La pasión de Pilar Primo de Rivera

José María Zavala

Fragmento

cap-2

INTRODUCCIÓN

Ella

Pilar Primo de Rivera es una lámpara votiva: tiene todo lo de una lámpara votiva, la consagración inacabable, el ardor silencioso, la docilidad obstinada, el recogimiento llameante, la caricia a las tinieblas, el suave aceite, la pacífica luz.

EUGENIO D’ORS

El lector tiene ahora en sus manos lo que Pilar Primo de Rivera y Sáenz de Heredia, la hermana menor de José Antonio, no contó en sus memorias o simplemente prefirió hacerlo de puntillas: ¿Envenenaron a su padre? ¿Pretendieron en verdad casarla con Hitler? ¿Conoció en persona al testigo del fusilamiento de su hermano? ¿Y al hermano falangista de Durruti? ¿Tuvo amores secretos? ¿Por qué la espiaron?…

Estas páginas constituyen en sí mismas, valga la redundancia, un libro de Historia repleto de historias sorprendentes, en gran parte desconocidas, que rodearon los ochenta y cuatro años de existencia de Pilar Primo de Rivera.

No se trata así de una biografía, stricto sensu, de ella; como tampoco de una historia de la Sección Femenina, aunque indefectiblemente salga a relucir ésta a lo largo del relato; ni mucho menos de un tratado político sobre la Falange, puesto que bibliografía de todo ello existe ya en abundancia.

De Pilar Primo de Rivera y Sáenz de Heredia se pueden decir muchas cosas —la mayoría de ellas buenas—, pero nadie duda de que esta gran mujer, todavía hoy muy desconocida, ha pasado a la Historia reciente de España por ser «la hermana de José Antonio».

¿Y qué mejor «título» para ella que casi todo el mundo la erija hoy en la sombra femenina de su venerado hermano?

De hecho, la directora de la Sección Femenina intentó vislumbrar siempre todo lo que hubiese hecho José Antonio de haber vivido, entregándose en cuerpo y alma a su cumplimiento con mayor o menor acierto, pero sin faltar jamás a su lealtad acrisolada. Todavía a principios de los años setenta, ella misma proclamaba: «Yo creo que José Antonio, en treinta años de política, hubiera dicho muchas cosas nuevas que nosotros debemos tratar de adivinar».

El conocido escritor falangista Eugenio Montes glosaba esa armoniosa simbiosis entre el primogénito y la hermana menor, en una dedicatoria manuscrita que Pilar guardaba como un tesoro afectivo entre sus papeles privados, y que dice así: «A Pilar/unido a vida/y muerte/en el recuerdo/y el destino/de José Antonio/inmortal».

El insigne ensayista y filósofo Eugenio d’Ors comparaba a Pilar con «una lámpara votiva», que posee todo lo inherente a ella: «La consagración inacabable, el ardor silencioso, la docilidad obstinada, el recogimiento llameante, la caricia a las tinieblas, el suave aceite, la pacífica luz».

A ese mismo «gran ardor, persistente y original, de familia» se refería el grafólogo Carlos Juan Ruiz de la Fuente, miembro del Sindicato Español Universitario (SEU) en los años fundacionales, en un informe que la propia Pilar conservaba a su muerte en su archivo y que reproducimos al final, en los anexos documentales; señal inequívoca de que ella debió otorgarle algún crédito.

Aludía Eugenio d’Ors a la «consagración inacabable» de Pilar; «consagración», añadiría yo en esa misma línea, a la memoria de su hermano, a su legado político y religioso, e incluso a su propia personalidad que llegó a fundirse en una sola con la de él.

Sabida es, si no, la muletilla que en boca de Pilar escucharon quienes la conocieron más de cerca: «Como diría José Antonio…».

José Antonio siempre por delante y presente en todos los instantes de su longeva vida.

Quién sabe si Carlos Juan Ruiz de la Fuente no hubiese suscrito para el fundador de la Falange todos y cada uno de los rasgos de carácter que atribuyó a Pilar… Júzguelo si no el lector, a la vista del informe.

A lo largo de estas páginas asistiremos a los primeros pasos de nuestra protagonista en el hogar familiar y al conocimiento de las personas de su entorno que más le marcaron: su padre el general Miguel Primo de Rivera, su madre Casilda Sáenz de Heredia, su hermano menor Fernando, y por encima de todos ellos, como ya señalábamos, José Antonio, sobre quien conoceremos nuevos detalles de su vida.

Junto a pasajes inéditos relatados por la propia protagonista sobre su familia, los caídos de la Falange o los incesantes peligros durante la Guerra Civil, ofrecemos al lector episodios no menos interesantes y en gran parte ignorados de su biografía: la pertenencia a la Falange del hermano del anarquista Buenaventura, Pedro Durruti, a quien Pilar trató en persona, y su trágico final; su encuentro en Burgos con Joaquín Martínez Arboleya, testigo ocular del fusilamiento de su hermano, año y medio después de producirse éste; la verdad sobre el insólito proyecto de boda nada menos que con Adolf Hitler, auspiciado por Ernesto Giménez Caballero; el documento, reproducido por primera vez completo, sobre los intentos de rescate de José Antonio de la cárcel de Alicante que poco antes de su muerte redactó su principal protagonista, Agustín Aznar, conservado en el archivo de Pilar; los entresijos de su enfrentamiento con Mercedes Sanz Bachiller desde la Sección Femenina y el Auxilio Social, respectivamente…

Por no hablar de dos excepcionales documentos gráficos recogidos en los cuadernillos de fotos: las imágenes del traslado de los restos mortales de José Antonio al Valle de los Caídos y su inhumación junto al altar mayor de la basílica, en marzo de 1959; así como una selección de las mejores fotografías del álbum que Pilar conservaba en su archivo sobre su tercer viaje a la Alemania de Hitler, en el verano de 1943.

Reservamos al lector otras muchas sorpresas, de entre las cuales anticipamos ahora sólo dos más: la existencia de una red de espionaje que mantuvo informado puntualmente a Carrero Blanco, y en última instancia a Franco, de las andanzas de Pilar y de otros significados miembros de la Falange; y el gran amor de su vida, el marino Pablo Suanzes Jáudenes, a quien ella fue capaz de renunciar, «consagrada» como estuvo siempre a la memoria de José Antonio y de su magna obra.

Así que, sin más preámbulos, conozcamos ya las grandes pasiones de Pilar…

cap-3

Los cochecitos

Esta novela es la vida de cualquier familia española, cuyos hijos nacieron en los alrededores de 1910…

PILAR PRIMO DE RIVERA

«Los cochecitos de la plaza de Oriente.» De esta forma tan pueril pensó titular sus memorias Pilar Primo de Rivera y Sáenz de Heredia, la hermana predilecta de José Antonio, líder de la Falange.

En su archivo personal, inédito hasta ahora, la directora de la Sección Femenina durante más de cuarenta años conservaba a su muerte las notas personales de Los recuerdos de una vida, como se denominó finalmente su autobiografía publicada en 1983, que ella pensó en un principio disfrazar de novela, dado su natural recato para los asuntos íntimos y familiares: «Esta novela es la vida de cualquier familia española, cuyos hijos nacieron en los alrededores de 1910…», escribía así el

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