Fosa común

Javier Pastor

Fragmento

cap-1

 

Suelta la pila de libros sobre la mesa del comedor con estrépito testimonial, por si alguien se compadece de la dimensión de su fastidio y la magnitud del esfuerzo que lo aguarda. Pero (a su pesar) le encanta el olor a libro virgen, a cola, tinta fresca y papel recién guillotinado, repeluco que se repite siempre a principio de curso y que por primera vez le escuece un poco, debe de ser, piensa, el único o el último de la pandi al que le pasa algo tan tonto (si exceptúa a las niñas, más formales, estudiositas y sensibles, sobre todo a los olores) cuando los abre. Sí, le encanta estrenar libros aunque sean de texto, en ellos se oculten variedades de martirio para condimentar el año por delante y encima suene maricón. Las cubiertas ya son otra cosa: no le parecen lo suficientemente adultas o tan adultas como las de, ejemplo, los libros de COU, ni se diga los de Ingeniería de Caminos que hojeaba su primo Gabriel con desgana, tirado en la cama, la última vez que fue a Madrid. Más o menos ahora se estará examinando, reincidió en suspender todas en junio y con seguridad vuelve a repetir 1.º. Será su tercer 1.º, una carrera de tuno. Se lo confesó según llegaban (tarde) trajeados a la comunión de Nena y creyó que no había oído bien. Andaba a lo suyo, quemado por la impuntualidad (es intolerante con la impuntualidad propia y la ajena) y porque juzgaba indigno ir dando tumbos de paquete en el Vespino cuando Gabriel habría podido sacar a pasear la Guzzi V50 de su hermano Germán, el mismo que le regaló a los catorce una Cota 74 (¡ahora tiene una Cappra 360!) sin papeles y repintada de negro mate para hacer el gamba campo a través por la finca de los abuelos Farina. Gabi aprobó el carnet según cumplió dieciocho y dispone de un Vespino, una Cota, una Cappra, coge prestada la Guzzi cuando quiere y va a cambiar sus esquíes, botas y apresquís, una chupa Belstaff y no se sabe qué más por un escarabajo de cuarta mano, esa porción de la familia está siempre metida en trueques, chanchullos rarísimos, dobles consonantes (Cappra, Guzzi, Belstaff, Ossa) y chollos de lo más discutibles. Y él ya ni bicicleta a los catorce, se encontraron el trastero forzado a vuelta de vacaciones. Claro que a Gabriel le crece de siempre un clavel en el culo, nació tan descolgado que hasta tiene dos sobrinas mayores que él, sus padres son como sus abuelos, sus hermanos como padres de recambio y todos le han dado y le dan mucha cuerda, más aún desde que su padre (tío Germán, un tiranuelo en tiempos) arrastra un cáncer y se ha desentendido de su antigua autoridad y de lo que pasa alrededor. Sí, se sentía ridículo trajeado y de paquete en un ciclomotor, en unos meses será más alto que el mayor de sus primos (aunque difícilmente más que el más alto de sus primos) y ya pesa casi lo mismo, es bochornoso eso de ir dos tíos grandecitos hundiendo los amortiguadores, con los neumáticos bajos, el escape roto y las corbatas al viento. Hace no tanto usaba corbatas de gomita. Un Vespino está bien para llevar a una niña o para que una niña te lleve (hasta ahí) A su primo parece darle igual y le jode tanta indiferencia: pero también mola tanta indiferencia, molan sus Rayban curvadas hacia abajo, los Levi’s pitillo hechos polvo y los Sebago a los que faltan bellotas, todo de marca pero hecho una mierda y destrozado con la misma chulería. Quizá peca de demasiado estilo, pasó una semana de huésped en casa el año anterior y tuvo mucho éxito entre las titis cuando lo presentó en la Deportiva. Es automático, llega alguien de Madrid y todo el mundo se fija y toma nota. Ejemplo, entonces contagiaba Acqua Brava (que chifla a las niñas) y ahora Old Spice (que les chifla más) En realidad no sabe si se trata de demasiado estilo: es el mismo de sus amigos, ropa de pasta maltratada con desdén aristocrático que les mangaría para cuidarla como se debe, aunque cuidar la ropa sea de cateto. Y colonias caras que les compran según dejan el Nenuco a los dos años (y también les mangaría) Iban a tope de acelerador sorteando coches, olía en su nuca la Old Spice intentando concentrarse en la Old Spice para distraer el acojono de una hostia inminente en cada tumbada, por reflejo contrapesaba hacia el lado opuesto hasta que Gabi gritó que dejara de hacer el gilipollas y tumbase con él porque iban a acabar dándosela. Así que tumbó con él aquí, tumbó allá, en plan Bala Roja a lo cutre, cada vez más rápido gracias al reparto de pesos coordinados y entre llantazo y llantazo de bache en bache volvió a gritar ‘Tengo una resaca del copón’ y el miedo a la hostia inminente se incrementó dos puntos ‘Estuve celebrando hasta las siete’ gritó y tumbó ‘que me han suspendido’ tumbó y gritó ‘la única que creía haber aprobado’ Y ya candando el Vespino, en un susurro ‘Aún no se lo he dicho a nadie’ Se sintió orgulloso de ser el confidente de su resaca y de su desastre académico y de que nadie de la familia tuviera ni idea (por poco tiempo) de que había vuelto a no dar un palo al agua. Gabi sabe que puede confiar en él. Más que él en Gabi. Pero lo escandaliza que por segunda vez no apruebe ni una, se supone que es lo que quiere estudiar, lo que ha elegido estudiar libremente (aunque también pesa la tradición y en las dos familias sobran ingenieros) como él estudiará libremente Medicina dentro de cuatro años. De aquí a cuatro años. Cuatro años más ¡todavía! en lugar de los tres de hace nada, antes de que insertaran de matute ¿para qué? el maldito 3.º de BUP entre 2.º y COU.

Contempla esas cubiertas tan poco adultas (aunque reconoce que marcan diferencia con las de 8.º) anunciando asignaturas que le importan un bledo y que ha decidido, tras considerar otras opciones, tapar con Aironfix negro y rotular con cinta de Dymo. También negra, van a quedar imponentes. Habrá quien se ría, los capullos que tienen los libros hechos un asco a medio curso o los que no ven más allá del forro plasticoso y el papel Cello. Eso no es estilo. Eso es lo de siempre. A sus padres lo del Aironfix negro les ha parecido demasiado llamativo y poco práctico. O sea, demasiado caro. Siempre la puñetera palabreja aplicada a cualquier ocurrencia, ‘es poco práctico’ ‘es muy práctico’: algo puede ser horroroso pero si es práctico tiene el pase con éxito asegurado. También son partidarios de no llamar la atención (‘Va a parecer que llevas una colección de misales’ y bobadas así) pero al final han accedido a hacer el gasto extra con esas medio sonrisitas que últimamente significan ‘Mira qué carácter gasta el pollo’ O el capullo. Esto es, su madre ha accedido a hacer el gasto extra (y el dependiente de Mainel encantado y superservicial) en Dymo y Aironfix, es a quien hay que convencer en asuntos de administración doméstica incluido el dinero de bolsillo de su marido el capitán. Buah, reconoce que a pesar de las sonrisitas sarcásticas lo toman más en serio desde que tiene DNI, aprobó la reválida de 8.º (está convencido de que ha desaparecido de todos los colegios de España salvo del suyo) y lo seleccionaron para ir a un campamento nacional de promesas de balonmano. Ahí está, una joven promesa del balonmano español, tres en toda la provincia y los tres del mismo colegio, una potencia en canteranos. Se van añadiendo otros motivos para que lo dejen de tratar como a un niño, crece y ensancha a buen ritmo y le ha cambiado la voz, al t

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