Naturaleza muerta (Inspector Pendergast 4)

Lincoln Child
Douglas Preston

Fragmento

Índice

Índice

Cubierta

Naturaleza muerta

Agradecimientos

Uno

Dos

Tres

Cuatro

Cinco

Seis

Siete

Ocho

Nueve

Diez

Once

Doce

Trece

Catorce

Quince

Dieciséis

Diecisiete

Dieciocho

Diecinueve

Veinte

Veintiuno

Veintidós

Veintitrés

Veinticuatro

Veinticinco

Veintiséis

Veintisiete

Veintiocho

Veintinueve

Treinta

Treinta y uno

Treinta y dos

Treinta y tres

Treinta y cuatro

Treinta y cinco

Treinta y seis

Treinta y siete

Treinta y ocho

Treinta y nueve

Cuarenta

Cuarenta y uno

Cuarenta y dos

Cuarenta y tres

Cuarenta y cuatro

Cuarenta y cinco

Cuarenta y seis

Cuarenta y siete

Cuarenta y ocho

Cuarenta y nueve

Cincuenta

Cincuenta y uno

Cincuenta y dos

Cincuenta y tres

Cincuenta y cuatro

Cincuenta y cinco

Cincuenta y seis

Cincuenta y siete

Cincuenta y ocho

Cincuenta y nueve

Sesenta

Sesenta y uno

Sesenta y dos

Sesenta y tres

Sesenta y cuatro

Sesenta y cinco

Sesenta y seis

Sesenta y siete

Sesenta y ocho

Sesenta y nueve

Setenta

Setenta y uno

Setenta y dos

Setenta y tres

Setenta y cuatro

Setenta y cinco

Setenta y seis

Setenta y siete

Setenta y ocho

Setenta y nueve

Ochenta

Epilogo

Biografía

Créditos

Acerca de Random House Mondadori

Este libro es una obra de ficción. Todos los nombres, personajes, lugares y hechos son fruto de la imaginación del autor o se emplean de manera ficticia. Cualquier similitud con sucesos, lugares, instituciones públicas o privadas, empresas o personas vivas o muertas es pura coincidencia.

Lincoln Child dedica este libro a su hija Veronica.

Douglas Preston lo dedica a Mario Spezi.

Agradecimientos

Lincoln Child desea dar las gracias al agente especial Douglas Margini por haberlo asesorado constantemente, tanto sobre las fuerzas del orden como sobre guitarras eléctricas. También quiero dar las gracias a mi primo Greg Tear y a mis amigos Bob Wincott y Pat Allocco por sus acertados consejos sobre el manuscrito. Victor S. me hizo el gran favor de darme algunos detalles necesarios. Quisiera expresar mi agradecimiento a las siguientes personas, por contribuir a que la vida de escritor no tenga que ser una vida de monje: Chris y Susan Yango, Tony Trischka, Irene Soderlund, Roger Lasley, Patrick Dowd, Gerard y Terry Hyland, Denis Kelly, Bruce Swanson, Jim Jenkins, Mark Mendel, Ray Spencer y Malou y Sonny Baula. Gracias, también, a Lee Suckno por sus múltiples atenciones. Por encima de todo, quiero dar las gracias por su amor y su apoyo a mis padres, Nancy y Bill Child, a mi hermano Doug, a mi hermana Cynthia, a mi hija Veronica, y en especial a mi mujer Luchie. Asimismo, desearía expresar mi gratitud y reconocimiento a mi pueblo adoptivo de Northfield (Minnesota), que —en el nostálgico catalejo de la memoria— conserva todo el encanto de los pueblos norteamericanos, pero evitando sus limitaciones.

Douglas Preston desea expresar su profunda gratitud a Bobby Rotenberg por la lectura del manuscrito y el acierto de sus sugerencias. A mi hija Selene le agradezco sus inestimables consejos, sobre todo para el personaje de Corrie. Estoy profundamente en deuda con Karen Copeland por su ayuda y su respaldo, ambos enormes. Y a Niccolò Capponi, gracias por tantas, y tan fascinantes, conversaciones literarias, y por sus excelentes ideas. Vaya mi gratitud a Barry Turkus, por llevarme in bici por las colinas toscanas, y a Jody, su mujer. También deseo dar las gracias a algunos amigos florentinos, por servir de contrapeso a muchas horas de soledad frente al ordenador. Son los siguientes: Myriam Slabbinck, Ross Capponi, Lucia Boldrini y Riccardo Zucconi, Vassiliki Lambrou y Paolo Busoni, Edward Tosques, Phyllis y Ted Swindells, Peter y Marguerite Casparian, Andrea y Vahe Keushguerian, y Catia Ballerini. También estoy profundamente en deuda con nuestro traductor italiano, Andrea Carlo Cappi, por su amistad, su defensa de nuestros libros y el acierto de sus consejos sobre esta novela en particular. ¿Cómo no mencionar, por otro lado, a la incomparable Andrea Pinketts? Por último, quiero expresar la mayor gratitud a mi mujer Christine y a mis otros dos hijos, Aletheia e Isaac, por haberme querido y apoyado siempre.

Y, como de costumbre, nuestra especial gratitud a una serie de personas sin las cuales las novelas de Preston y Child no existirían: Jaime Levine, Jamie Raab, Eric Simonoff, Eadie Klemm y Matthew Snyder.

Aunque hayamos situado la novela en el sudoeste de Kansas, tanto el pueblo de Medicine Creek como Cry County, y muchos otros pueblos y ciudades que aparecen en el libro, son ficticios o se usan de manera ficticia, como es también el caso de los personajes que los pueblan. No hemos vacilado en cambiar la geografía y la agricultura del sudoeste de Kansas al servicio de la ficción.

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