Mitos y falacias de la Historia de España

César Vidal

Fragmento

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Contenido

INTRODUCCIÓN

I. ESPAÑA SE CONVIRTIÓ EN NACIÓN EN EL S. XV

II. EN ESPAÑA NO HUBO REFORMA

III. DON CARLOS FUE UNA VÍCTIMA DE FELIPE II

IV. EL CORPUS DE SANGRE FUE UNA REVUELTA DEL NACIONALISMO CATALÁN

V. CERVANTES FUE UN CRISTIANO NUEVO

VI. RAFAEL CASANOVA FUE UN NACIONALISTA CATALÁN

VII. GIBRALTAR NO ES ESPAÑOL

VIII. EL LEVANTAMIENTO DEL DOS DE MAYO FUE UNA RESPUESTA DE TODA LA NACIÓN ANTE EL INVASOR FRANCÉS

IX. MARIANA PINEDA FUE UNA HEROÍNA DE LA LIBERTAD

X. ISABEL II FUE UNA REINA ILEGÍTIMA

XI. LOS HISPANOAMERICANOS ERAN FERVIENTES INDEPENDENTISTAS

XII. LA GENERACIÓN DEL 98 FUE DE IZQUIERDAS

XIII. LA CONSTITUCIÓN REPUBLICANA NO ESTUVO INFLUIDA POR LA MASONERÍA

XIV. EL VOTO FEMENINO FUE UNA CONQUISTA DE LAS IZQUIERDAS

XV. LA REVOLUCIÓN DE 1934 FUE UNA RESPUESTA A LA AMENAZA FASCISTA CONTRA LA REPÚBLICA

XVI. LA REPRESIÓN DEL FRENTE POPULAR FUE ESPONTÁNEA

XVII. EL PNV FUE UN PARTIDO LEAL AL FRENTE POPULAR

XVIII. NEGRÍN NUNCA SE SOMETIÓ A STALIN

XIX. FRANCO COMETIÓ UN GENOCIDIO CULTURAL CON EL CATALÁN

XX. EL 11-M FUE UN ATENTADO ISLÁMICO PROVOCADO POR LA GUERRA DE IRAQ

BIBLIOGRAFÍA COMENTADA

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INTRODUCCIÓN

Seguramente son muchos los lectores que conocen aquella historia referente a un octogenario que acude al médico para efectuar una consulta. Cuando el facultativo le invita a contarle su problema, el anciano le dice: «Mire, doctor. Yo todos los días mantengo relaciones sexuales tres veces. Eso... ¿es bueno o malo?» El médico mira de hito en hito a su interlocutor y le responde: «Eso no es ni bueno ni malo... es mentira.»

Cuento esta anécdota porque muchas de las afirmaciones que se escuchan —con notable tono dogmático y pontificador— en el terreno de la Historia merecen, de entrada, un juicio semejante. No es que sean buenas o malas, es que son mentira. Lo grave es que muchas de esas mentiras —mitos y falacias— buscan, de manera no tan neutra moralmente, forjar una especie de «verdad oficial» de la que se espera, no sin razón, obtener beneficios. Éticamente, a diferencia de las jactancias del personaje de nuestra historieta, esos comportamientos sí que son abiertamente perversos. Se trata, en última instancia, de engañar y manipular para someter con más facilidad a los semejantes a los propios intereses. Dicho sea de paso, ése y no otro fue el pecado de la serpiente en el huerto del edén: mentir para dominar. Dicho sea también de paso, el resultado sobre los engañados es siempre el mismo: son utilizados y luego tienen que cargar con las consecuencias de haber creído en la mentira. Dicho sea, por último, de paso, del historiador honrado se espera que desvele esos mitos y falacias y no que los propale como si fuera un comisario político.

En este volumen he recogido algunos de esos mitos y falacias referidos de manera muy concreta a la historia de España. Comprobarán los lectores que rara vez son inocentes y proceden de la mera ignorancia. A decir verdad, tienen —o han tenido— intencionalidades muy concretas de creación del discurso social con fines de mantener o alcanzar el poder. Y es que, a lo largo de la Historia, el ser humano no suele dar muchas muestras de candor. Lo comprobarán en las páginas siguientes. Pero no los entretengo más. Los mitos y las falacias los están esperando.

Madrid-Jerusalén-Madrid-Key Bizcayne, primavera-verano de 2009

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I
ESPAÑA SE CONVIRTIÓ EN NACIÓN EN EL S. XV

En el curso de las últimas décadas, ha existido una agresiva insistencia encaminada a negar a España la calidad de nación o, al menos, a asignarle esa condición en fecha muy tardía. Así se ha repetido hasta la saciedad la inexistencia de España hasta finales del s. XV con la reunificación llevada a cabo por los Reyes Católicos o incluso —¡mayúsculo disparate!— hasta la promulgación de la Constitución liberal de Cádiz de 1812.

La realidad histórica es que España es una de las naciones más antiguas de Europa —quizás incluso la que más— y que es precisamente esa conciencia de ser nación la que explica fenómenos verdaderamente extraordinarios como la Reconquista.

El nacimiento de España —la Hispania romana— como nación debe no poco a acontecimientos que tuvieron lugar en Extremo Oriente. En el s. i a. de C., precisamente cuando Hispania estaba atravesando por un proceso de romanización que marcará de manera esencial su historia, el general chino Pan-Chao obtuvo una sonora victoria contra los hunos. Al no poder éstos expandirse hacia oriente, se dirigieron a occidente y en el curso de los siglos siguientes empujaron —o aniquilaron— a su vez, a todos los pueblos que encontraron a su paso. De entre éstos, los más importantes fueron los godos —arios y de lengua indoeuropea como el griego y el latín— que avanzaron hacia las fronteras romanas en un intento de escapar de la presión procedente de Oriente.

A finales del s. iv, los visigodos —los godos occidentales— llamaban desesperados a las puertas del Imperio romano suplicando que se les franqueara la entrada para así escapar del exterminio a manos de los hunos. Roma accedió —sellando así su propio destino— y el acuerdo quedó sellado formalmente en 376 entre el emperador Valente y el rey de los visigodos. Los arios recién llegados debían instalarse en la región de Mesia, actual Bulgaria, y servir allí de valladar al imperio frente a las nuevas y amenazantes migraciones. Sin embargo, la Historia resulta incontrolable por los mortales, como supieron advertir tanto los sabios de Grecia como los profetas de Israel. En tan sólo medio siglo, los visigodos no sólo abandonaron la pactada Mesia y se adentraron por los territorios del imperio sino que, por añadidura, cruz

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