Leche con galletas

Juan Llorca
Melisa Gómez

Fragmento

cap-1

INSTAURAR HÁBITOS SALUDABLES

Los abuelos, además de mantener una relación especial con los nietos y disfrutar con ellos numerosos momentos y numerosas comidas, se han convertido en un pieza clave para la conciliación en muchos hogares. Por ello, cada vez existe mayor preocupación por parte de madres y padres acerca de la calidad de esas comidas.

Más allá de un helado el fin de semana, los abuelos y sus nietos comparten hoy en día muchas más comidas y los primeros suelen ser indulgentes con los dulces o con ciertos productos no muy saludables. Esto en ocasiones puede dar pie a que, cuando los peques vuelven a casa y los padres les ofrecen para merendar alimentos más sanos, como fruta, no los quieren porque prefieren otra opción (yogures de sabores, galletas o bocadillos). ¿Qué podemos hacer ante esta situación? ¿Hay alguna manera de unir esfuerzos y fomentar juntos, abuelos y progenitores, los hábitos saludables que nos gustaría que los niños tuviesen cuando sean adultos?

Es común que las familias acudan a mi consulta en busca de consejos para trasladar a los abuelos y abuelas los conocimientos y la importancia de una buena alimentación desde los primeros meses de vida; buscan seguridad, ya que cuando los que hoy somos padres nos enfrentamos al inicio de la alimentación complementaria de nuestros hijos, e incluso un poco antes, con la lactancia, lo hacemos con mayor acceso a la información que el que ellos tuvieron, y conocemos prácticas efectivas que pueden ser de ayuda para establecer buenos hábitos o, por el contrario, obstaculizar su consolidación. Quieren dejar claro a los abuelos y abuelas el enorme agradecimiento que sienten hacia ellos por el cuidado y cariño que dan a sus nietos, pero consideran fundamental que les comprendan y apoyen para que los hábitos que desean instaurar se moldeen en familia.

En los capítulos siguientes abordaremos este tema. Rescataremos las mejores prácticas y reconoceremos los espacios de mejora de cada rol (abuelos-padres), de modo que podamos disfrutar más de lo que nos une, que es ver crecer a nuestros hijos y nietos sanos y felices.

cap-2

1. ABUELOS, PIEZA CLAVE DENTRO DE LA FAMILIA

Desde el inicio de los tiempos, los abuelos han colaborado en la crianza de sus nietos. Madres y padres han acudido a ellos en busca de apoyo para llevar a cabo tareas como el cuidado y la alimentación de los más pequeños, y son numerosos los beneficios que todos reciben al pasar tiempo juntos. 

Dice un proverbio africano que se necesita una tribu para criar a un niño, y es que tener abuelos que nos transmitan sus experiencias y conocimientos, consientan nuestros hijos y les muestren que hay otras formas de abordar las situaciones del día a día es muy enriquecedor para cultivar en ellos, y en nosotros, la flexibilidad.

Actualmente, en muchos lugares del mundo los abuelos son una pieza fundamental para lograr la llamada conciliación familiar, laboral y personal. En España, una de cada cinco familias (datos del INE) cuenta con los abuelos para distribuir las horas del cuidado de los niños; en muchos casos abuelos y nietos llegan a compartir un promedio de siete horas diarias,[1] situación que, sin juzgar a las familias que quieren hacerlo de este modo, resulta poco aconsejable para aquellas que se ven forzadas a ello debido a las jornadas poco flexibles y a la falta de políticas que faciliten o hagan posible la conciliación.

Respecto a la conciliación familiar, ¿cómo puede abordarse este rol de abuelos cuidadores? La Academia Americana de Pediatría (AAP) expone que los abuelos no son simplemente otros cuidadores (como podría serlo una niñera), sino que desempeñan un rol único e importante que da continuidad a las tres generaciones. Además, aconseja a los abuelos que:

•Disfruten de este rol irremplazable: hacerse presente en la vida de sus nietos será muy valioso.

•Saquen el máximo partido de esos días especiales que comparten y, si se encuentran disponibles, se ofrezcan para cuidar a los nietos regularmente.

•Compartan cuentos e historias con sus nietos.

Resulta innegable que los abuelos pueden tener un rol protagónico en nuestra vida y en la de nuestros niños y es muy recomendable para todos los implicados que exista un diálogo fluido y compartir la visión de crianza o, al menos, consensuar el establecimiento de ciertos límites que nos permitan disfrutar del tiempo compartido. Es igualmente aconsejable transmitir a los abuelos todos los cambios que se han producido en los últimos años respecto a la alimentación infantil y la importancia de tenerlos en cuenta para promover un crecimiento y desarrollo saludables.

Sabemos que cada casa es un mundo y existen tantos modelos familiares como familias hay; en las páginas siguientes veremos los distintos estilos y enfoques más frecuentes de la relación abuelo-nieto, de modo que sirvan de base al valorar su influencia sobre el comportamiento alimentario de los más pequeños y se pueda comprender que, aunque nuestros abordajes como padres o abuelos puedan ser distintos, todos perseguimos los mismos objetivos.

ABUELOS Y ESTILOS DE CRIANZA

En la década de los años sesenta del siglo pasado, Bernice Neugarten y Karol Weinstein entrevistaron a un grupo de abuelas y abuelos de clase media e identificaron cinco estilos diferentes de ejercer este rol:

Abuelos cuidadores: Asumen responsabilidades y cuidados. Se trata de un estilo bastante común debido al creciente número de familias separadas o en las que ambos progenitores trabajan fuera de casa.

Abuelos buscadores de diversión: Poseen un estilo relajado y no autoritario. Estos abuelos contemplan el contacto con sus nietos como actividades de ocio.

Abuelos que sirven como reserva de sabiduría familiar: Ofrecen información sobre la historia de la familia.

Abuelos formales: Poseen un comportamiento rígido y tradicional. Están interesados en sus nietos, cuidan de ellos con mucha frecuencia y muestran control y autoridad en ausencia de los padres.

Abuelos distantes: El contacto con sus nietos se produce con poca frecuencia.

Más recientemente, en 2004, Robert Atchley y Amanda Barusch identificaron algunas de las funciones que tienen los abuelos en la vida de sus nietos:

Apoyo emocional: El simple acto de estar presentes resulta un apoyo tanto para hijos como para nietos y les brinda una mayor sensación de seguridad, continuidad y preservación de la familia.

Mantener viva la historia: Los abuelos suelen pasar a los nietos sus tradiciones, conocimientos e historias, y les ayudan a comprender el camino que ha seguido la familia desde el pasado hasta la actualidad.

Apoyo fiable: Los abuelos pueden intervenir ante la aparición de cualquier crisis (separaciones, enfermedades, discusiones, malentendidos…) y ofrecer asistencia a hijos y nietos (cuidado de los niños, de la casa, transporte…), además de lo más imp

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