finales completamente distintos
Una fina línea separa un buen libro de un gran libro, y un final satisfactorio es sin duda uno de los elementos característicos de los segundos. Sin embargo, estas cuatro emblemáticas novelas estuvieron a punto de tener capítulos finales muy diferentes.
Lecturas
«Roma soy yo», la obra que Santiago Posteguillo siempre quiso escribir (y el por qué de atreverse a hacerlo ahora)
«Roma soy yo», la obra que Santiago Posteguillo siempre quiso escribir (y el por qué de atreverse a hacerlo ahora)
Sobre Julio César se ha escrito mucho. Sin embargo, esta obra-inicio de una nueva saga-va al origen del mito. ¿Cómo fue la primera aparición de Julio César en el foro romano? ¿Quién era este joven abogado antes de saltar a la vida pública? ¿Qué hechos o personas de su vida dejaron impronta en su carácter?. En estas líneas Santiago Posteguillo nos habla de esto, pero también de su propia fascinación por la civilización romana, y de por qué ha esperado tanto para escribir sobre esta figura de la que siempre quiso hacerlo. 
Lecturas
Virginia Feito y «La señora March», la novela que enamoró a Elizabeth Moss
Virginia Feito y «La señora March», la novela que enamoró a Elizabeth Moss
Que «La señora March» es una mezcla de Madame Bovary y Betty Draper enloquecida, que su autora es la Patricia Highsmith española, que es un thriller con tintes de comedia costumbrista feminista: todo esto se ha dicho de la primera novela de Virginia Feito y de todo esto habla aquí. Ubicada de inmediato en las listas de más vendidos, sedujo a los libreros estadounidenses y a Elisabeth Moss, la estrella de «Mad Men» que compró los derechos para adaptarla al cine e interpretar a la protagonista.
Product added to wishlist