Notas de prensa

Gabriel García Márquez

Fragmento

 Notas de prensa

Índice

Notas de prensa

Un hombre ha muerto de muerte natural

Desventuras de un escritor de libros

Mis dos razones contra esta revista

Tonto útil, para servirle a usted

Los idus de marzo de la oligarquía

«Por qué no le creo nada, señor Turbay»

El fantasma del Premio Nobel (1)

El fantasma del Premio Nobel (y 2)

Seamos machos: hablemos del miedo al avión

El alquimista en su cubil

Del malo conocido al peor por conocer

La comisión de Babel

Telepatía sin hilos

El nuevo oficio más viejo del mundo

El cuento de los generales que se creyeron su propio cuento

Sí: la nostalgia sigue siendo igual que antes

Estas Navidades siniestras

Cuento de horror para la Nochevieja

Caribe mágico

Hay que salvar a El Salvador

25.000 millones de kilómetros cuadrados sin una sola flor

La poesía, al alcance de los niños

La enfermedad política de Reza Pahlavi

La mujer que escribió un diccionario

El Kissinger de Reagan

Remedios para volar

El amor en el aire

Un domingo de delirio

La larga noche de ajedrez de Paul Badura-Skoda

El río de la vida

Breve nota de adiós al olor de la guayaba

Punto final a un incidente ingrato

Mitterrand, el otro: el escritor

La última y mala noticia sobre Haroldo Conti

¿Quién cree a Janet Cooke?

«María de mi corazón»

Como ánimas en pena

La conduerma de las palabras

Mitterrand, el otro: el presidente

Vidas de perros

Fantasía y creación artística

En Chile como en Chicago

Algo más sobre literatura y realidad

Mr. Enders atraviesa el espejo

¿Una entrevista? No, gracias

Edén Pastora

Mi Hemingway personal

Breve nota de adiós al olor de la guayaba de Feliza Bursztyn

Torrijos

Fantasmas de carreteras

El cuento del cuento

El cuento del cuento (conclusión)

La desgracia de ser escritor joven

300 intelectuales juntos

La larga vida feliz de Margarito Duarte

«Los idus de marzo»

¿Quién le teme a López Michelsen?

Allá por aquellos tiempos de la Coca-Cola

Bogotá 1947

48 horas en Cancún

Georges Brassens

Un diccionario de la vida real

Nicaragua entre dos sopas

Los dolores del poder

«Cómo sufrimos las flores»

La peste

Recuerdos de periodista

El campo, ese horrible lugar donde los pollos se pasean crudos

Polonia: verdades que duelen

La realidad manipulada

España: la nostalgia de la nostalgia

Los 166 días de Feliza

«Cuentos de caminos»

Otra vez del avión a la mula... ¡Qué dicha!

Graham Greene: la ruleta rusa de la literatura

Mi otro yo

Las esposas felices se suicidan a las seis

El fantasma para el progreso

Crónica de mi muerte anunciada

EE.UU.: Política de suposiciones

Bangkok la horrible

«Peggy, dame un beso»

Con las Malvinas o sin ellas

Una tontería de Anthony Quinn

«El pez es rojo»

Un payaso pintado detrás de una puerta

Ésta es la historia, tal como me la contaron

La vaina de los diccionarios

Jurado en Cannes

Infidencias de un jurado en Cannes

Roma en verano

Lo que no adivinó el oráculo

La dura vida del turista

Está de moda ser delgado

El amargo encanto de la máquina de escribir

La noche caliente de Amsterdam

Los pobres traductores buenos

Y de la guayaba, ¿qué?

La vejez juvenil de Luis Buñuel

También el humanitarismo tiene su límite

Frases de la vida

El mar de mis cuentos perdidos

Terrorismo científico

El destino de los embalsamados

El avión de la bella durmiente

Beguin y Sharon, premios «nobel de la muerte»

Se necesita un escritor

El cuento después del cuento

Obregón o la vocación desaforada

Hemingway en Cuba

La cándida Eréndira y su abuela Irene Papas

Usa: mejor cerrado que entreabierto

La penumbra del escritor de cine

El lujo de la muerte

Bueno, hablemos de música

La literatura sin dolor

Cena de paz en Harpsund

Desde París, con amor

Felipe

Las veinte horas de Graham Greene en la Habana

Regreso a México

Sí: ya viene el lobo

Está bien, hablemos de literatura

Memorias de un fumador retirado

Historias perdidas

¿Para qué sirven los escritores?

El papa, en el infierno

El acuerdo de Babel

¡Manos arriba!

«Alsino y el cóndor»

Las Malvinas, un año después

Regreso a la guayaba

América Central, ¿ahora sí?

Con amor, desde el mejor oficio del mundo

La suerte de no hacer colas

Viendo llover en Galicia

¿Sabe usted quién era Mercè Rodoreda?

El Reino Unido los ha hecho así

Estos ascensores de miércoles

Cartagena: una cometa en la muchedumbre

Portugal, nueve años después

Valledupar, la parranda del siglo

«¿Qué hay de malo en la mala prensa?»

Nueve años no es nada

Contadora, cinco meses después

¿Qué libro estás leyendo?

Bateman

No se preocupe: tenga miedo

Esposas alquiladas

Jack, el desmesurado

Casi mejor que el amor

¿En qué país morimos?

Me alquilo para soñar

269 muertos

Aquel tablero de las noticias

Un tratado para tratarnos mal

Las glorias del olvido

William Golding, visto por sus vecinos

Pasternak, veintidós años después

Bishop

Cuentos de niños

Teodoro

El frenesí del viernes

¿Qué pasó al fin en Granada?

Náufragos del espacio

La historia vista de espaldas

El embrollo de la paz

Vuelta a la semilla

Variaciones

¿Cómo se escribe una novela?

Tramontana mortal

El argentino que se hizo querer de todos

Las trampas a la fe

Notas

Biografía

Créditos

Biografía

Gabriel García Márquez (1927-2014), nacido en Colombia, fue una de las figuras más importantes e influyentes de la literatura universal. Ganador del Premio Nobel de Literatura en 1982, fue además cuentista, ensayista, crítico cinematográfico, autor de guiones y, sobre todo, un intelectual comprometido con los grandes problemas de nuestro tiempo, y en primer término con los que afectaban a su amada Colombia y a Hispano

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