¡Quién me mandaría casarme!

María José Zoilo Guzmán

Fragmento

SIGO PIDIENDO PERDÓN

1. PORQUE A PESAR DE SER PSICÓLOGA no voy a dar soluciones fáciles (al menos a simple vista). En cambio, sí que vais a encontraros con muchas preguntas que espero os hagan pensar y cuestionaros planteamientos de formas de vida y convivencia que hasta ahora a lo mejor no os habíais hecho.

Y lo más importante de todo: me gustaría que al terminar de leerlo lleguéis a la plena convicción de que muchas veces queremos buscar soluciones cuando realmente no hay ningún problema que resolver. Al menos, no tan importantes como nosotros creemos.

Está claro que tenemos que hacer una clara división mental entre lo que es un verdadero problema y simplemente un «asunto» que solucionar. Muchas veces confundimos una cosa con la otra… Y no es lo mismo… ¡pero ni muchísimo menos!

2. Porque aunque yo sea una mujer no voy a ir en contra de los hombres. En las historias y anécdotas que voy a contarte unas veces el protagonista será un hombre y otras una mujer, pero lo mismo hubiera podido ocurrir al revés. Así que fíjate en el mensaje que te quiero transmitir y no en el sexo que tienen los protagonistas, porque aquí no se va a hablar de géneros masculinos, femeninos, intermedios o los que queden por descubrir.

Por otro lado, si te soy sincera, me da igual a cuál de ellos pertenezcas, porque sólo me interesa que tengas una pareja a la que quieres pero que a veces, ¡o muchas veces!, «sus cosas» te «ponen de los nervios».

Éste es el único requisito que me hace falta para que te sientas identificado con lo que voy a decirte en este libro. Porque, en definitiva, de lo que voy a hablar es de las personas en general y de sus «peculiaridades» a la hora de convivir con alguien.

3. Porque seguiré sin usar términos raros o científicos, como hago siempre; es más, incluso en esta ocasión, utilizaré muchos vulgarismos porque para ciertos temas me vienen mejor.

Y como soy malagueña incluiré palabras típicas de mi ciudad (las explicaré para que las entienda todo el mundo).

También escribiré si es preciso algún «taco», pero sólo las primeras letras y luego puntos suspensivos para que sea el lector el que las complete y mi buena educación no quede en entredicho, ni mi familia me retire el saludo.

4. Porque soy plenamente consciente de que la convivencia diaria es una tarea muy difícil de llevar a cabo. A veces echaré mano del humor en cuestiones muy serias.

Y pido perdón no sé por qué, porque en realidad como dice mi editora, no hay que pedir disculpas por «echarle humor a la convivencia».

Pero es que no quiero que nadie confunda buen humor con falta de seriedad por mi parte.

En mi consulta he aprendido que una buena broma en un momento tenso, es mejor que todas las terapias juntas.

Arrancarle una sonrisa a alguien que sufre es más hermoso que todas las puestas de sol que pueda ver en mi vida. ¡Y mira que son bonitas!

Aclarado este punto, seguimos. ¿Qué he dicho antes?, ¿que hace falta tener buen humor para poder convivir con alguien? Pues si es así me he quedado corta, en realidad lo que quería decir es que hace falta ¡MUCHO BUEN HUMOR! Sobre todo si no nos vamos a separar de nuestra pareja (aunque lo hayamos podido pensar en más de una ocasión).

Y es que, no sé tú, pero yo todavía no conozco a ninguna persona perteneciente al grupo de «superbordes-amargados-de la vida» que sea feliz o que haga feliz a alguien.

5. Porque a veces seré un poco cruel o cínica (o las dos cosas a la vez). Y no es porque sea mala ni nada parecido, es que de esta forma te espabilas antes, que de eso se trata ¿no?

De todas maneras, si no te gusta, ¿qué quieres que le haga si yo escribo de esta forma desde hace tiempo y ya hasta me gusta porque me he acostumbrado?… ¡Cómprate una novela la próxima vez! (Que no, que es broma, que soy buena, ya lo verás…)

6. Porque os haré recordar casi constantemente que vosotros tampoco sois perfectos.

¡No me lo puedo creer! ¡No me digas que tú también te habías comprado este libro pensando y creyendo firmemente que de los dos tú eres «guay» y «perita» y tu pareja «lo peor de lo peor»!

¡De eso nada, todos tenemos nuestras cosas buenas y nuestras cosas malas! (aunque la verdad sea dicha, algunos más que otros).

7. Porque te dará rabia no haber pensado antes de actuar como los protagonistas de algunas historias que voy a contar. Si te das cuenta y lo piensas detenidamente, la mayoría de las veces, nos pasa lo que nos pasa por:

Hablar de lo que no debíamos, o por hacerlo a destiempo, o por hablar más de la cuenta, o menos de la cuenta, y sobre todo… ¡sobre todo!, POR CRITICAR MÁS QUE ELOGIAR.

8. Por cierto, aprovechando la ocasión, iba a pedir perdón a mi marido públicamente por lo mal que se lo hago pasar algunas veces.

Pero… cuando le he dado a leer esto me ha dicho que de «a veces» nada, que SIEMPRE. Es más, me ha pedido que lo ponga así: ¡SI-EM-PRE!. (Lo que no sabe el pobre es que por muchas cosas negativas que yo tenga… ¡MÁS TIENE ÉL!)

También me ha dicho que siendo el que hace las fotos para mis libros, nunca ha salido su nombre en los anteriores, y la lata que le doy con el ordenador…

Que si arréglame esto, que si ayúdame porque no sé usarlo y tú sí… pero ten cuidado de que no se me borre lo que llevo escrito…

Y quiere que se sepa que soy muy mandona, y muy pesada… En fin, qué le vamos a hacer, como hay que predicar con el ejemplo, aunque mi imagen quede deteriorada para siempre, aquí queda dicho.

Por cierto, hablando de mi imagen, no es por nada, pero en persona soy mucho más mona y por supuesto MUCHO MÁS DELGADA de lo que aparezco en las fotos y en la televisión. ¡Quede claro!

9. Y aunque nos llevemos divinamente y nos riamos mucho, también pido perdón desde aquí a mi editora, y sin embargo amiga, Cristina Armiñana. Es un encanto de persona y una profesional inmejorable. Y yo la pongo a veces al borde de la histeria.

El asunto por el cual se pone de esa forma: el formato, el cuerpo de letra y las cubiertas de mis libros, que tienen que salir siempre a mi gusto.

Y como no quiero que Cristina envejezca antes de tiempo por mi culpa, porque es un cielo… he sido muy, pero que muy buena. Para que me perdone en la medida de lo que su bondad le permita, he nombrado muchas veces mi libro No te alteres (de la supereditorial Grijalbo, a la cual tengo el gusto de pertenecer).

Y lo seguiré haciendo en otras ocasiones, por si alguien todavía no lo ha comprado, para que lo haga hoy mismo y así vendamos muchos más.

También hábilmente he citado Teoría del aguante y otro que tengo en proyecto y se llamará Cartas a un psicólogo

Suscríbete para continuar leyendo y recibir nuestras novedades editoriales

¡Ya estás apuntado/a! Gracias.X

Añadido a tu lista de deseos