Salvados por los pelos (Ojo, Piojo 2)

Geòrgia Costa
Fernando Alcalá

Fragmento

cap-1

imagen

En la clase del colegio en la que vivimos hay muchas mesas y sillas, y al fondo, un mural que han pintado todos los niños. También hay una pizarra y unas estanterías llenas de libros. Entra mucho sol por las ventanas y ayer por la tarde alguien se olvidó su abrigo en uno de los percheros. Y, claro, lo más importante que hay en el aula de primero es un baúl que siempre está abierto en un rincón, lleno de disfraces y de... ¡sombreros!

¡Sí! ¡Lo has adivinado! ¡Ahí está el sombrero de explorador, nuestra casa!

Es lo primero que veo cada vez que abro un ojo por la mañana, cuando papá piojo viene a despertarnos.

Ojo-piojo-1-14_B_OJO.PSD

¡Tu-tu-tururúúúúúú!

¿Qué es eso? ¿Qué está sonando? Suena tan fuerte que tengo que taparme las orejas.

Pero da igual porque vuelvo a oír ese ruido mucho más cerca.

¡Tu-tu-tururúúúúúú!

Vale, ya lo entiendo todo.

Es papá piojo, a quien le ha dado por hacerse una trompeta con la punta rota de un lápiz que trajo el otro día… Le ha hecho un agujero para que suene cuando sopla. ¡Qué ruido más horrible!

imagen —canta papá piojo con los brazos abiertos.

Lili, que está agarrada a su barba, se esconde entre los pelos para que no la moleste tanto el ruido. Lili es mi hermana pequeña. En realidad se llama Liendre, pero todos la llamamos Lili.

¡Tu-tu-tururúúúúúú!

Cada mañana, después de que mamá pioja haya salido a explorar, papá piojo se inventa una manera distinta de despertarnos. A veces lo hace saltando a nuestro lado, en la cama hecha de pelusas donde dormimos mi hermana Picorina y yo. Otras veces, da palmas. Otras, como hoy, nos saca de la cama con la dichosa trompetilla.

OjoPiojo2_ilustraci%c3%b3n5.psd

—¡Ya está! ¡Ya está! ¡Ya nos levantamos! —le digo mientras abro los ojos.

—Yo no me levanto… —murmura Picorina con los ojos cerrados.

—Vamos, Picorina, ¡tu-tu-tururúúúúúú! —Papá piojo le ha acercado la trompeta para que la oiga más fuerte—. ¡Tu-tu-tururúúúúúú! Hay que levantarse y desayunar para ser altos y fuertes y poder saltar hasta el infinito. ¿No queríais ser los mejores exploradores del mundo? ¡El desayuno es muy importante! ¡Y los niños de la clase van a llegar de un momento a otro!

—Yo me levantaré cuando quiera —repite mi hermana—. A mí nadie me da órdenes. Ya no soy una liendre como Lili, soy una pioja hecha y derecha.

Picorina siempre tiene unas ideas extrañísimas. Está OBSESIONADA con las cosas de los humanos.

Hace unas semanas, estaba erre que erre con que quería comer verduras como lo hacen ellos.

Ahora dice que no va a levantarse porque quiere ser… ¿cómo se dice? A ver si me acuerdo.

—¡Soy un pendiente! —grita Picorina todavía con los ojos cerrados muy fuerte y tapándose la cabeza con las pelusas que usamos como mantas—. ¡Un pendiente! ¡Y hago las cosas cuando quiero!

OjoPiojo2_ilustraci%c3%b3n6.psd

Lo que Picorina pretende decir es que quiere ser INDEPENDIENTE, que significa poder hacer las cosas por su cuenta sin pedir permiso a nadie, como los mayores, vaya. Yo creo que la idea le vino porque el otro día la profesora Luz les estuvo contando a las niñas y a los niños de la clase lo que significaba hacerse mayor.

—Pues peor para ti porque me tomaré tu caldo para desayunar —le respondo—. Te vas a quedar sin comer…

Siempre desayunamos lo mismo: un caldo que nos prepara papá piojo. No sabemos qué ingredientes lleva, solo sabemos que es rojo. ¡Y me encanta! Y más por la mañana, que tengo el hambre de mil piojos juntos.

—Pues ahora también me levanto. ¡Pero porque yo quiero!

Ya he dicho que a mi hermana no hay quien la entienda, ¿verdad?

—¡Bien! Ahora que ya os habéis despertado... —dice papá piojo—, ¡a desayunar! imagen ––repite cantando como si fuera un tenor de ópera.

Picorina se sienta y se cruza de patas. Papá piojo nos da a cada uno un cuenco con el caldo y una pajita. Yo me pongo a comer enseguida, pero Picorina solo da un sorbo y luego para.

—Voy a desayunar, pero porque YO QUIERO, no porque sea la hora de hacerlo. Mañana voy a desayunar… ¡Por la noche!

—¡Desayunar por la noche se llama «cenar», Picorina! —le explico yo, pero ella no me hace ni caso.

—Y ahora pienso irme a explorar yo sola, como mamá pioja.

Picorina deja el caldo a medias. Lanza la pajita por los aires y se pone en pie. ¡Quiere marcharse de verdad! ¡Lo dice en serio!

—Pero mamá pioja tiene un látigo para saltar de cabeza en cabeza —le recuerdo a mi hermana mientras sorbo el caldo con una pajita—. Y un sombrero de exploradora.

Picorina se pone aún más recta. Está mirando hacia el borde del sombrero.

¡Pues yo voy a hacerlo porque soy un pendiente!

—Picorina, ¡los pendientes son cosas que los humanos se ponen en las orejas!

Pero ella mueve la cabeza hacia los lados tan rápido que parece que se vaya a marear.

OjoPiojo2_ilustraci%c3%b3n7.psd

—¡Que no!

Suscríbete para continuar leyendo y recibir nuestras novedades editoriales

¡Ya estás apuntado/a! Gracias.X

Añadido a tu lista de deseos