Índice
Portadilla
Índice
Nota del editor
Indultos a manos llenas
Qué tonto fui
Villanía léxica
Que no dimitan
En los años de la distracción
Descrédito y deserción
Hijo del Papa
Delaciones muy cristianas
Ladrones de Heathrow
Como si fueran comunistas
Los nuevos zombies
Denigradores que se denigran
Potter nos convierte en Pottersville
¿Y ahora para quién espían?
La actual dificultad de morder
La Marca España y las ratas
Puras hipocresía o contradicción
Gracias y adiós, Roger Dobson
Lo mejor es no haber nacido
San Mamés y nuestros recuerdos
Este Gobierno prohíbe a Sherlock Holmes
Esclavizados y transparentes
La excelencia de la purria
Por donde Franco solía
Alerta y sanos y salvos
Los despertares
Lerdos, y gracias
Que esto no se cuente
Rendición incondicional
Hoteles ahuyentadores
Para entendernos por ahí perfectamente
Y luego van y lo cuentan
Suerte que no hay simios en Ohio
El negocio de prohibir
¿Por qué nada sirve nunca de nada?
Las no tan viejas lealtades
Una comicidad irresistible
Un hombre de buen conformar
Tutelas permanentes
Es cosa nuestra
Neofranquismo
Las bandas de la banda ancha
Castigar lo inexistente
Noches armadas de Reyes
La baraja rota
Pequeño comentario de texto
Entre el ridículo y la mansedumbre
Un matrimonio invisible y encantador
Juro no decir nunca la verdad
Almanya
Un mundo más triste y más lerdo
La piadosa malevolencia
Voracidad y lloriqueo
El reino de la posibilidad
Así protegen los vándalos
Proliferación de cabestros y mastuerzas
La muerte de la discreción
En el inofensivo pasado
Los mejores y los peores
Las lecciones de la imaginación
Gobernación
Empobrecimiento, embrutecimiento
Como antes de la Revolución Francesa
El gesto más suicida
¿Tarugos todos?
Lo crucial y urgente
Anteayer mismo
Ecuanimidad o histerismo
Esa tendencia abominable
El mundo hiere
En favor de la ocultación natural
Cazuelas en los quirófanos
Si sólo vivieran los vivos
La conjunción de mil azares
¿Completos bobos?
Guarrería
Si yo fuera catalán
Aventuras criminales
Hasta cuándo esperan los libros
Por qué no están en el manicomio
Las vanidades heridas
¿Sólo antaño?
Una asfixia más
El artículo inútil
Tampoco hay que ser Sherlock Holmes
Mira lo que hago
El Terror de los Austrias
Siempre tarde y con olvido
Diccionario Penal
En la estela del FBI
Las mujeres son más jóvenes
Fiera herida
Se buscan razones para asesinar
Mundo antipatiquísimo
Cautivos
Notas
Sobre el autor
Créditos
Nota del editor
Este libro reúne los artículos publicados por Javier Marías en el suplemento dominical El País Semanal entre el 10 de febrero de 2013 y el 1 de febrero de 2015; dos años de labor columnística que dan un total de 95 piezas.
El lector asiduo sabe que es tradición que Marías escoja como título de los volúmenes recopilatorios el de uno de los textos. En este caso, el elegido ha sido «Juro no decir nunca la verdad», un artículo en el que se contrapone el noble propósito de no mentir jamás con la conducta enfermiza de hacerlo incesantemente, una conducta que la ciudadanía de nuestro país advierte sobre todo en el colectivo de los políticos patrios. El proyecto de ley del aborto del Gobierno del PP sirve al autor para ejemplificar la costumbre malsana de engañar sin descanso y con absoluto descaro. Aunque, naturalmente, Marías va más allá de señalar la mendacidad y la pieza contiene un brillante análisis de las estrategias más deleznables empleadas por los políticos para conseguir votos.
Pese a que no todas las semanas el autor trata asuntos de índole social o política, al leer seguidos los artículos se conforma una suerte de crónica de la etapa más dura de la actual legislatura de mayoría absoluta del PP (con un Gobierno, el del presidente Rajoy, que «ha hecho trizas