Dos ladrones han robado una gallina de una granja. Están arrancándole las plumas cuando ven que se acerca un policía. Rápidamente lanzan la gallina al río y el policía, que lo ve, les pregunta:
—¿Se puede saber qué hacen aquí?
—¿Nosotros? Nada. Hemos salido a pasear, hemos visto esa gallina y la vigilamos para que no se ahogue.
El guardia ve todas las plumas por el suelo y pregunta:
—¿Y las plumas?
Y el otro ladrón contesta:
—Es que le estamos guardando la ropa.
Un niño de ciudad visita una granja y, mirando a los cerdos, le pregunta al granjero:
—¿Por qué les echa azúcar a los cerdos?
Y el granjero responde:
—Para tener jamón dulce.
Dos pollitos entran en un bar y uno dice:
—Pío.
Y el otro contesta:
—Píe, píe, que yo pago.
Un granjero está hablando con su cerdo y le dice:
—Como te has portado muy bien, mañana te llevaré al parque de atracciones.
El cerdo, contentísimo, se pone a saltar y dice:
—¡Oink, oink, oink!
Y el granjero le contesta:
—No, hoy no. Te he dicho que mañana.
En el establo un burro le pregunta a otro:
—¿Vamos a dar una vuelta hasta que nos aburramos?
Un pastor y su perro sacan a pasear a las vacas cuando de pronto una de ellas dice:
—Bueeeeenos díaaaaas, pastoooorrrr.
El pastor y su perro salen corriendo muertos de miedo. Cuando ya han recorrido tres kilómetros, se paran a descansar, y el perro dice, ante la mirada atónita del pastor:
—Menudo susto nos ha dado la vaca esa, ¿verdad?
En el corral hay una pelea y una de las gallinas, muy enfadada, le dice al gallo:
—¡Caldito seas!
Tres pastores están discutiendo sobre quién tiene el perro más listo, y el primero dice:
—Mi perro encierra a las ovejas, les da de comer y vigila la casa toda la noche.
—Eso no es nada —contesta el segundo pastor—. Mi perro encierra a las ovejas, les da de comer, vigila la casa, me trae el periódico y hace un triple salto mortal.
El tercer pastor, con lágrimas en los ojos, dice:
—El perro que yo tenía…
—¿Qué le pasó? —preguntan los otros dos.
—Que murió electrocutado —responde, triste.
—¿Por un rayo?
—No, arreglándome el televisor.
Dos hermanos están pasando las vacaciones en la granja de sus tíos y, delante del establo de los caballos, el hermano mayor le pregunta al menor:
—¿Sabes cuál es el colmo de un caballo?
—Ni idea.
—Tener silla y no poder sentarse.
En un mercado de pueblo, una mujer le pregunta al granjero:
—¿Y tú qué les das a tus gallinas, trigo, soja o maíz?
Y el granjero, pasota, le responde:
—Yo les doy dinero para que se compren lo que quieran.
Un granjero le pregunta al vecino:
—¿Así que tus gallinas son buenas?
—¿Buenas? Ni te lo imaginas. No solo ponen los huevos, sino que también ponen la mesa.
Un niño de ciudad visita la granja de su primo y le pregunta:
—¿Cómo cuidáis a las vacas para que den mejor leche?
Y el primo responde:
—Les ponemos múúúúúúúsica.
La hija del granjero, un poco triste, le dice a su amiga:
—Yo tenía un elefante que se llamaba Maíz.
—¿Y qué pasó? —pregunta la amiga.
—Que vino una gallina y se lo comió.
Una madre decide plantearle a su hijo un acertijo y le pregunta:
—Un jinete va a caballo por la granja y sin embargo va a pie. ¿Cómo se llama el perro?
—¿El perro? —contesta el hijo—. No sé.
Y la madre responde:
—Sin embargo.
Una vaca se da un golpe muy fuerte contra un árbol. Aturdida, se pone a caminar y, sin darse cuenta, llega hasta el desierto. Cuando empieza a recuperarse, mira a su alrededor y, espantada, grita:
—¡Me he comido toda la hierba!
En la granja, un topo le dice a otro:
—Para la vista, lo mejor son las zanahorias.
—¿Cómo lo sabes? —pregunta el topo.
—¿Has visto alguna vez a un conejo con gafa