Franquistas contra franquistas

Joan Maria Thomàs

Fragmento

cap

Agradecimientos

A ICREA (Institució Catalana de Recerca i Estudis Avançats), fundación impulsada por la Generalitat de Catalunya, por concederme la distinción ICREA Academia y estimular y facilitar mi trabajo como investigador.

A Pablo Salvador Coderch, por permitirme trabajar con la documentación de su padre, Gerardo Salvador Merino, así como por las informaciones que me facilitó sobre su familia.

A Virgilio Hernández Rivadulla, por las entrevistas que me concedió en 2013, así como por los documentos sobre los sucesos de Begoña que me proporcionó.

A Miguel Ángel Gimeno Álvarez, por su extraordinaria ayuda documental en todo lo referido a las actividades de Juan José Domínguez Muñoz, fruto de sus investigaciones históricas.

Al historiador Javier Domínguez Arribas, por su ayuda documental.

Al estudioso Francisco Javier Álvarez de Paz, por sus valiosas informaciones.

A José Luis Jerez Riesco, por su gran ayuda documental.

A José Manuel Romero Moreno, Conde de Fontao, por sus informaciones sobre su padre Carlos Romero de Lecea.

A Yago Varela Augé, por sus informaciones sobre su abuelo el general José Enrique Varela.

A Macià Riutort Riutort, por su ayuda.

A Rebeca Martínez, por su colaboración.

A Salvador de Brocà Tella, por su ayuda y amistad.

A mis hijos Joan Maria y Àngela, por estar ahí.

A Marilú, por todo.

Y, por supuesto, al equipo editorial, con Nora Grosse e Isabel Germán y, al frente de todos, Miguel Aguilar, por su nueva acogida en Debate.

cap-1

1

El régimen de Franco y su disenso interno
en la primera posguerra: una coalición vencedora
pero mal avenida[1]

Si bien el régimen de Franco aparecía a los ojos de la población en la inmediata posguerra como un bloque monolítico, en realidad no lo era. En su seno se daban diversos grados de conflictividad. No me refiero a la que se dio entre el poder y la oposición antifranquista durante toda la vigencia del Régimen, sino específicamente a la interna franquista. A las pugnas entre franquistas. A la conflictividad que se daba tanto dentro de su cúpula —el gobierno, los órganos consultivos, los órganos de participación restringida— como dentro de sus aparatos, y en general entre los diversos sectores del Régimen. Conflictividad que podía llegar incluso a espasmódicos enfrentamientos en las calles entre facciones falangistas, carlistas, militares u otras, a veces con el resultado de muertos y heridos. Otra cosa es que trascendiesen a la luz pública, que ya se cuidó el Régimen de que no ocurriese.

Aunque quizá predominen hoy en día los estudios históricos que versan sobre la violencia del Régimen contra la población —los estudios de la represión franquista en sus diferentes facetas— y sobre la oposición, en los últimos treinta años se han ido abriendo camino trabajos que estudian el Régimen por dentro, su funcionamiento interno, su historia política, las tensiones existentes entre sectores y aparatos franquistas, así como las instituciones y sectores políticos del franquismo.

A finales de los años cincuenta y sesenta, Stanley G. Payne y Herbert R. Southworth realizaron estudios fundamentales sobre el partido fascista español antes, durante y después de la Guerra Civil.[2] A finales de los años setenta y ya en los ochenta, Ricardo Chueca, Martin Blinkhorn y Javier Tusell hicieron aportaciones fundamentales con trabajos sobre el partido único,[3] el carlismo[4] y la interrelación entre la política interior y la exterior del Régimen durante la Segunda Guerra Mundial y sobre la participación de los llamados «católicos» en el gobierno de 1945 y siguientes.[5] Ya en los años noventa, Paul Preston publicó su fundamental biografía de Franco,[6] mientras Tusell lo hacía con otro notable trabajo sobre Franco durante la Guerra Civil.[7] En estos mismos años aparecieron otros estudios sobre facciones políticas a nivel provincial, local y estatal, de la mano de jóvenes historiadores que, aun con dificultades evidentes y con destacados fondos archivísticos cerrados a cal y canto —los militares, los policiales y muchos de los eclesiásticos—, tenían ahora acceso a archivos oficiales. O a lo que quedaba de ellos, ya que dos meses antes de la celebración de las primeras elecciones democráticas del 15 de junio de 1977, en abril, una orden del último ministro-secretario general del Movimiento, Ignacio García López, había ordenado la destrucción de los archivos del FET y de las JONS-Movimiento Nacional en todas las llamadas jefaturas y delegaciones provinciales.

Durante los años noventa y los primeros tres lustros del siglo XXI hemos asistido a una expansión de los estudios de ámbito provincial y local sobre el Régimen paralela a la ampliación del sistema universitario y a la consolidación del sistema autonómico, así como a la aparición de diversas obras sobre la etapa franquista en general, sus instituciones, el dictador y otros personajes políticos, las políticas aplicadas, las culturas políticas franquistas, los proyectos en concurrencia, y sobre las tensiones internas que se produjeron. Destacan, entre otras, las obras de Santos Juliá,[8] Ismael Saz,[9] Ferran Gallego,[10] Enrique Moradiellos,[11] Giuliana di Febo,[12] Alfonso Botti,[13] Juan Pablo Fusi,[14] Borja de Riquer,[15] Julián Casanova,[16] Alfonso Lazo,[17] Ángel Viñas,[18] Carme Molinero y Pere Ysàs,[19] Antonio Cazorla-Sánchez,[20] Xosé Manoel Núñez Seixas,[21] José Luis Rodríguez Jiménez,[22] Miguel Ángel Ruiz Carnicer,[23] Francisco Cobo y Teresa Ortega,[24] Ángela Cenarro,[25] Glicerio Sánchez Recio,[26] Francisco Sevillano Calero,[27] José Antonio Parejo Fernández,[28] Francisco Morente,[29] Javier Tébar[30] y Martí Marín Corbera,[31] entre otras, como digo. Todo ello ha contribuido a «normalizar» una historiografía que iba con retraso, por la razón obvia de la larga duración del régimen de Franco, con respecto a sus homólogas europea o estadounidense.

El libro que el lector tiene en sus manos pretende ser una contribución más al estudio de la conflictividad interior del Régimen, la que se dio entre los diferentes sectores de lo que podemos denominar «coalición autoritaria» o «bloque político y social» franquista, es decir, el conjunto, diverso, que constituyó el bando «nacional» durante la Guerra Civil; que venció en la contienda, y que se mantuvo en el poder con diversos cambios e incluyendo algún sector nuevo —como los tecnócratas— durante decenios. Un conjunto cimentado en la guerra y formado por el ejército, la Iglesia, el partido único creado en 1937, los carlistas de la Comunión Tradicionalista —no siempre integrados en el partido—, los alfonsinos —después juanistas— de Renovación Española, los ex cedistas, sectores patronales, empresariales, propietarios agrarios y aun decenas de miles de medianos y pequeños campesinos, sectores de las clases medias urbanas y rurales, etc., todos ellos católicos.

Un conjunto con una mentalidad cohesiva —la de los vencedores de la guerra— y un programa funda

Suscríbete para continuar leyendo y recibir nuestras novedades editoriales

¡Ya estás apuntado/a! Gracias.X

Añadido a tu lista de deseos