Sobre huellas de gigantes

Chus Lago

Fragmento

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PRÓLOGO

Más grande que la vida
Rosa Montero

Este libro es un prodigio. No lo vas a leer: lo vas a vivir. Y va a ser una experiencia inolvidable. La historia que aquí se cuenta la escuché por primera vez en forma de conferencia hará dos o tres años en Madrid. Soy ya bastante vieja y he oído hablar a grandes oradores, pero, te lo aseguro, aquella tarde en aquel salón sucedió algo mágico. Fue la mejor conferencia a la que he asistido jamás y todos terminamos llorando literalmente de emoción. Esa misma emoción invade las páginas del libro: esa veracidad, esa profundidad, esa fuerza expresiva. Esa intensidad. Lo menos que se puede decir de Chus Lago es que es intensa. Un personaje fascinante.

Cuando la conocí, hará unos diez años, me pareció irreal de lo fantástica. ¿De qué cuento fabuloso se había escapado? La pequeña viguesa no solo había sido, en 1999, la tercera mujer del mundo en subir al Everest sin oxígeno (y durante mucho tiempo la única que quedaba, porque las otras dos murieron), sino que además esa fuerza de la Naturaleza se expresaba de una manera increíblemente poderosa, original, poética. Escucharla embobaba, hipnotizaba. Mi asombro aumentó cuando leí un libro suyo, Una mujer en la cumbre, que contaba sus experiencias como escaladora de élite y que me pareció maravilloso. Pero cómo, ¿este prodigio del deporte y de la hazaña física era además capaz de escribir tan bien? Pero ¿tan bien? Han pasado los años, la he tratado mucho y somos amigas, pero aún no he podido dejar de sentir una especie de pasmada admiración por ella. Es, simplemente, una mujer única que hace cosas imposibles. Ella misma es imposible. Pero existe.

Entre noviembre de 2008 y enero de 2009, Chus Lago se buscó un reto mayor: atravesar en solitario el Polo Sur. Fueron 1.200 kilómetros arrastrando un trineo con 130 kilos de peso y soportando temperaturas de menos 50 grados. Ahora nos cuenta esa historia, pero además nos habla de algo mucho más importante: de esa nuez de maravilloso frenesí que alberga el corazón humano y que nos impele a desafiar todos los límites; de esa ansia mística que nos lleva a sobrepasar nuestras pequeñas vidas y a fundirnos con el todo; de la ambición de vencer no solo a la muerte, sino sobre todo a la vida en sus extremos, en el dolor, el cansancio y la absoluta soledad. Es una porfía contra el mundo y contra uno mismo, una heroicidad condenada al fracaso pero que nos hace ser mejores. Con su prosa restallante como un látigo, vertiginosa y caliente, Chus Lago te hará conocer lo que es el hielo, el verdadero hielo de la Antártida pero también el hielo de los confines del individuo, esa zona escarchada y en penumbra que se oculta muy dentro de nosotros y que la inmensa mayoría no visitamos jamás, pero que ella se empeña en cruzar una y otra vez. Este libro está lleno de amor y de esfuerzo y de sufrimiento, está lleno de sensatez y de locura, brilla en la negrura y nos deja ciegos, igual que esos escaladores o exploradores polares que, heridos por la blancura de la nieve, pierden la visión. Pero antes, qué cosas tan hermosas contemplaron.

Chus Lago, en fin, es más grande que la vida, y este libro lo prueba. Disfrutadlo.

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