Frank Einstein 2 - El loco invento de Frank Einstein

Jon Scieszka

Fragmento

ÍNDICE

Portadilla

Índice

Carga de energía: iones 126-127

Capítulo 1

Capítulo 2

Capítulo 3

Capítulo 4

Capítulo 5

Capítulo 6

Capítulo 7

Capítulo 8

Capítulo 9

Capítulo 10

Capítulo 11

Capítulo 12

Capítulo 13

Capítulo 14

Capítulo 15

Capítulo 16

Capítulo 17

Capítulo 18

Capítulo 19

Capítulo 20

Capítulo 21

Capítulo 22

Capítulo 23

Capítulo 24

Capítulo 25

Capítulo 26

Capítulo 27

Capítulo 28

Notas de Frank Einstein acerca de la energía

El invento favorito de Watson

Klink y Klank presentan cómo hacer tu propio electrodedo

Una receta de Mr. Chimp

Alfabeto de signos de Mr. Chimp

Sobre el autor

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Creditos

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Energía —dice Frank Einstein, genio e inventor de corta edad—. Fuerza que se puede convertir en movimiento, luz, calor: ¡energía en todas sus diferentes formas! En eso consiste todo esto, Watson.

—MMMfff mmm grrrmmm mmmm —responde Watson.

Frank asiente.

—Ah, sí, claro. Por supuesto…, fuerzas también. La manera en que se aplica la energía. La forma en que la energía funciona en el mundo. Absolutamente cierto, Watson.

Watson se retuerce.

—¡Grrrarr grrr gruummm rummm!

Frank Einstein se rasca la cabeza con un dedo metálico de tamaño desproporcionado.

—¡Oh, sí! Esta es la oportunidad perfecta para poner a prueba mi HIPÓTESIS… y el último desafío para mi invento, el Electrodedo.

A Watson, amarrado a la parte frontal de una balsa neumática que desciende cada vez más rápido hacia el rugido de la presa que hay en el río, le gustaría decir: «¡Einstein, se acabó! ¡Estoy perdido! ¡Estás loco! ¡Esta no es la oportunidad perfecta para poner nada a prueba! Y: ¡SOCORROOOOO!».

Sin embargo, Watson no puede decir nada de eso.

Porque Watson no solo está pegado a la balsa con cinta adhesiva, sino que también tiene la boca completamente amordazada con cinta.

Así que todo cuanto puede hacer es retorcerse, abrir los ojos como platos y hacer ruidos.

—En este momento nos desplazamos veloces hacia una columna de agua que está siendo aspirada por debajo de la presa —dice Klink.

—Oh-oh —dice Klank.

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Quédate quieto, Watson! —dice Frank Einstein—. Esto no duele… mucho.

—Es ese «mucho» lo que me preocupa —responde Watson, que intenta no dar un respingo.

Frank frota los pies sobre la alfombra de lana. Levanta el dedo hasta que está a la altura de la nariz de Watson.

Klink, conectado a un enchufe en un rincón del laboratorio de Frank, levanta la vista y dice con voz monótona:

—Oh, qué emoción. No me imagino lo que va a suceder.

—¡Yo tampoco! ¡Yo tampoco! ¡Yo tampoco! —dice Klank con un bip.

Klink gira hacia Klank su cámara con un solo ojo.

—Sé exactamente lo que va a suceder.

—¿Qué? —dice Klank.

—¿Qué? —dice Watson.

Frank acerca el dedo al rostro de Watson.

Un chispazo minúsculo de electricidad salta del dedo de Frank a la nariz de Watson.

¡Fizzzz!

—¡Guau! —exclama Watson.

—¡Un éxito! —lo celebra Frank.

—Ja-ja-ja —dice Klank.

—¿Y la gente te llama genio? —dice Klink.

Watson se frota la nariz y se vuelve a sentar ante la mesa del laboratorio de Frank.

—¿Para qué has hecho eso?

Frank añade un dibujo y una nota rápida a su cuaderno de laboratorio.

—Energía. Electricidad estática. Igual que un rayo, pero a pequeña escala.

—¿Me has electrocutado la nariz, entonces?

—Sí.

—¿Por qué?

—¿Por qué hacemos lo que hacemos, Watson? —Frank pincha una fotografía de un rayo en el Muro de la Ciencia, bajo el título energía—. Para descubrir cómo funcionan las cosas. Para hacer nuestro siguiente invento. Para empezar nuestro aprendizaje sobre la energía. Pero, principalmente, para que tú dieras un bote.

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Klink se desenchufa una vez recargado y recoge el cable de forma automática.

—Electricidad estática —explica Klink—. Los electrones libres que se congregan al frotar la alfombra de lana tienen carga negativa. Han saltado a la nariz de Watson, con carga positiva, porque las cargas opuestas se atraen.

—Que es exactamente igual que un rayo —explica Frank—. La zona inferior de las nubes de tormenta adquiere una carga negativa. El rayo es la descarga de electricidad sobre el suelo, de carga positiva. La atracción de las cargas opuestas.

—Qué… genial —dice Watson—. ¿Eres capaz de inventar algo para electrocutarle a todo el mundo la nariz?

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—Oh, no —dice Frank—. ¡Esto consiste en toda la energía! Y en energía para todos. La energía es lo que hace que funcione todo en el mundo. Sin energía, no pasaría nada.

—Eso es cierto —dice Klink—. La energía adopta muchas formas diferentes. Tal vez os interese ver que me he mejorado a mí mismo con una serie de complementos nuevos —Klink les muestra sus piezas nuevas—. En

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