Romancero y lírica tradicional

Varios autores

Fragmento

cap-1

INTRODUCCIÓN

1. PERFILES DE LA ÉPOCA

Los límites de la producción poética contenida en este volumen sólo se pueden delimitar por aproximación, de la misma forma que podemos pensar que los textos conservados no son todos los que hubo a lo largo de los siglos que van del XII al XV. En consecuencia, el perfil que se pueda dar de tan extensa duración temporal va a ser a grandes rasgos.

No podemos olvidar que la cultura, y dentro de ella la cultura literaria, llegaba a la mayor parte de la gente por vía oral, de la misma manera que durante siglos el conocimiento de textos literarios se ha servido de la vía de la lectura en voz alta, lo que generalmente implicaba una manera de crear literatura y unas cualidades sonoras en obras de muy diverso tipo que no encuentran fácilmente equivalente en la literatura contemporánea.

Durante un largo tiempo, la sociedad española vive las etapas de la Reconquista de los territorios peninsulares en poder de los conquistadores musulmanes. En una primera fase ésta consistió en resistencia y después en ataque y avance hasta restaurar el predominio del poder en manos de los cristianos. Dicha circunstancia implica la existencia de zonas de relativo bilingüismo, árabe y romance, de manera más significativa en Al-Andalus, y la de una modalidad lingüística híbrida que suele denominarse mozárabe, que fue perdiendo entidad desde mediados del siglo XII como consecuencia de la intolerancia de almorávides y almohades.

El imperio musulmán ejerció de los siglos VII al XII la hegemonía política y científica en el mundo entonces conocido, y la España musulmana escribió uno de los más esplendorosos capítulos de la historia intelectual de Occidente, en el que las matemáticas y la astronomía constituyen uno de los jalones más admirables en la especulación intelectual musulmana. La enciclopedia del saber musulmán está formada por campos tan diversos como la filosofía, la teología, la medicina, las matemáticas, la astronomía, la arquitectura, la música y las artes suntuarias. Sin olvidar por otra parte el interesante caudal de apólogos y cuentos que nos transmitieron. Asimismo, sin árabes no hubiera tenido lugar la Reconquista, así que son ellos indirectamente los responsables de la actual fragmentación lingüística peninsular.

Las dos vías más importantes de infiltración de arabismos en las lenguas de los pueblos mediterráneos fueron la occidental, a través de España y Sicilia, y otra oriental de menor peso, gracias a las Cruzadas. Ocho siglos de presencia musulmana en nuestra península dejaron un importante legado. Los resultados de los sonidos árabes en romance no son evoluciones fonéticas como los del latín, sino sustituciones o adaptaciones fonéticas o más bien fonológicas. En el léxico, un importante número de los arabismos del español se empieza a documentar desde el siglo XIII y durante este siglo y el siglo XIV es cuando llega o se consolida el mayor contingente de arabismos. Se calcula que el total de palabras de origen árabe en español representa, aproximadamente, el ocho por ciento del léxico de nuestra lengua, algo más de cuatro mil. En consecuencia, es el elemento léxico más importante después del latín. Ahora bien, no todos los arabismos han tenido idéntica vigencia: algunos (algunos centenares) se han integrado plenamente hasta el extremo de ser parte insustituible de nuestra lengua española; otros han pertenecido sólo a determinadas zonas, épocas o léxicos especiales. La toponimia da testimonio de la estancia y dominación musulmanas en nuestra patria y se han estudiado más de dos mil cuatrocientos topónimos árabes o arabizados en España y Portugal, lo que revela que hubo una simbiosis cultural.

La cultura estuvo, por otro lado, vinculada a la Iglesia cristiana en monasterios y universidades, pero también a las cortes reales y nobiliarias. Todos estos lugares fueron focos de irradiación cultural. La arquitectura, la escultura y la pintura han dejado excelentes ejemplos de la sucesiva renovación de estilos artísticos, incluso en lugares que hoy parecen humildes y al margen de la cultura. No hay que olvidar, además, lo que significaron las rutas que vertebraron el Camino de Santiago, que dio oportunidad a la llegada de distintas calidades de personajes de diversos lugares de la Europa de esa época.

La imprenta supuso una revolución de gran magnitud, a pesar de que los libros fueran entonces privilegio de unos pocos. Ello no dejó fuera, claro es, la vitalidad de la transmisión manuscrita, que perdurará siglos después.

Los viajes ultramarinos y los descubrimientos del continente americano y de otras rutas marinas ampliaron la perspectiva del mundo entonces conocido. Portugal y España tuvieron sin duda alguna un papel preponderante, cuyas consecuencias de diversa índole continuarán hasta muchos siglos más tarde.

La sociedad en que nacieron los poemas recogidos en este volumen era una sociedad marcadamente estratificada. A grandes trazos, esta circunstancia se ve reflejada en la jerarquía que diferencia, por ejemplo, los trovadores de los juglares, según su procedencia social y su parte en la creación literaria. Los trovadores solían ser de extracción noble y eran los compositores de los poemas, mientras que los juglares solían ser de clase menos elevada y su papel era fundamentalmente el de intérpretes, ejecutantes que hacían de tal actividad su medio de vida. Sin embargo, pudo darse el caso de que hubiera juglares con talento creativo. De otra parte, se menciona en alguno de los textos poéticos a una escala intermedia: la de los segreles, si bien hay casos en que parece identificarse con la de los juglares con cierta capacidad como compositores. El término ‘trovador’ nace a fines del siglo XII en Francia, mientras que ‘juglar’ procede de una voz latina que abarcaba diferentes actividades para el entretenimiento público, especializándose más tarde en la función de músicos, cantores y recitadores, vinculados a una corte o a una casa señorial, o bien que recorrían diversos lugares, contribuyendo a una más amplia difusión de la literatura a cambio de un don o gratificación. Solía ser en especie, o ropa o alimentos. Uno de los instrumentos habituales entre los juglares era la viola, que se podía tocar con arco o con pluma; y para la lírica gallego-portuguesa otro instrumento de cuerda: la cítola.

La creación literaria ha dejado manifestaciones en verso y en prosa, traducciones y obras de cuño original, poesía de alcance épico, de hechura lírica, y ficciones narrativas de variada extensión y temática; en menor grado, esbozos teatrales y piezas dramáticas. La poesía épica castellana acogió fundamentalmente dos temas: el carolingio, de origen francés (Roncesvalles, Bernardo del Carpio, el Mainete), y el hispánico (los infantes de Lara, Mio Cid, el cerco de Zamora), que se complementaban además con diversas leyendas de cierto alcance épico, como la de Covadonga o la Condesa traidora. Pero de lo que pudo ser sólo conservamos –y no completo– el Poema de Mio Cid. Se compusieron también obras de una especie de escuela poética conocida como Mester de Clerecía, que dio frutos importantes de temas doctrinales, novelescos, hagiográficos, morales y satíricos. Surgieron otros poetas, algunos de cuyos nombres ha perdurado individualmente, como es el caso del Canciller Ayala, Juan de Mena, el Marqués de Santillana o Jorge Manrique, pero otros muchos pasaron a engrosar las pági

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