Si salieras a vivir...

Patricia Ramírez

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Esta es una de mis frases, esas que invitan pensar, a abrir tu mente y a plantearte otras formas de ser más feliz. Me gustaron mucho las respuestas de mis seguidores cuando la lancé en las redes sociales. Respuestas sencillas, que no costaban dinero, fáciles de llevar a cabo y que inspiran a mucha gente que se siente marchita, sin fuerza y sin ganas. «Pasear por la orilla del mar, ir andando a trabajar, tomarme un café sin prisas, darme una señora ducha, jugar al fútbol con la ilusión de cuando era niño, abrazar a mi madre con fuerza, perderme un rato en el vivero, plantar hierbabuena…»

Te invito a través de este libro, de sus doce hábitos y de los ejercicios prácticos que incluye, a adoptar la actitud que te permita vivir con ganas, con serenidad, con plenitud. Un día puede ser algo más que un día. Un día puede ser, en parte, lo que tú decidas.

Si sigues mis redes sociales habrás leído más de una vez otra de mis frases favoritas: «Las situaciones nunca son perfectas, tu actitud sí puede serlo». Porque, independientemente del momento en el que te encuentres y las circunstancias que atravieses, siempre te quedará la libertad de elegir cómo enfrentarte a cada situación.

La actitud no lo es todo. Y quien piense que solo con actitud y tesón obtendrá el premio, sinceramente, es un iluso. Pero sí es el cimiento, la base, la fuerza, el motor o la ambición para involucrarte en aquello que deseas. La actitud no lo es todo, pero sin ella no eres nada. En las redes se promueve la filosofía de que la actitud te pone al límite y que esos límites están para superarlos. Pero ni siempre está uno motivado para hacerlo, ni tampoco tenemos que estar superándonos cada dos por tres como clave de la felicidad. Si la actitud no se acompaña de talento, inteligencia, habilidades, aptitudes, genética, valores, se queda sola ante el peligro. Sería exigirle demasiado a la actitud.

Si no tienes voz, pero tienes actitud, ya te puedes dar de cabezazos contra una pared, que nunca podrás ser cantante profesional. Podrás aprender a impostar la voz y no desafinar tanto al cantar, pero lo que se dice cantar como los ángeles… lo siento, pero no.

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La felicidad reside más en la aceptación, la paz interior, en vivir momentos, en superarse cuando uno decide hacerlo, en saber gestionar las emociones de forma sana, en tener relaciones de confianza, en ser una persona de bien, en llevar una vida coherente con el sistema de valores y en sentirse a gusto con lo que uno es y tiene.

Así que podemos concluir que la actitud es mejor tenerla de aliada, de «mejor amiga», pero que también necesitamos otros valores y una base sobre la que trabajar.

La actitud está relacionada con nuestros hábitos. Ella permite entrenarlos y modificarlos. Los hábitos nos facilitan la vida. Y cuando tenemos hábitos coherentes con el estilo de vida que deseamos llevar, nos sentimos felices y plenos. Y ese es un propósito de este libro. Poder llevar una vida plena. Pero los hábitos son muy puñeteros, sí, esa es la palabra que los define. Son puñeteros porque son costosos de cambiar o de adquirir. Porque no es algo que compres en el supermercado a bajo precio, sino que requiere planificación, entendimiento, una finalidad y mucha repetición. Y durante todo el proceso surgen emociones maravillosas como aquellas que son fruto de lo que vamos consiguiendo, pero otras menos agradables como la frustración, la rabia o la tristeza que nos llevan a dudar de nosotros y a que nos planteemos abandonar. Pero los hábitos son hábitos, es decir, no son monstruos, son amigos. No es algo a lo que tengamos que temer, sino aquello con lo que nos tenemos que aliar. Y para eso tienes este libro ahora en tus manos.

Durante los 22 años que llevo ejerciendo como psicóloga de la salud y del deporte, parte de mi motivación ha sido conseguir hacer muy prácticos todos los conceptos, paradigmas y teorías que la psicología ofrece desde su lado más científico. Al paciente y al deportista, además de aquello que tiene que hacer y de por qué lo tiene que hacer, le interesa saber cómo modificarlo. La gente quiere recursos fáciles que le allanen la vida. Y creo sinceramente que ese es uno de los valores que yo aporto a la psicología: conseguir que sea fácil, práctica y divertida. Espero poder inspirarte así a través de este cuaderno de trabajo.

Tanto en mis sesiones individuales, libros, artículos como conferencias, me gusta hacer participar al que asiste. Porque está demostrado que cuando interactuamos con la información, vemos, escuchamos, jugamos, participamos, el aprendizaje es mayor y los cambios también son más estables. Participar motiva.

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Un estudio reciente de Jane Wardle, del University College de Londres, publicado en el European Journal of Social Psychology, afirma que 66 días es la media de tiempo que una persona tarda en adquirir un nuevo hábito. Y quédate con esta idea: cambiar de hábitos está al alcance de todos. ¿Por qué? Porque tenemos un cerebro maravilloso con plasticidad neuronal. Significa que estás capacitado toda la vida para seguir aprendiendo cosas nuevas, y esto incluye cambiar de hábitos y abandonar los que no nos convienen. No hay una sola etapa de nuestra vida en la que no podamos cambiar algo si así lo deseamos. Para conseguirlo, la actitud marcará la diferencia: necesitas compromiso, implicación y esfuerzo. Pero, tranquilo, te iré acompañando para echarte un cable. Verbaliza conmigo, y si puedes delante del espejo, mejor (es importante convencer a la persona que estás viendo en el espejo): «Yo puedo, yo también puedo, ¿dónde está escrito y demostrado lo contrario?». Y si le guiñas el ojo a esa persona, mejor. Así, con descaro, como quien tiene claro que va a por todas.

Tenemos la suerte de poder entrenar la actitud, es decir, afinar en aquello que nos falte para poder ser más felices, eficaces, hábiles, serenos. Y esta es la finalidad de este libro interactivo en el que tú y yo vamos a ir diseñando, dibujando y creando un proceso en el que puedas entrenar aquello que elijas.

Y no me refiero a la cantidad de ejercicios mentales y juegos que permiten fortalecer tu cerebro y tenerlo joven. Me refiero a entrenar tus pensamientos, tus emociones y tus comportamientos para llegar al puerto que elijas.

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Ten siempre a mano lápiz y una libreta bonita y especial en la que podrás escribir y dibujar en respuesta a los ejercicios prácticos que descubrirás a lo largo de la lectura y también para dar rienda suelta a tu imaginación.

 

Igual te están surgiendo en este momento algunas dudas.

Veamos si puedo resolvértelas.

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Sí, siempre que tú lo elijas. Superarte, cambiar, tener otros hábitos o plantearte m

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