La Perfecta Cabrona en el trabajo

Elizabeth Hilts

Fragmento

Indice

Índice

Cubierta

Portadilla

Índice

Dedicatoria

Introducción

I. La cuestión del éxito

Notas al [I] La cuestión del éxito

II. «Pensaré en ello»

III. Planifica tu trabajo, trabaja según tu plan

IV. Tu equipo, tu trabajo

V. Elige tus batallas

Nota al [V] Elige tus batallas

VI. Los juicios falsos o las grandes meteduras de pata

Nota al [VI] Los juicios falsos o las grandes meteduras de pata

VII. Pensar en hacer que ocurran cosas

VIII. Tiempo libre para funcionar bien

IX. A la cabrona le sienta bien el adjetivo rica

X. Si eres la jefa tú eres la cabrona

XI. Volar en solitario

Nota al [XI] Volar en solitario

Apéndice A. Consejos para conseguir la carrera profesional que quieres

Apéndice B. Para escribir en la pared

Agradecimientos

Sobre la autora

Créditos

Grupo Santillana

Dedicatoria

Este libro es para todas las mujeres que saben que el éxito no es un concepto de talla única. Y para mis queridísimas chicas, Shannon Hector y Cassidy Elizabeth Singleton, que son mi inspiración para tratar de hacer mi trabajo mejor cada día.

[Introducción]

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[Introducción]

¡Enhorabuena! Has dado el primer paso para aprovechar el poder de tu cabrona interior. Sí, sólo por elegir este libro, estás en el camino de crear tu propio éxito.

¿Qué tiene que ver la cabrona interior con el éxito? Pues todo. Déjame explicarme. En mi primer libro, Manual de la perfecta cabrona, denuncié el encanto tóxico: esa misteriosa enfermedad que nos incita a comportarnos de forma contraproducente, y cuya única cura es conocer a nuestra cabrona interior. El encanto tóxico tiene un par de alias: «la enfermedad de complacer», codependencia, protección (que está bien con moderación, pero que puede ser encanto tóxico con piel de cordero). No importa cómo lo llamemos, cuando sufrimos de encanto tóxico todos los que están alrededor de nuestras vidas se aprovechan más de nuestros esfuerzos que nosotras mismas. El encanto tóxico nos hace decir «Sí» cuando queremos decir «No». Nos comemos un pedazo del pastel (o incluso el pastel entero) en vez de cantarle las cuarenta a alguien que se lo tiene bien merecido. Nos disculpamos por cosas de las que no tenemos la culpa. Conocer a nuestra cabrona interior, por el contrario, significa llamar a las cosas por su nombre y no tener nunca miedo de decir lo que pensamos. La cabrona interior es esa parte de nosotras mismas que es inteligente, segura y digna. Sabe lo que quiere y no está dispuesta a conformarse con menos, lo que está absolutamente relacionado con el éxito.

Naturalmente, el encanto tóxico es letal en las relaciones; un descubrimiento que me llevó a mi segundo libro, La perfecta cabrona y los hombres.

Así que este tercer libro era inevitable. Después de todo, ¿qué otra cosa vas a hacer con toda esa energía que solías dedicar al cuidado de los demás? Ya que está ahí puedes emplearla en tu puesto de trabajo y aprovechar el poder de tu cabrona interior para llegar a alcanzar el mayor éxito posible. Y ella quiere que sueñes a lo grande cuando se trata de ésta y de todas las partes de tu vida.

El truco está en comprender exactamente lo que significa el éxito para ti. Porque reconozcámoslo, «la talla única» no funciona con el éxito más de lo que funciona con la ropa.

LA BUENA NOTICIA

Tu cabrona interior te ayudará a encontrar el modo de superar los obstáculos que están en el camino hacia el éxito, como quiera que se defina este último.

¿Cómo lo sé? Lo sé porque todo lo que tengo hoy día se lo debo al conocimiento de mi cabrona interior. Más allá de lo obvio, conocerla me ayudó a ser sincera conmigo misma acerca de las minas que impedían mi ruta de acceso al éxito; obstáculos que, en algunos casos, yo misma había sembrado. Por ejemplo:

Image Me costaba mucho admitir que soy ambiciosa; lo que era, por supuesto, parte integral de la forma en que el encanto tóxico funcionaba en mi vida.

Image Me relacionaba con gente que no apoyaba mis esfuerzos. En mi caso, este grupo incluía a mi marido de entonces, a algunos compañeros de trabajo, jefes y amigos, que me desanimaban activamente en mi búsqueda del éxito.

Image Durante mucho tiempo estuve en la profesión equivocada, lo que para mí fue una elección fuertemente influida por el encanto tóxico. Como estaba tan absorta en asegurarme de cuidar a todos los que me rodeaban, me costó mucho tiempo darme cuenta de que el ir a trabajar diariamente no era más que un sufrimiento, y no porque tuviera que llevar medias todos los días.

Cuando por fin empecé a conocer a mi cabrona interior, esas minas empezaron a desaparecer. No fue cosa de magia; me costó mucho esfuerzo. Pero lo que quiero decir es lo siguiente: yo hablo desde las trincheras. No tengo un MBA, no he subido ninguna escala corporativa; en lo único que soy experta es en la cabrona interior, y te prometo que conocer a la tuya te ayudará a encontrar el éxito que realmente deseas.

¿Cómo? Pues con una frase de consigna, naturalmente. En Manual de la perfecta cabrona empleé la frase: «Yo creo que no» (una frase muy versátil, en realidad); en La perfecta cabrona y los hombres utilicé otra: «¿En qué estoy pensando?» (que es mil veces mejor que la anterior). Pa

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