Exceso de equipaje

Pedro Bravo

Fragmento

cap

PRÓLOGO

Tarjeta de embarque

Descanso, goce, paraíso, hospitalidad, rentabilidad, desasosiego, molestia, infierno, fobia, precariedad. Algo está pasando para que a las placenteras palabras que relacionábamos con el turismo se hayan ido sumando sus antónimos. Algo está pasando para que alguien —eso espero— haya comprado este libro sobre viajes que no es una guía, sino un análisis crítico sobre el fenómeno. Algo está pasando para que yo haya decidido escribirlo. Ese algo es que, de repente, nos hemos convertido en extras para las fotos de otros. Lugares que hasta hace nada eran sobre todo origen de viajeros ahora son también destino, y quienes habitamos en ellos estamos comprobando cómo es eso de vivir en una postal.

Desde que se inventó, el turismo es un negocio cuyo volumen de ingresos y rentabilidad aumenta cada año. Pero en los últimos tiempos, su crecimiento se ha acelerado y el campo de juego y los jugadores se han extendido y diversificado enormemente. Hemos sobrepasado los mil millones de desplazamientos turísticos internacionales por temporada. Ya no solo hay turistas en playas estupendas y en plazas históricas, también llenan barrios normales de ciudades normales. Ahora los viajeros se hospedan en hoteles y albergues a la vez que ocupan casas y pisos en las que antes vivían nuestros vecinos, vivíamos nosotros. Hoy, para trabajar en el sector turístico no hace falta moverse a la costa; de hecho, no hace falta casi ni moverse. El negocio, pues, crece y cambia al mismo tiempo, y eso provoca consecuencias entre la alegría y el dolor. Este libro es una de esas consecuencias (que cada uno lo ubique donde le parezca).

Vivo en el centro de Madrid y desde aquí he viajado a muchos sitios. Desde pequeño, mis padres me enseñaron que era bueno explorar y me llevaron, junto a mis hermanos, allá donde pudieron. Luego seguí haciéndolo por mi cuenta, por placer y por trabajo, pues entre otras cosas me he dedicado al periodismo de viajes. Reconozco que como viajero y turista me he fijado muy poco en el rastro que he ido dejando a mi paso. Sí que he observado la evolución de lugares que se han ido especializando como escenario, he sentido algo de lástima y he huido a otros más tranquilos. De alguna manera, siempre me ha parecido que lo que les pasaba a ellos no me podría pasar a mí, que Madrid no se iba a masificar nunca como Barcelona, como Amsterdam, como Venecia, como Benidorm. Error.

Mi ciudad se está llenando de turistas como se llenaron las que he mencionado y muchas otras. No estaba previsto. A pesar de que los destinos especialmente exitosos llevan años tratando de averiguar cómo gestionar los efectos secundarios de su atractivo, la avalancha ha pillado por sorpresa a casi todo el mundo. Como digo, a mí también. Me empecé a dar cuenta en septiembre de 2015, cuando tuve que buscar piso de alquiler y comprobé lo dificilísimo que se había puesto. Desde entonces vengo observando el fenómeno, comprobando cómo el desarrollo de las plataformas de pisos turísticos afecta al precio de la vivienda y viendo también cómo se transforman los barrios, el uso del espacio público, la oferta comercial, el ritmo de vida y hasta el propio modelo de ciudad. Sin embargo, como ocurre con cualquier asunto económico, no se puede entender este bum turístico sin levantar la vista y analizar lo que está pasando en el resto del mundo.

De eso trata este libro, de visitar este sector tan relevante ahora para la economía y para los territorios, examinar sus raíces, estudiar las causas de su crecimiento, tratar de apuntar su evolución e indagar en las posibles soluciones para los problemas que genera. El texto es un retrato de un momento que nunca será igual porque el negocio se mueve tan rápido que los datos y hasta las normativas caducan enseguida. Es un viaje en el espacio y en el tiempo que tiene su puerta de embarque en la ciudad donde vivo para visitar lugares, personas y momentos históricos claves para entender cómo y por qué está sucediendo todo esto.

El libro empieza en Madrid porque, como ya he dicho, es el lugar donde he tomado conciencia de la situación y porque sirve para retratar el momento en que un territorio pasa de ser origen a destino turístico masivo. De Madrid viajo a Barcelona para fijarme en el modelo. La Ciudad Condal ha sido ejemplo en todo el mundo de cómo construir un reclamo turístico diverso y de muchísimo éxito y ahora también lo es de las consecuencias negativas de ello y de los intentos para solucionarlas. A partir de aquí, el texto se mueve a lugares que me sirven de símbolo para los distintos asuntos turísticos que son esenciales para comprender el fenómeno actual.

San Francisco, la ciudad natal de Airbnb, es el territorio elegido como base para explicar el fenómeno de las viviendas de uso turístico, su historia, su desarrollo y su impacto. La paradisiaca isla de Bali, que ya no solo es reclamo para viajeros en busca de experiencias exóticas y descubrimientos espirituales sino también imán para emprendedores de todas partes, me sirve para contar cómo el rapidísimo avance tecnológico de las últimas décadas ha facilitado el progreso de la industria de los viajes y ha hecho el planeta más pequeño, más accesible para todos. Venecia y Benidorm, ciudades en principio antitéticas, son los iconos seleccionados para explicar la historia y la evolución del turismo en el mundo y en España, procesos en los que juegan un papel esencial mucho más allá de lo simbólico.

En Grecia me paro para tratar los asuntos económicos de un sector que muchos ubican como el cuarto en importancia del mundo y que sigue siendo considerado como una oportunidad de crecimiento para los países en desarrollo, aunque, como explico en el capítulo, ya hay estudios y expertos que cuestionan los números que habitualmente se atribuyen al negocio. Para mostrar las consecuencias medioambientales de la que se ha dado por llamar «la industria sin chimeneas» utilizo Florida, la región que presume de ser la primera del pujante (y muy contaminante) sector «crucerístico» mundial.

Para la reflexión final no me fijo en ningún lugar sino en todos. El turismo es el fenómeno económico global y globalizador por excelencia, tanto en su origen como en su evolución actual. Por mucho que su desarrollo impacte de forma evidente en lo local, no se puede entender sin hacer un recorrido por todo el planeta y ver lo que está pasando en todas partes. Pero tampoco es posible hacer una reflexión completa sobre el asunto sin hacer una parada en nuestro propio comportamiento como turistas, como viajeros. Eso he tratado con este libro, en el que he viajado por los lugares mencionados en las cabeceras de los capítulos y muchos más (Ibiza, Mallorca, Málaga, Amsterdam, Oslo, Reikiavik, Bangkok, Phnom Penh...) sin casi moverme de mi escritorio. Eso es Exceso de equipaje, un paseo turístico por el turismo que despega ya.

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