A mis hermanos
Somos figuras de una fábula.
JORGE LUIS BORGES
El espejo y la máscara
Al lector
Mi paisano Antonio Pereira, en mi opinión uno de los mejores autores de cuentos cortos que ha dado nuestra literatura última (y, sin lugar a duda ninguna, el más brillante narrador oral al que he tenido la suerte de escuchar), subtituló uno de sus varios libros, el titulado un tanto forzadamente (por la grafía a la que se vio obligado) Los brazos de la i griega, con la definición ambigua y nada ortodoxa de Doce cuentos y una novela brasileña. Los cuentos eran relatos de treinta o cuarenta páginas, mientras que la llamada novela brasileña era una simple noticia tomada de un periódico paulista en la que se relataba un incidente misterioso en el que aparecían comprometidos la mujer de un general o un coronel y un militar de menor graduación, pero, parece, de más vitalidad, a los que uno o varios desconocidos habían tiroteado mientras se encontraban en el interior de un coche en un descampado de las afueras de la ciudad. Como sugería Pereira, en esa breve nota periodística estaban contenidos todos los elementos de una novela, que sólo habría que desarrollar.
Con permiso de Pereira, que me lo dará, seguro, desde su sepultura en el cementerio de Villafranca del Bierzo, donde reposa desde hace poco tiempo, repito tan original idea para, sustituyendo el término novela por el de fábula, más acorde con el espíritu del relato con el que se cierra el libro, calificar esta recopilación de cuentos que comprende la mayoría de los que he escrito desde hace años y cuyo títul
