La sombra de Atila

Luis de la Luna Valero

Fragmento

Dramatis personae

Dramatis personae

AECIO: Flavio Aecio, último gran general romano. Derrotará a Atila.

AMALASWINTHA: Hija del rey visigodo Teodorico II. Vivirá una intensa historia de amor con Rekhiario (rey de los suevos), con quien contrajo matrimonio.

ARDARICO: Rey de los gépidos (tribu germana).

ÁSPAR: General bizantino de origen alano. Gran intrigante, trepa y oportunista.

ATILA: Se crio como rehén amistoso en Roma y Constantinopla, y acaba convirtiéndose en el kan de todos los hunos.

AVITO: Marcus Maecilius Avitus. General romano muy amigo de Aecio. Llegó a ser por un breve período, durante el año 456, emperador de Roma.

BLEDA: Hermano mayor de Atila.

CRISAFIO: Primer ministro del Imperio romano de Oriente, o Bizancio.

DAMA MING XIAO SUN: Primera concubina del emperador chino Xiao-Wendi.

EDECO: General huno y el mejor amigo de Atila.

ERNAC: Hijo menor y favorito de Atila.

EUDOCIA: Emperatriz de Bizancio, cuñada de Pulqueria.

EURICO: Rey visigodo, hijo de Teodorico I.

GALA PLACIDIA: Hija del emperador Teodosio el Grande. Madre del emperador Valentiniano III.

GENSERICO: Caudillo y primer rey vándalo.

HONORIA: Hija de Gala Placidia.

K’ANG-CHU: Kan de los pueblos ávaros que dominan Mongolia y cobran tributo a los chinos.

LEON I: Obispo de Roma, es el primero que utiliza la palabra «papa» como pontífice romano.

LICINIA EUDOCIA: Hija de Teodosio II de Constantinopla. Esposa de Valentiniano.

MARCIANO: General bizantino del que está secretamente enamorada Pulqueria, y futuro emperador de Oriente.

ODOACRO: n. 434, hijo de Edeco y de una mujer hérula. Depondrá al último emperador romano de Occidente Rómulo Augústulo en el año 476.

ORESTES: Romano prófugo, luchó al lado de Atila y fue uno de sus generales. Padre de Rómulo Augústulo.

PULQUERIA: Hermana del emperador Teodosio II. Es quien manda de facto en el Imperio bizantino. Su hombre de confianza es Saturnino.

RÉKHILA: Primer rey suevo de Hispania. Le sucede su hijo Rekhiario, que vivirá un amor apasionado con la visigoda Amalaswintha.

RÓMULO AUGUSTO: n. 460, hijo de Orestes. Último emperador de Occidente, depuesto en el año 476. Llamado Augústulo despectivamente.

TEODORICO I: Rey visigodo. Funda el reino de Tolosa. Le sucede su hijo Turismundo, y a este su hermano Teodorico II.

TEODOSIO II: Emperador de Bizancio, hermano de Pulqueria.

TIBATO: Caudillo de los bagaudas, casado con Berchama.

VALENTINIANO III: Emperador romano de Occidente.

WUCHOU: Chamán favorito de Atila y buen amigo suyo.

XIAO-WENDI: Emperador del reino chino Toba, que también era conocido por el nombre de Wei Bei.

Prólogo

Prólogo

La novela que ustedes tienen entre sus manos es una continuación de Hipatia de Alejandría y, sobre todo, de El triunfo de los bárbaros. Discurre desde el año 434 de nuestra era hasta la deposición del último emperador romano de Occidente, el malogrado Rómulo Augústulo, el año 476, a manos del hérulo Odoacro, hijo del mejor amigo y general de Atila, Edeco. Este acontecimiento constituyó el nacimiento de una nueva era, dado que puso fin históricamente a la Edad Antigua y dio paso a la Edad Media.

La acción gira, fundamentalmente, alrededor de la figura de Atila, cuya sombra era tan alargada que se extendía desde el centro de su poder en las llanuras húngaras hasta Hispania y la lejana China, ejerciendo una influencia absoluta en todos los acontecimientos que se desarrollaron en toda Europa y parte de Asia, aun cuando él no estuviera físicamente en todos los lugares donde se produjeron los hechos.

Sobre el caudillo huno desearía hacer algunas precisiones:

Atila no fue un salvaje sanguinario como la leyenda negra nos ha transmitido, en realidad fue una persona medio romana con cuerpo de bárbaro asiático que tuvo que asumir las obligaciones de un caudillo nómada y compaginarlas con sus aspiraciones y ambiciones de hombre latino. Educado en Roma y Constantinopla, la civilización le caló tan hondo que hablaba latín y griego, estudió retórica y ciencias, sabía escribir, por lo que no era, precisamente, un iletrado. La imagen de un Atila vestido con pieles, con la cabeza rapada luciendo una coleta, y con todos los atributos del salvaje, fruto de la imaginación del siglo XIX, no se corresponde con la realidad.

Aquí la tradición grecorromana también influyó poderosamente, por cuanto el ideario helenístico, acerca de los viajes y las personas que vivían en las tierras remotas e ignotas, que pintaba una realidad distorsionada dado que los bárbaros como contraposición a los griegos tenían que ser, forzosamente, salvajes iletrados que vestían ropajes con pieles, y tenían costumbres extravagantes y brutales. Reiteramos, ese fue el ideario helenístico que obligaba a sus autores a escribir esos relatos de viajes, hombres y costumbres adornados, hasta el extremo, por todo tipo de exageraciones y excentricidades, porque si aquellos contaban la verdad no eran creídos por unos lectores que deseaban relatos bizarros e inmoderados.

Además, su conducta política nos muestra a un extraordinario estadista con un gran sentido de la justicia hacia sus súbditos, que modernizó e hizo evolucionar a un pueblo nómada y primitivo que solo había alcanzado un alto nivel de desarrollo en el arte de la guerra, uno de cuyos máximos exponentes era un ejército muy especializado que no conocía rival en el ámbito europeo.

Atila, dotado de una gran inteligencia y preparación, condujo a su pueblo a los más altos logros, consolidando un inmenso imperio cuyas bases ya habían comenzado a asentar los kanes hunos que lo precedieron, entre otros su abuelo Octar, su padre Mundiuch y su tío Rugila.

Una única sombra oscurece su labor, desde el punto de vista de los hunos. Seguramente su dualidad personal «romano de educación y huno de nación», hizo que en ocasiones triunfara dentro de él la opción romana, dando rienda suelta a una oculta aspiración: ser alguien importante en el mundo romano... ¿acaso un emperador? Lo cual le impidió dar el golpe definitivo de la toma de Roma...

Es posible que Atila, sin saberlo, se convirtiera siendo un niño en un romano más, merced a la educación y preparación que recibió, y que tuviera que ma

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