Lío en el espacio-tiempo (Multicosmos 4)

Pablo C. Reyna

Fragmento

cap-1
<Prólogo>

El Transbordador se detuvo un instante en la entrada del microplaneta helado. Un avatar de corta estatura bajó antes de que el vehículo reanudara su recorrido y cruzó la Puerta. Sintió el frío virtual nada más poner el primer pie dentro.

Antes de dar un paso más, echó un rápido vistazo panorámico al micromundo glacial: agujas de hielo hasta donde alcanzaba su vista y ventiscas heladas. Los mapas del planeta Brrrrrr estaban desfasados y no le serían de ayuda, pero su contacto le había transmitido en secreto la ruta que debía seguir. Un pitido de la holopulsera le advirtió de riesgo de congelación. El avatar se protegía del frío con un plumífero de tuitero que llevaba por encima de su vestimenta granate de ninja, pero de todos modos tomó una poción calentadora del inventario. Sin pensarlo dos veces, echó a andar por la montaña nevada. Tenía un largo trecho por recorrer.

Anduvo por la inhóspita montaña durante casi una hora. Por el camino se cruzó con varios Mobs, pero tuvo cuidado de evitarlos a todos. No había ido allí a ganar Puntos de Experiencia, sino a verse con alguien que tenía buenos motivos para esconderse en el punto más recóndito de MultiCosmos. Los copos de nieve caían sobre sus hombros, pero un zoom le había revelado la verdad: en realidad no eran copos de nieve, sino datos extraviados de internet. Desde que fue creado, nadie se había vuelto a acordar de ese planeta; por eso era un escondite tan valioso.

El avatar llegó al pie de la montaña y se encontró con un delicado puente de hielo. Medía dos palmos de ancho y no se adivinaba el otro extremo ni el final de la caída. Tragó saliva y tomó ese camino maldiciendo entre dientes las dificultades que tenía que superar para llegar a su objetivo.

Aunque el viento lo azotó con fuerza, siguió avanzando sin detenerse. Tres cerdos alados sobrevolaron su cabeza.

imagen

Alcanzó el otro lado del puente y llegó hasta la estrecha entrada de una cueva. La ignoró, pues ésa era una trampa para Cosmics desprevenidos. Buscó otro acceso casi invisible a unos millapíxeles de ahí y entró en una cueva secundaria.

El interior estaba a oscuras, pero dio una orden a la holopulsera y la estancia se iluminó. Entonces la vio: una rata blanca gigante con dientes como estalactitas capaz de comérselo de un solo bocado. El monstruoso Mob esperó unos segundos para atacar, tiempo suficiente para que Spoiler pudiese sacar el arma y matarlo.

Pero eso era precisamente lo que no debía hacer.

Esperó diez segundos a que la rata gigante se abalanzase sobre él y se lo tragase de un mordisco. Sus fauces lo cubrieron por completo y lo engulló de la cabeza a los pies.

Pero no estaba muerto, ni mucho menos. Tenía que dejarse comer para desbloquear el nivel final y alcanzar la cámara definitiva, escondida en el estómago del bicho. Típico de videojuegos. Se limpió las babas del monstruo y siguió caminando.

Cuando por fin vio la cabaña en la cima de la montaña, el Cosmic ninja se tensó. Tenía una misión que cumplir.

Había viajado hasta allí para acabar con MultiCosmos.

cap-2
<El segundón no le interesa a nadie>

Nota mental: nunca te hinches a zumo de pantone justo antes de una misión a vida o muerte. Los monstruos no paran la persecución para que vayas al baño.

Un gusano del desierto nos pisa los talones mientras nos dispara ácido sulfúrico. Su dentadura parece una trituradora y su aliento apesta a cloaca. Es el monstruo final de Paraíso Planet, un planeta que no tiene nada de paradisíaco, pero que si se llamase Desierto Megamortífero no lo visitaría nadie.

Mi avatar avanza a toda pastilla a lomos de una hormiga gigante, igual que los de mis dos mejores amigos. Ellos son Amaz∞na, la elfa-enana más popular de MultiCosmos, y Spoiler, un ninja granate con pistola de bolas.

Y por supuesto yo, el Cosmic más famoso del universo virtual. Mi nick ha salido en todas las portadas y televisiones. Soy tan famoso que ElMorenus me pide consejos para sobrellevar la fama. Quizá me recuerdes por conseguir el Tridente de Diamante o ganar el MegaTorneo.

Aunque también por perderlo todo y convertirme en un segundón.

Somos tres de los Cosmics más famosos de la red y ni siquiera unidos podemos contra este Mob con cara de culo de perro.

Estaba claro que nuestro viaje no iba a ser pan comido, pues por algo este micromundo tiene el nivel de dificultad Qué-Haces-Todavía-Aquí-Que-No-Huyes-Por-Patas. Los tarados que han venido antes que nosotros no han pasado ni cien píxeles de la Puerta. Nosotros hemos llegado más lejos que nadie, pero ahora el monstruo final quiere darnos nuestro merecido.

Hasta que, de pronto, se sumerge bajo tierra.

—¡Ha huido! —grita mi amigo Spoiler—. ¡Hemos asustado a la sanguijuela!

Me vuelvo para comprobar que no hay ni rastro del gusano. La tierra se lo ha tragado, literalmente. Pero cuando Amaz∞na frunce el entrecejo, es que algo va mal. Tiene su arma defensiva preparada.

—La holopulsera detecta que algo se aproxima. No os confi...

Antes de que pueda terminar la frase, el suelo estalla a nuestros pies.

Mi hormiga salta por los aires, pierdo imagenimagen y tengo que dar un salto doble para no caer en el fondo del agujero que se acaba de abrir. Amaz∞na se ha protegido con una crisálida temporal, mientras que Spoiler ha apretado el comando Pedo Propulsor para mantenerse a flote. Mejor no entro en detalles.

De algún modo, el gusano se ha metamorfoseado bajo tierra y se ha convertido en un monstruo del tamaño del Titanic.

Me preparo para lo peor. El Mob suelta un eructo de ácido que nos borra otro imagen de un plumazo.

imagen

—¡Ey, Gusanito! —protesto—. ¡No me tires el aliento!

Puede que sólo tengamos trece años, pero somos las estrellas del universo virtual y no nos dejamos intimidar por nadie. Nos las hemos visto con monstruos mucho más poderosos que este gusanito de seda gigante.

Aprovecho que las cámaras me enfocan para atusarme el flequillo y hacer posturitas con la espada binaria. Estamos retransmitiendo la misión para nuestros millones de seguidores de MultiCosmos, de Nueva York a Teruel, y uno no puede salir feo en la pantalla. Desde que descendí a Usuario Número Dos, me cuesta mucho más que me tomen en cuenta.

—No es momento de presumir. —La elfa-enana me corta el rollo—. ¡Hay un monstruo a punto de matarnos!

El ataque ultrasónico del Mob me arroja al suelo. Amaz∞na lo está pasando todavía peor: su oído élfico ultrafino es muy útil para otras misiones, pero

Suscríbete para continuar leyendo y recibir nuestras novedades editoriales

¡Ya estás apuntado/a! Gracias.X

Añadido a tu lista de deseos