Una cierta justicia (Adam Dalgliesh 10)

P.D. James

Fragmento

 

Título original: A Certain Justice

Traducción: M.ª Eugenia Ciocchini

1.ª edición: marzo 2007

© P. D. James, 1997

© Ediciones B, S. A., 2007

Bailén, 84 - 08009 Barcelona (España)

www.edicionesb.com

 

Diseño de portada: Estudio Ediciones B

Fotografía de portada: Getty Images

Diseño de colección: Ignacio Ballesteros

 

Depósito Legal:  B.19313-2012

ISBN EPUB:  978-84-9019-153-8

 

Todos los derechos reservados. Bajo las sanciones establecidas en las leyes, queda rigurosamente prohibida, sin autorización escrita de los titulares del copyright, la reproducción total o parcial de esta obra por cualquier medio o procedimiento, comprendidos la reprografía y el tratamiento informático, así como la distribución de ejemplares mediante alquiler o préstamo públicos.

 

 

 

 

 

 

Con cariño, a mis nietos,

Katherine, Thomas, Eleanor, James y Beatrice

 

 

 

Nota de la autora

 

 

 

 

 

Me siento muy agradecida a los amigos médicos y abogados que han dedicado una parte de su valioso tiempo a ayudarme a escribir este libro, en particular a la doctora Caroline Finlayson y sus colegas, así como a Alderman Gavin Arthur, cuyo oportuno asesoramiento sobre los procedimientos del Tribunal Central de lo Criminal en Londres me ha salvado de algunos errores involuntarios. Si quedara alguno, la responsabilidad es enteramente mía.

En una ingrata compensación por esta amabilidad, he tenido el atrevimiento de derribar parte de Fountain Court, en Middle Temple, para erigir mi imaginaria Pawlet Court, que he poblado de abogados sin escrúpulos. Algunos de los lugares de la novela, incluida la bella e histórica iglesia del Temple, son auténticos; todos los personajes son ficticios y no se han inspirado en seres reales. En efecto, sólo la febril imaginación de una escritora de novela negra es capaz de concebir que un miembro de la Honorable Sociedad de Middle Temple albergue sentimientos tan poco caritativos hacia un colega.

Estoy informada de que esta habitual declinación de responsabilidades ofrece poca protección ante la ley; aun así la incluyo porque es la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad.

P. D. JAMES, 1997

 

 

Contenido

Portadilla

Créditos

Dedicatoria

Nota de la autora

 

LIBRO PRIMERO. ABOGADA DE LA DEFENSA

1

2

3

4

5

6

7

8

9

10

LIBRO SEGUNDO. MUERTE EN LAS CÁMARAS

11

12

13

14

15

16

17

18

19

20

21

22

23

24

LIBRO TERCERO. UNA CARTA DESDE EL MUNDO DE LOS MUERTOS

25

26

27

28

29

30

31

32

33

34

35

36

37

LIBRO CUARTO. EL CAÑAVERAL

38

39

40

41

42

43

44

45

46

47

 

LIBRO PRIMERO

ABOGADA DE LA DEFENSA

 
 

1

 

Los asesinos no suelen avisar a sus víctimas. Esta muerte en particular, por terrible que fuera el último segundo de pasmosa comprensión, llegó misericordiosamente libre de terror anticipado. Cuando en la tarde del miércoles 11 de septiembre Venetia Aldridge se puso en pie para repreguntar al principal testigo del fiscal en el caso del Estado contra Ashe, sólo le quedaban cuatro semanas, cuatro horas y cincuenta minutos de vida. Después de su fallecimiento, las numerosas personas que la habían admirado y las pocas que la habían apreciado, al tratar de ofrecer unas palabras más personales que los trillados adjetivos de ira y horror, afirmaron que Venetia se habría alegrado de saber que su último caso de asesinato se había juzgado en el Tribunal Central de lo Criminal de Londres, escenario de sus victorias más sonadas; en concreto, en su sa

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