Actúa

Baltasar Garzón
Ignacio Escolar
Rosa María Artal
Carlos Berzosa
Federico Mayor Zaragoza
Alberto Recio
Àngels Martínez i Castells
Javier Pérez de Albéniz
Juantxo López de Uralde
Sergio Pérez Acebrón
Juan Luis Sánchez
Esther Samper
Lourdes Lucía
Sofía de Roa

Fragmento

Prólogo

Un año de convulsiones

Nadie podía prever cuando escribimos Reacciona que en sólo un año se iban a producir tantos cambios en el mundo, en Europa y en España en particular. Hace doce meses, un grupo de autores nos unimos en el empeño común de aportar ideas y razonamientos sobre cómo revertir la difícil situación que nos estaba tocando vivir. El breve y convulso tiempo transcurrido, la vertiginosa aceleración de la debacle, indican que no es suficiente hoy con reaccionar, sino que se hace ineludible actuar.

Algo hubo. Apenas treinta días después de publicarse el primer libro —y por una acumulación de circunstancias— estallaba el 15-M en las calles de toda España reclamando una nueva sociedad, más justa y participativa. Sin embargo, el derrumbe financiero, económico, político, social y hasta ético desencadenado en 2008 experimentaba una durísima vuelta de tuerca, al desatarse —desbordada— en el verano de 2011 una presunta «crisis de la deuda» (especialmente en la Unión Europea) que reafirmaba el triunfo de la ideología neoliberal y sus premisas de proporcionar más beneficios a unos pocos, a costa de la merma en las condiciones de vida de la mayoría de la población. A ese fin, incluso se reformaron constituciones —como la española, y en tiempo récord—, y se añadieron grados a un sistema hoy claramente desbocado. Nulo control del poder financiero. Barra libre para los especuladores. Austeridad sin crecimiento, paro, recortes: una política que el premio Nobel de Economía Joseph Stiglitz, entre otras muchas voces de prestigio, ha calificado de suicidio… y la evidencia en la práctica: la crisis se agrava año tras año en lugar de remitir y se ahonda la recesión.

La forma de gobierno de Grecia, el país donde nació la democracia, es descrita hoy como una «tecnocracia». Jamás hubiéramos podido imaginar muchos de nosotros que llegaríamos a ver ese símbolo paradigmático, aquel innovador gobierno de todos (aunque fuera en teoría), convertido en una dirección jerárquica donde priman los criterios empresariales. ¿Para qué se vive en sociedad? ¿Para incrementar desorbitados lucros ajenos o para que cada cual tenga sus necesidades vitales aseguradas y poder aspirar a mayores grados de bienestar e incluso a una suerte de felicidad? Los instrumentos ejecutivos y parlamentarios de la UE para la toma de decisiones, además, parecen haber sido sustituidos por las reuniones entre la canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente francés, Nicolas Sarkozy… o de Merkel consigo misma.

En España, el Partido Popular gobierna con mayoría absoluta el Estado y prácticamente todas las comunidades autónomas, y ostenta la mayoría parlamentaria en la UE junto con su grupo, el PPE, que venía imponiendo sus dudosas políticas ya apuntadas. Con él, ha regresado a España un añejo conservadurismo ideológico, dando alas, por si fuera poco, al sector de la prensa más reaccionario. Mientras tanto el periodismo de los grandes medios (también en crisis) no termina de dar las respuestas que espera la sociedad.

España ha sobrepasado los cinco millones de parados, cifra que parecía impensable, y todos los pronósticos apuntan a que se puede llegar a los seis millones. Bajan los sueldos y se facilita el despido. Las mermas en los presupuestos —y la voluntad de reducir el sector público— se están notando ya en la sanidad y la educación para quienes no tienen la posibilidad de recurrir al campo privado. Se recorta asimismo en ciencia y cultura. Aumentan los desequilibrios sociales y España es el país europeo donde más lo hacen. Mientras, crece un 25 por ciento el sector del lujo y apenas 1.400 personas controlan los recursos económicos del 80 por ciento del PIB. Las políticas medioambientales parecen propiciar los trasvases de ríos, la construcción en el litoral —que tan cara nos costó— y la apuesta por la energía nuclear.

Graves decisiones en justicia con la condena y expulsión de la carrera judicial de Baltasar Garzón, en tanto la corrupción registra sorprendentes sentencias y sigue siendo el cáncer que corroe nuestro país. Quien fuera uno de los principales impulsores de la Jurisdicción Universal —hoy fenecida en España— fue hallado culpable de prevaricación por escuchas que el Tribunal Supremo consideró indebidas en la investigación de la trama Gürtel, tras sortear —con absolución final— otra querella por haber osado tocar el franquismo. Lo preocupante es que el Gobierno del PP ha añadido las destituciones fulminantes de las cúpulas policial y fiscal que investigaron el mismo caso de delincuencia organizada que constituye la Gürtel, sean cuales sean los hallados culpables.

Y, a la vez, el resurgimiento de una conciencia ciudadana que irrumpió el 15-M, que libra y gana batallas, y de todas las acciones tendentes a lograr un mundo más justo. Es imprescindible que esa actitud responsable para con todos se extienda por nuestra sociedad. Al menos para saber qué queremos o no queremos y por qué.

Difícilmente un período de tiempo tan corto podría asistir a tantas convulsiones. El camino a la deriva, al agravamiento o a la resolución depende de nosotros, de la sociedad. La influencia de nuestras convicciones puede provocar una disposición más responsable en la política que haya olvidado su misión de buscar el bien común. Los instrumentos básicos son: educación e información. Asistirán en este libro a la descripción de los problemas, a su análisis y a las soluciones que, como en el caso de la investigación científica y de la mayoría de los contratiempos económicos, surgen como frutos que caen del árbol de la lógica. El propio Baltasar Garzón firma también en Actúa importantes reflexiones sobre cómo funciona en España la que aún es la pasión de su vida: la justicia.

No es hora de llantos ni de miedos, es hora de actuar. Con la confianza que aporta saber hacia dónde se hace más diáfano el camino.

Nuevos autores y disciplinas se suman a este diálogo de ciudadanos con ciudadanos a través de las páginas de un libro. Gracias tanto a Miguel Aguilar, de la editorial Debate, que ha apostado por Actúa, como a Pablo Álvarez, que, desde la editorial Aguilar, se aventuró a la publicación de Reacciona.

Y gracias a quienes, junto con la mayoría de los autores de Actúa, apuntaron una dirección eficaz en el libro anterior: a Juan Torres, Carlos Martínez Alonso, Javier López Facal y, muy en particular, a José Luis Sampedro —al «Equipo Sampedro» que forma con su mujer Olga Lucas—. Nuestro gran, ético y coherente intelectual suele llamar a «primero pensar y después creer» cuando nos abocan a hacer lo contrario: creer y ya se verá si pensamos.

Actúa… con argumentos.

ROSA MARÍA ARTAL

Coordinadora de Actúa