Mil violines y otras crónicas sobre pop y humanos

Kiko Amat

Fragmento

Mil Violines

ARTHUR: I want to… I know it sounds daft Eileen, but I want to live in a world where the songs is…

EILEEN: Where the songs come true.

ARTHUR: Yes.

DENNIS POTTER (1978),
Pennies from heaven


At the same time (this is) a book about what gets into people when pop gets hold of them. And, boy, can pop get a hold. It’s pushy like that. You’ve really got to watch it. You invite pop into your house on a fairly casual basis and the next thing you know it’s telling you what to wear and picking your friends.

GILLES SMITH,
Lost in music

I was raised on records

And I need the harmony so

I was raised on records

And if it wasn’t for the music

If it wasn’t for the music

I might have said goodbye

A long, long time ago.

P. F. SLOAN,
«Raised on records»

Our stereos as cheap as it takes

our bookshelves full of mixtapes

of punk and soul and damaged rock ‘n roll

The Go-Betweens and Supremes

and the Chills and the Dils.

Our mixtapes are memories for unseen histories

COMET GAIN,
«The ballad of a mix tape»


ESTE ES UN LIBRO SOBRE MÚSICA POP.

TODO AQUEL QUE NO SEA FAN DE ESTA

ENTRA AQUÍ POR SU CUENTA Y RIESGO.

Dedicatoria

Para Boi y Lluc, poil de carotte

Para Uri Serena, Oriol Amat, Paco Pascual yJordi Geli,
por todos los discos y los bailes

1. Equipos innovadores

Image

Este es un libro sobre música pop. Sobre cómo entra en nuestras vidas, alterándolas para siempre, a veces dotándolas de un paisaje por donde transcurrir, otras subrayando momentos, regalándonos la promesa de su belleza y emoción, clavando a base de notas aquel instante crucial (o banal) en nuestro subconsciente, desenterrándolo de manera mnemónica con las mismas notas, cada vez que suenan. Haciendo nuestra vida mejor, aunque suene a anuncio de lavavajillas.

Este es un libro sobre canciones pop, y sobre los discos que las contienen, y sobre los artistas que las grabaron. Pero este no es un libro musical: no contiene biografías de artistas, la cronología es un desastre, no traza árboles genealógicos de grupos de rock ni se pormenorizan crossovers entre estilos. ¿Por qué? Porque este es un libro sobre música pop y la gente que la escucha. Es un libro sobre cómo el pop influye en la vida de la gente. Es un libro sobre una vida, una educación, basada en la música pop; la mía, la del autor. El escritor como humano enamorado de sus canciones favoritas.

Hace mucho tiempo me di cuenta de que la mayoría de los periodistas culturales y musicales de nuestro país se habían dividido a sí mismos en dos, como Terminators licuados. Por un lado estaba el periodista que, frunciendo el ceño, firmaba circunspecto su crítica llena de palabras como «preciosismo», «ejercicio de estilo», «seminal», etcétera. El periodista como máquina de analizar discos ajenos y establecer coordenadas matemáticas, curvas, segmentos en un plano teórico. Frío y científico, como una calculadora de bolsillo. Recitando ingredientes. Y, por otro lado, completamente cercenado del anterior y sin tomar parte de ningún modo en el trabajo de la crítica, estaba el periodista como persona que reía, eructaba, temblaba, soñaba con su abuelo fallecido, contaba chistes malos en bares y se enamoraba y temía la pérdida y el dolor y el gatillazo. Esta parte del periodista (el hombre detrás de la firma) no intervenía en el proceso. Conscientemente se impedía una y otra vez su participación emocional en el análisis. Uno era el tipo que trazaba líneas rectas y diagramas sobre las páginas y el otro era el humano de carne y uñas y arterias y decepciones y sustos que había sido niño una vez, años atrás.

Así, mi intención desde el primer día en que empecé a escribir artículos sobre músicos y grupos y discos (hacia 1987) fue derribar por completo esta separación. En mis trabajos, el hombre que escuchaba el disco y el hombre que tenía hambre, que había vivido fuera del país, al que había abandonado la primera novia o que necesitaba unos zapatos nuevos eran el mismo. Su vida y sus emociones influían en el disco y viceversa. Si la música había sido producida con emoción, ¿cómo era posible analizarla prescindiendo de ella? Solo hablando de uno mismo y del efecto que aquel artilugio musical había producido en ese uno podía llegarse a algún tipo de verdad. Solo así era posible alcanzar a manifestar emociones verdaderas de forma simple, honesta, transmitidas de una persona a otra. Mil violines surge de esa demolición de la frontera entre crítico y hombre, entre entendido y fan. El analista pop como humano falible, no como robot; el periodista musical sin fimosis emocional, sin extirparle las manías, filias, dolores y cambios de humor que vienen con eso de ser humano.

Desde luego, este proceso no está exento de peligros, y el mayor de ellos tiene relación con la expresión no mediada de la emoción. La emoción es una cosa traicionera, y su exposición está llena de trampas y triquiñuelas. Tiende a creerse que el arte que expone una emoción verdadera es aquel que prescinde por entero de constricciones y se deja ir de forma completamente espontánea, pero no es así. Es, de hecho, todo lo contrario. Una emoción visceral, sentida, real, que surge de la parte más recóndita de nuestros estómagos y pulmones no puede ser manifestada tal cual. Tienen que intervenir el artificio, la ciencia

Suscríbete para continuar leyendo y recibir nuestras novedades editoriales

¡Ya estás apuntado/a! Gracias.X

Añadido a tu lista de deseos