Álex no entiende el mundo

Jaume Funes

Fragmento

cap-2

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Para ponernos en situación: ¿qué te parece si escuchamos cómo tu móvil emite un toque de alerta? La red del grupo que mantiene el contacto permanente os pone en línea. Parece que la amistad está perfectamente sincronizada y no resulta difícil quedar. Hay acuerdo. Es viernes y conviene olvidar el insti. Salir. Quedar. Pero ¿cómo se lo montaban antes sin móviles?

Hay una primera dificultad. Richard es un buen amigo, pero es de los que se comunican por Twiter. Dice que la red no se inventó para difundir recaditos, sino para divulgar buenas ideas. La verdad es que suele escribir frases ingeniosas. Como si estuviera todo el día dándole a las neuronas. Por ejemplo, ayer escribió «La vida es demasiado apasionante como para pasarla entre cervezas». Aunque consideras que no hay que ponerse tan serio, piensas que no está mal. Quizá convenga pensar de vez en cuando. Ahora para convencerlo de que venga tendrás que enviarle algún pensamiento sobre la felicidad entre amigos y la dirección del bar.

Mientras se monta el encuentro la comunicación ha seguido. A Marta le ha dado por poner un enlace con el horóscopo del día. Resulta extraño que algunos amigos y amigas en lugar de pensar en cómo quieren ser felices y qué pueden hacer para conseguirlo se fíen de lo que les diga algún adivino. Entretanto, Fede ha escrito frases gruesas para hacerse el gracioso. Las acaba de copiar de los rebuznos que oyó ayer a un tertuliano. Repite tonterías sin pensarlas y como no le vemos no le da vergüenza.

Casi os olvidáis. Hay amigos muy diferentes. Clara pasa de internet, redes sociales y teléfonos inteligentes. Lo suyo, dice, es la naturaleza. Tiene las ideas claras y es bastante popular. No se entiende cómo puede estar tan out pero os gusta que venga. No queda más remedio que recurrir al teléfono fijo de su casa y pasar por su padre o su madre.

Hablando de diferencias. En el chat se acaba de imponer ir a una zona pija. Siempre hay quien considera muy cutre («quilla», dice Fede) un barrio barato pero divertido. Por una noche vas a tener que ceder. ¿Por qué siempre hay alguien que considera a otro «pijo» y este considera, a su vez, al otro como un «quinqui»?

Unas primeras páginas de este texto están destinadas justo a lo que suele proponer Richard: saber si podemos vivir sin preguntarnos y sin intentar encontrar respuestas a las preguntas. Después de invitarte a hacerte preguntas, el libro te sugiere pasar de los «horóscopos», no escuchar determinadas respuestas, descubrir que todas las fuentes no tienen el mismo valor o que ocultan intereses para evitar que pienses. Pretenden que te aprendas su catecismo.

También vas a encontrar en el libro páginas que te sugieren decidir cómo quieres ser en la red, en el mundo virtual, con o sin Facebook, pero aceptando activamente que estamos en la sociedad de la información. Quizá podamos ponernos de acuerdo sobre cómo resolver ese dilema que a menudo te inquieta: cómo no ser uno más y a la vez ser como alguien, sentir que comparto mi manera de ser con personas como yo.

Este libro va sobre ti, sobre mí y, especialmente, sobre el mundo en el que vivimos. Sobre si vale la pena pensar o pasar. Si nos conviene dejarnos engañar o tener visiones propias, construidas y compartidas con otras personas. Va sobre si vale la pena ver cómo pasa la vida o intentar vivirla activamente.

cap-3

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Han pasado unas horas desde el acuerdo para quedar y salir. Ya estáis en la calle, comienza la marcha. Todo el mundo anda contento, nadie parece tener razones para no ser feliz. Marta ha salido sin blanca, pero como sus padres ya le han hecho una tarjeta entra en un cajero. En un rincón se mueve una persona que duerme envuelta en cartones. Fede empieza a despotricar contra los indigentes. Jorge recuerda que en su barrio, no hace mucho, unos chicos que habían salido de marcha prendieron fuego a una mujer que dormía en un cajero.

Todo el mundo da por hecho que os lo pasaréis bien. De momento la cosa va de salir, de estar juntos, de dar vueltas, de tomar algo, de hablar, de compartir. Sin embargo, no parece claro que todo el mundo entienda eso de la misma manera. La mayoría aún no tiene dieciocho años, algunos están justo a punto de cumplir los dieciséis, pero todos salvo Marta bebéis algo de alcohol en cada salida. Alguna vez alguien se ha pasado y os ha dado la noche. Por ahora todo va bien.

Alrededor de la mesa del bar con aire retro que ahora os acoge, Luis habla del estrés del instituto. Parece como si todo lo que tiene que hacer durante la semana fueran obligaciones que no le producen satisfacción. Clara y Fede afirman que el fin de semana es como una liberación. Es algo así como si el paraíso solo pudiera existir el sábado y el domingo. Tú no acabas de sentirlo totalmente así. Disfrutas leyendo novelas y te gusta descubrir la solución de algún enigma científico. Estás a gusto en algunas clases.

Entre Toni y Cris parece que hay algo. Se notan las miradas atraídas, ahora algo achispadas. Conforme pasa la noche Toni se va envalentonando. Estáis ya en la calle camino de la última parada. La pareja se va quedando atrás y en un momento se le oye a ella decir: «Déjame en paz, no quiero». En la sexualidad que los chicos y chicas de tu edad descubren y ensayan hay momentos de interés, duda, atracción y decisión. Podemos estar ya de acuerdo en que se trata de un recorrido personal. Algunos chicos y chicas suelen añadir el verbo «ligar» al de «salir», como si tuvieran que ir juntos. Otros consideran que puede estar dentro de las experiencias posibles. Hay quien pone en primer lugar la palabra «enamorarse».

Parece que la noche y el tiempo de marcha llegan a su fin. Nos queda quizá por escuchar a Anabel despotricando porque se le han manchado sus zapatillas de marca recién estrenadas. Había salido de casa hecha un pincel. Un encaje estético de todas las últimas tendencias. Era fácil comprobar cómo se sentía la reina de la noche llevando puesto lo más in. Feliz por el tiempo compartido piensas qué importancia puede tener ahora una mancha en unas zapatillas, te irrita descubrir que entre tus amigos haya quienes no piensan en ser sino en aparentar.

Aunque has salido a divertirte, no puedes dejar de pensar en algún momento, aunque sea al ver quién duerme en un cajero, en la desigualdad. Por eso dedicaremos algún capítulo a poner en crisis, a discutir todo eso de que las personas somos en teoría iguales.

En el libro encontrarás algunas páginas destinadas a discutir el contenido de la felicidad, las form

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