El cadáver (Gideon Crew 2)

Lincoln Child
Douglas Preston

Fragmento

content

Índice

El cadáver

Agradecimientos

Capítulo 1

Capítulo 2

Capítulo 3

Capítulo 4

Capítulo 5

Capítulo 6

Capítulo 7

Capítulo 8

Capítulo 9

Capítulo 10

Capítulo 11

Capítulo 12

Capítulo 13

Capítulo 14

Capítulo 15

Capítulo 16

Capítulo 17

Capítulo 18

Capítulo 19

Capítulo 20

Capítulo 21

Capítulo 22

Capítulo 23

Capítulo 24

Capítulo 25

Capítulo 26

Capítulo 27

Capítulo 28

Capítulo 29

Capítulo 30

Capítulo 31

Capítulo 32

Capítulo 33

Capítulo 34

Capítulo 35

Capítulo 36

Capítulo 37

Capítulo 38

Capítulo 39

Capítulo 40

Capítulo 41

Capítulo 42

Capítulo 43

Capítulo 44

Capítulo 45

Capítulo 46

Capítulo 47

Capítulo 48

Capítulo 49

Capítulo 50

Capítulo 51

Capítulo 52

Capítulo 53

Capítulo 54

Capítulo 55

Capítulo 56

Capítulo 57

Capítulo 58

Capítulo 59

Capítulo 60

Capítulo 61

Capítulo 62

Capítulo 63

Capítulo 64

Capítulo 65

Capítulo 66

Capítulo 67

Capítulo 68

Capítulo 69

Capítulo 70

Capítulo 71

Capítulo 72

Capítulo 73

Capítulo 74

Capítulo 75

Capítulo 76

Capítulo 77

Capítulo 78

Biografía

Créditos

Bio

Douglas Preston y Lincoln Child son coautores de diecisiete novelas, doce de las cuales pertenecen a la serie protagonizada por el agente especial del FBI Aloysius X. L. Pendergast. También escriben novelas por separado.

Lincoln Child es un apasionado de las motos, los loros exóticos y la literatura inglesa decimonónica.

Douglas Preston, en cambio, prefiere los caballos, el buceo, el esquí y la exploración de la costa de Maine en un barco de pesca.

Ambos autores invitan a sus lectores a visitar su web, www.prestonchild.com, y a registrarse para recibir el boletín de noticias The Pendergast File.

Créditos

Título original: Gideon's Corpse

Edición en formato digital: julio de 2014

© 2012, Splendide Mendax, Inc. y Lincoln Child

Edición publicada por acuerdo con Grand Central Publishing, Nueva York, Estados Unidos.

Todos los derechos reservados.

© 2014, Penguin Random House Grupo Editorial, S. A. U.

Travessera de Gràcia, 47-49. 08021 Barcelona

© 2013, Fernando Garí Puig, por la traducción

Diseño de la cubierta: Nicolás Castellanos

Imagen de la cubierta: © Shutterstock

Quedan prohibidos, dentro de los límites establecidos en la ley y bajo los apercibimientos legalmente previstos, la reproducción total o parcial de esta obra por cualquier medio o procedimiento, así como el alquiler o cualquier otra forma de cesión de la obra sin la autorización previa y por escrito de los titulares del copyright. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos, http://www.cedro.org) si necesita reproducir algún fragmento de esta obra.

ISBN: 978-84-01-34214-1

Conversión a formato digital: M. I. maqueta, S.C.P.

www.megustaleer.com

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Para Barbara Peters

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Agradecimientos

Los autores desean dar las gracias a Patrick Allocco, Douglas Child, Douglas Webb y Jon Couch por la inapreciable ayuda en ciertos aspectos de este libro.

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1

Gideon Crew estaba de pie junto a la ventana de la sala de reuniones y contemplaba el Meatpacking District, lo que había sido el barrio de los carniceros de Manhattan. Su mirada recorrió los tejados embreados de los viejos edificios reconvertidos en boutiques y restaurantes de moda, el nuevo parque High Line, abarrotado de gente, y los viejos y ruinosos muelles. Después contempló el río Hudson. Bajo el brumoso sol de verano el agua se veía cristalina, para variar; una masa azul que fluía corriente arriba empujada por la marea entrante.

El Hudson le recordó otros ríos que conocía, otros arroyos y torrentes. Su pensamiento se detuvo en uno situado en lo alto de los montes Jemez, y se deleitó al imaginar un remanso en cuyas tranquilas profundidades sin duda se ocultaba una gran trucha asalmonada.

Estaba impaciente por alejarse de allí, de Nueva York, de aquel enano arrugado llamado Glinn y de su misteriosa empresa, Effective Engineering Solutions.

—Me voy a pescar —anunció.

Glinn, recostado en su silla de ruedas, cambió de postura y suspiró. Sacó su tullida mano de debajo de la manta que le cubría las piernas. En ella sostenía un paquete envuelto en papel de embalar.

—Aquí tiene su dinero.

Gideon vaciló.

—¿Me paga? ¿Después de lo que hice?

—La verdad es que, teniendo en cuenta lo que me ha contado, el concepto del pago ha cambiado.

Glinn abrió el paquete, contó los fajos de cien y los dejó en la mesa de la sala de reuniones.

—Aquí tiene la mitad de los cien mil.

Gideon los cogió antes de que Glinn pudiera cambiar de idea. Entonces, para su sorpresa, el anciano le entregó la cantidad res

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