Feliz por arte de magia: Rituales naturales y sencillos para mejorar tu vida

Sabrina Expósito

Fragmento

cap-2

PREÁMBULO

Bienvenido seas a estas páginas y bienvenida sea tu decisión de abrazarte a la felicidad que, en esta ocasión, viene de la mano de la magia. Una magia que, más allá de ilusiones ópticas e historias sobrenaturales, es tan natural como la vida y esos pequeños detalles que muchas veces pasan inadvertidos a nuestros sentidos. Ahora es el momento perfecto de agitarlos y centrarse en ellos.

Comenzar un libro hablando sobre mi carrera profesional o mis estudios sería algo de lo más típico y, por qué no decirlo, también de lo más sencillo; sin embargo, como soy una mujer poco tradicional y las cosas fáciles me resultan bastante monótonas, prefiero empezar hablando desde el corazón, que, a fin de cuentas, para mí es lo verdaderamente importante. El trabajo y el estudio son algo para lo que casi todo el mundo está capacitado, sea en el nivel que sea, pero tocar el alma no es tan sencillo, y lo que yo quiero es acariciar la tuya para que comiences a gozar con todo lo que llevas en el interior.

Sé que el mayor de los propósitos de mi vida es ayudar a las personas a sentirse bien consigo mismas y, por supuesto, con todo lo que las rodea. Eso no es excusa para que se repudien o eviten la melancolía, la tristeza o el enfado. No. Esos sentimientos son tan necesarios como la alegría, la felicidad y el amor. Pero sí que hay que ser conscientes de que no se pueden retener más tiempo del necesario, y esa necesidad acaba justo cuando ya se ha obtenido el aprendizaje. Arrastrarlos más allá supondrían un lastre para nuestra vida y, como consecuencia, para la de los demás. No seamos mártires ni verdugos.

Me gustaría ponerme como ejemplo ante esto último que he comentado: mientras escribía las páginas de este libro quedé embarazada. La alegría nos acompañó durante cinco meses y medio, pero nuestra pequeña bebé decidió no nacer. Podría haber maldecido al universo o haberme preguntado «por qué a mí» una y mil veces; pero no fue así y, desde el primer minuto, acepté que Ella no quisiera venir en ese momento de la vida. Fueron semanas muy dolorosas, durante las que me sentí vacía y deprimida, pero la coherencia y la conexión con el universo interior y exterior me ayudaron a superar el duelo, y conseguí dejar marchar esas emociones, transmutándolas en amor y recuerdos bonitos de mis meses de embarazo. Podrías preguntarte por qué ocurrió eso existiendo como existen rituales de protección, y ante esa pregunta yo te contestaría lo siguiente: NO SOMOS LOS DUEÑOS DEL DESTINO DE NADIE. Aprendí a escuchar lo que mi pequeña quería, y en ese momento Ella no quería venir. No podíamos actuar como unos padres egoístas y traerla al mundo por el simple hecho de querer tenerla entre los brazos. No somos así. Su destino era suyo, al igual que su vida. Aceptación y, cómo no, también algunos rituales para ayudar en el duelo. Tras mi aprendizaje, el dolor pasó a ser amor.

Mi vinculación con el mundo natural se eleva a un plano que quizá muchos miren con asombro e incluso admiración; pero lo que tal vez esas personas aún no recuerdan es que ellas también la poseen. Todos formamos parte de la naturaleza, de su magia, de su fuerza. Estamos creados con los mismos elementos. Somos tierra, agua, fuego y aire. Somos física y química. Somos un microuniverso de estrellas, planetas, cometas y estrellas fugaces. Somos iguales. Somos TODO. Recuérdalo y comienza a disfrutar de ello.

Tocar los delicados pétalos de una flor, acariciar el rugoso tronco de un viejo roble, oler la lluvia, escuchar el silencio, la sonrisa de un bebé, el aullido de un lobo… La magia está en todas partes. La magia está en todo y en todos nosotros, y si algo tengo muy claro es que la magia nos hace sentir felices. Todos merecemos disfrutar de esa felicidad.

«La felicidad es magia. La magia te hace feliz.»

Recuerdo cuando comencé a «despertar» —y con ello me refiero a despertar al mundo mágico, el cual tenía dormido— y llevaba a cabo mis primeros rituales: estaba nerviosa y excitada a la vez. Fue como cuando, en plena adolescencia, tienes esa primera cita con la persona que te gusta. No sabes si saldrá bien, te preguntas una y mil veces si has preparado bien el entorno, dudas de si podrás volver a verla, tienes miedo a fracasar… Una cantidad de sensaciones que te hacen temblar de nervios y, a la vez, de pura emoción. Con el paso de los años —tanto en un asunto como en otro— te das cuenta de que la mayoría de esos sentimientos de duda, miedo y nerviosismo se pueden evitar solo siendo tú mismo y no preocupándote por lo que los demás puedan pensar sobre ti. Pero, claro, para ello debes tener un buen concepto de ti y de tu forma de ser. Amarte, respetarte y, sobre todo, estar dispuesto a escuchar cuando algo de lo que haces no está bien según los demás. Esto último es fundamental, pues el amor propio no está reñido con la aceptación de los errores; al contrario, van de la mano. Nadie es perfecto y todos venimos aquí para aprender. Cada cual decide si ese aprendizaje lo lleva a cabo de una forma divertida o, por el contrario, entre quejidos y lamentos. No sé tú, pero yo lo tengo muy claro.

Mi vida antes de ese «despertar» no fue para nada envidiable durante un buen puñado de años: excesos, malos tratos, depresiones… Pero cuando, gracias a unas amigas, logré conectar con el exterior más puro y sincero y, a la vez, con mi interior más real, conseguí aceptar quién era de verdad y mi vida poco a poco comenzó a cambiar. No quiero engañarte al decir que fue un proceso rápido, no —el autoconocimiento es como una evaluación continua que te acompaña hasta el fin de tus días—; pero sí he de admitir que, a pesar de ser un camino largo, he disfrutado y disfruto mucho, incluso con cada lágrima que haya caído o pueda caerme por las mejillas.

Como he dicho antes, mi propósito en esta vida es hacer que te sientas feliz; que comprendas que el mundo está formado por nuestras energías y, por ello, es necesario que sean lo más bonitas y agradables posible. Quiero compartir contigo, y con todo aquel que lo desee, una serie de rituales que faciliten nuestro paso por esta vida y carguen el mundo de vibraciones favorables. Quiero que no tengas miedo a la magia y a los conocimientos o movimientos ancestrales. Quiero que te sientas en paz.

¿Quieres ser feliz? ¿Quieres intentarlo? ¿Te apetece acompañarme con la magia que viste estas letras? Pues no esperemos ni un segundo más y comencemos a movernos.

No quiero caminar delante de ti ni tampoco a tu espalda. Vayamos juntos por el camino de la felicidad y, si tropiezas, mi mano estará allí para ayudar a levantarte.

Con afecto y amor,

SABRINA EXPÓSITO MUÑOZ,

de Mis cosas de Bruja

Durante mucho tiempo, la magia se ha confundido con prestidigitación de saltimbanquis, alucinaciones de mentes perturbadas y delitos de ciertos malhechores fuera de lo corriente. Por el contrario, hay muchos que se apresurarían a explicar que la magia es el arte de producir efectos con ausencia de causas; y basándose en tal definición el vulgo dirá —con el buen sentido que caracteriza a la gente común, en medio de mucha injusticia— que la magia es un absurdo. Pero, de hecho, no puede tener analogía con las descripciones de quienes nada saben sobre el tema; además, nadie tiene que representarla como esto o aquello: es lo que es, surge de sí misma, tal como la matemática, pues se trata de la ciencia exacta y absoluta de la naturaleza y sus leyes.

ELIPHAS LÉVI

cap-3

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¿QUÉ ES UN RITUAL?

Antes de exponer unos sencillos, pero efectivos, rituales mágicos, me gustaría explicarte lo que es un ritual y, de esa forma, evitar o solventar cualquier posible duda. Por desgracia, es un término que muchas personas han asociado a actos oscuros y negativos, cuando en realidad no tienen por qué guardar relación con ello. Todo depende de la intención que cada uno ponga en dichos rituales.

Un ritual es un acto que se repite de forma habitual u ocasional, y que contiene una cierta —o una gran— carga simbólica. Esa carga no tiene por qué estar vinculada a ningún tipo de acto religioso, como podemos observar en el siguiente ejemplo: todos los días, a la misma hora, alguien dedica unos minutos a su bienestar preparando con detenimiento su baño o ducha. Pone música relajante, apaga las luces, enciende velas, esparce pétalos de flores recién recogidas, se introduce en el agua, cierra los ojos y siente el placer de los olores y el sonido… El ritual no comienza al preparar el baño, sino que, desde que recogió los pétalos de flores, o más bien desde que su mente pensó en recogerlos, el ritual, las sensaciones y las propiedades vinculadas empezaron.

Al igual que con el baño, puedes hacer un ritual de cualquier aspecto que consideres sagrado en tu vida (desayuno, días de luna llena…). Todo depende de las cargas simbólica, emocional y sensitiva que pongas en ello. Dichas cargas son las que claramente te permitirán distinguir un ritual de un simple hábito.

Si nos centramos más en el significado religioso o espiritual —y lejos de ser actos vinculados a la connotación negativa impuesta a la brujería o la hechicería—, los rituales han sido un acto social e individual desde el comienzo de la humanidad. Es algo innegable e irrefutable, ya que los miles de restos descubiertos y estudiados por arqueólogos, científicos y antropólogos avalan dicha afirmación. Por qué o cómo empezó el ser humano a mirar a los cielos y a poner toda su voluntad en unir sus energías a las del universo es algo que nunca conoceremos con certeza, más allá del planteamiento de numerosas hipótesis y de muy diversa índole; pero, sin duda, es algo para agradecer, puesto que nuestra memoria genética ha heredado esos comportamientos, y hoy por hoy casi todo ser humano realiza rituales de forma innata —sea cual sea su finalidad—. El comienzo, la auténtica génesis de la magia del ritual, siempre será un gran enigma, pero también una gran motivación. Incluso me atrevería a afirmar que, si algún día desapareciesen los rituales de nuestra vida, esta perdería una gran parte de su sentido. Cuidemos de ellos y respetémoslos.

cap-5

¿QUÉ BENEFICIOS APORTAN LOS RITUALES?

Quizá desconozcamos su verdadero origen, pero algo que sí sabemos con certeza y veracidad es que practicar rituales tiene múltiples beneficios físicos y emocionales:

01       Calman la ansiedad.

02       Aumentan la concentración.

03       Permiten dedicar un espacio de tiempo a uno mismo.

04       Ayudan a segregar endorfinas.

05       Activan el trabajo neuronal y celular.

06       El corazón bombea con mayor firmeza, lo que facilita la oxigenación de las células y los distintos órganos del cuerpo.

07       Permiten que la mente interconecte la información que posee en todos sus rincones y, además, incitan a la búsqueda de nueva información y motivan la investigación.

08       Alivian el estrés del día a día.

09       Permiten dejar atrás los problemas y preocupaciones.

10       Aguzan los sentidos.

En definitiva, son una medicina para el alma, el cuerpo y la mente. Desde el primer segundo en el que se comienza a pensar o plantear un ritual, todos esos beneficios sirven como terapia y podría decirse que SOMOS FELICES. Y si dichos rituales están encaminados a conseguir algún propósito en nuestra vida (aunque NO siempre tienen por qué estarlo, como te he expuesto antes), ese estadio de felicidad se incrementa aún más, como lo hacen el entusiasmo y la conexión con el entorno.

«Tengan el resultado final que tengan, lo importante es quedarse con el disfrute del camino recorrido.»

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¿DEBO CREER EN ALGUNA FIGURA EN CONCRETO O SEGUIR ALGÚN TIPO DE RELIGIÓN?

Hay quienes incluyen y utilizan en sus rituales a dioses, ángeles y demás figuras consideradas como sagradas, pero en este libro no encontrarás ninguna vinculación religiosa. Más allá de las ciertas limitaciones que para algunos pueda suponer, solo me centraré en la energía que fluye en el universo y en la naturaleza, la cual no deja de ser un fiel reflejo de nuestro interior. Si, por el contrario, tú te sientes más cómodo incorporando alguna figura, imagen o mantra religioso, siempre eres libre de hacerlo. Recuerda que cada cual debe actuar según lo que su propio instinto le dicte. No lo acalles, siempre y cuando ese instinto te esté guiando hacia algo que no carezca de ética y respeto. Dale voz, por favor.

«Todo lo que pidas al universo está en tu interior.

La magia de los rituales te ayudará a expresarlo y a beneficiarte de ello.»

cap-8

DUDAS FRECUENTES ANTES DE UN RITUAL

Lo primero que debes saber es que, cuando llevas a cabo un ritual, este debe salir de tu propio interior; de lo más hondo de tu corazón. Hacer un «copia y pega» de algo que no se siente es como querer contar los granos de arena que hay en la playa: NO SIRVE PARA NADA. Es muy probable que, si no estás muy habituado con el mundo de los rituales mágicos, surjan en ti muchas dudas; por ello he querido darte respuesta a las más comunes. Allá van.

12182.jpg ¿PUEDO HACER EL RITUAL EN LUNA MENGUANTE SI LO QUE QUIERO ES PEDIR O CONSEGUIR ALGO?

Los rituales se pueden realizar en cualquier momento, pero siempre hay unas energías lunares más favorables para según qué finalidad —al igual que ocurre con el momento del día más adecuado—. Por lo tanto, cuantas más correspondencias reúnas a la hora de llevar a cabo un ritual, mayor será su fuerza. Aunque también he de decirte que si estás libre de prejuicios y ciertos dogmas impuestos, puedes realizar cualquier tipo de ritual con tan solo el poder de tu mente y tu corazón. (En el siguiente apartado te hablaré sobre el uso de la luna, por si no sabes muy bien a qué me refiero.)

12184.jpg SI NO TENGO LA PLANTA QUE INDICA LA RECETA DEL RITUAL, ¿PUEDO USAR OTRA?

Por supuesto que sí. Hay infinidad de plantas. Si se dice una en concreto es por sus propiedades mágicas o medicinales, pero hay muchas más que comparten dichas virtudes. Es cuestión de que averigües cuáles son y si están a tu alcance. Un bonito ejercicio de investigación que aportará aún más entusiasmo al proceso.

12187.jpg ¿QUÉ HAGO DESPUÉS CON LOS RESTOS DEL RITUAL?

Cuando los rituales estén relacionados con viajes, mensajes a otras personas, estudios, conocimiento o liberación hacia algo —o de algo—, los restos de las cenizas se lanzan al aire; y si son restos sólidos se pueden dejar en la cima de cualquier montaña o lugar alto (siempre y cuando sean restos naturales y no contaminantes).

Cuando los rituales guarden relación con la limpieza o la eliminación de obstáculos y energías contraproducentes, los restos se destruyen en el fuego o se tiran a la basura orgánica.

Cuando los rituales estén relacionados con el amor, el sexo, los sueños o el lado inconsciente de la mente, los restos se lanzan al agua (de nuevo, siempre que sean restos no contaminantes).

Si, por el contrario, se trata de rituales relacionados con la prosperidad, la salud, el trabajo o el dinero, los restos se entierran en el campo o en el monte y, a ser posible, en los pies de algún gran árbol. Si no puede ser, también pueden enterrarse en alguna maceta con tierra de casa.

(Como habrás podido comprobar, según la finalidad que se desee conseguir, existe una vinculación o correspondencia con uno de los cuatro elementos.)

12189.jpg ¿SE PUEDE O DEBE DECIR ALGUNA FRASE MÁGICA O ESPECIAL?

Se pueden decir; y no solo eso, además otorgará un poder extra al ritual, ya que la palabra también ejerce un papel importante dentro del mundo energético. En los rituales que vas a encontrar en este libro

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