El fin de la pobreza

Jeffrey Sachs

Fragmento

Índice

Índice

Cubierta

El fin de la pobreza

Agradecimientos

Prólogo de Bono

Introducción

1. Retrato de familia mundial

2. La extensión de la prosperidad económica

3. Por qué algunos países no consiguen prosperar

4. Economía clínica

5. Hiperinflación a gran altura en Bolivia

6. El retorno de Polonia a Europa

7. Recoger tempestades: la lucha de Rusia por la normalidad

8. China: ponerse al día tras medio milenio

9. Las reformas de mercado en la India: el triunfo de la esperanza sobre el miedo

10. Los moribundos sin voz: África y las enfermedades

11. El milenio, el 11-S y las Naciones Unidas

12. Soluciones sobre el terreno para erradicar la pobreza

13. Qué inversiones hay que realizar para erradicar la pobreza

14. Un pacto global para acabar con la pobreza

15. ¿Pueden los ricos permitirse ayudar a los pobres?

16. Mitos y soluciones mágicas

17. Por qué debemos hacerlo

18. El reto de nuestra generación

Obras citadas

Lecturas complementarias

Créditos de los pasajes

Notas

Biografía

Créditos

Acerca de Random House Mondadori

A Sonia Compañera de vida, inspiración, maestra y mi mejor amiga

Agradecimientos

Agradecimientos

Los presentes agradecimientos deben cumplir una doble función. Al escribir este libro, he contado con innumerables apoyos, actos de generosidad y consejos. Ahora bien —y quizá eso sea lo más importante—, al enfrentarme a los desafíos de nuestra sociedad global y nuestro mundo profundamente dividido, he contado con la ayuda de colegas, maestros y dirigentes entregados. Ahora tengo una excelente oportunidad de agradecerles toda una vida de compañerismo y apoyo.

Empiezo, como es natural, por mi familia: mi esposa Sonia, mis hijas Lisa y Hannah y mi hijo Adam. Ha sido un esfuerzo familiar, a lo largo de veinte años, que ha conllevado replantearse las «vacaciones» para ir a escuchar a papá mientras imparte una conferencia más en una sala sofocante de un pueblo de África oriental. Sonia ha sido mi guía, mi inspiración, mi maestra de diagnóstico diferencial y mi colaboradora en estudios sobre desarrollo, de algunos de los cuales ha sido coautora. Mis hijos, estoy orgulloso de decirlo, han visto todos los rincones del mundo en vías de desarrollo y han aceptado personalmente el desafío del desarrollo mundial. Su asombro ante lo que vemos juntos es mi inspiración para luchar por un futuro para ellos. En todo este esfuerzo familiar, la sabiduría de mi suegro, Walter Ehrlich, el buen sentido de mi madre, Joan Sachs, y el ávido interés de mi hermana, Andrea Sachs, han desempeñado un papel fundamental a la hora de mantenernos en el buen camino. Otro tanto ha hecho la imperecedera guía moral de mi difunto padre, Theodore Sachs, que consagró su inmenso talento como abogado y su gran energía a la lucha por la justicia social.

Durante veinte años, he tenido la suerte de ser bien recibido en todas las regiones del planeta y contar con colegas que me han acompañado a la hora de comprender las condiciones y desafíos locales y hacer encajar esos retos en el escenario general del mundo. Mis primeros colegas en Bolivia fueron Daniel Cohen y Felipe Larraín, compañeros de toda la vida en aventuras intelectuales. David Lipton dejó el Fondo Monetario Internacional (FMI) para unirse a mí en el trabajo en América Latina y Europa del Este, y luego pasó a desempeñar un brillante papel en la economía política internacional durante la administración Clinton. Wing Woo me ha instruido sobre Asia durante un cuarto de siglo y ha sido mi guía en muchas y valiosas empresas, en las que hemos actuado conjuntamente como autores y asesores. Nirupam Bajpai ha mostrado su constancia y acierto como perspicaz observador, estudioso, colaborador en distintos trabajos y consejero sobre todos los aspectos de las extraordinarias reformas de la India durante la pasada década.

La mejor manera de llegar a ser un asesor económico de éxito es aconsejar a los gobiernos que tienen éxito. He tenido la inmensa suerte de poder hacerlo. Mi primera aventura fue en Bolivia, bajo la extraordinaria dirección del ya fallecido presidente Víctor Paz Estenssoro y su hombre de máxima confianza en asuntos económicos, Gonzalo Sánchez de Lozada, que posteriormente también sería presidente del país. Ambos me enseñaron acerca de la política práctica de las reformas económicas exitosas y el valor de la honestidad y el amor al país para lograr éxitos políticos más generales. En Polonia, Larry Lindenberg desempeñó un papel fundamental en mi presentación a los extraordinarios dirigentes de Solidaridad, entre ellos Adam Michnik, Jacek Kuron, Bronislaw Geremek y, por supuesto, Lech Walesa. Leszek Balcerowicz, el valeroso y brillante líder de las reformas polacas, nos dejó en buen lugar a todos. Admiro al ya veterano presidente de Polonia, Aleksander Kwasniewski, con quien estoy en deuda por el honor que nos hizo a Lipton y a mí al concedernos una de las más altas condecoraciones civiles de su país, la Cruz de Comendador de la Orden del Mérito. El presidente de Eslovenia Janez Drnovsek no solo me instruyó acerca de la enrevesada política de los Balcanes durante los últimos veinte años, sino que también me inspiró con su liderazgo y me honró con la posibilidad de contribuir al nacimiento de Eslovenia como Estado independiente. En Rusia, quiero dar las gracias a mi colega en tareas de asesoramiento Anders Aslund y rendir un especial homenaje a tres reformadores que lucharon valerosamente contra las graves dificultades a las que se enfrentaban: Yegor Gaidar, Boris Fedorov y Grigori Yavlinski.

Mi tarea en África ha tenido la suerte de contar con la ayuda y la orientación de un gran número de colegas y líderes africanos. Estoy especialmente agradecido a Calestous Juma, Dyna Arhin-Tenkorang, Wen Kilama,

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