Índice
El cadáver
Agradecimientos
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37
Capítulo 38
Capítulo 39
Capítulo 40
Capítulo 41
Capítulo 42
Capítulo 43
Capítulo 44
Capítulo 45
Capítulo 46
Capítulo 47
Capítulo 48
Capítulo 49
Capítulo 50
Capítulo 51
Capítulo 52
Capítulo 53
Capítulo 54
Capítulo 55
Capítulo 56
Capítulo 57
Capítulo 58
Capítulo 59
Capítulo 60
Capítulo 61
Capítulo 62
Capítulo 63
Capítulo 64
Capítulo 65
Capítulo 66
Capítulo 67
Capítulo 68
Capítulo 69
Capítulo 70
Capítulo 71
Capítulo 72
Capítulo 73
Capítulo 74
Capítulo 75
Capítulo 76
Capítulo 77
Capítulo 78
Biografía
Créditos
Douglas Preston y Lincoln Child son coautores de diecisiete novelas, doce de las cuales pertenecen a la serie protagonizada por el agente especial del FBI Aloysius X. L. Pendergast. También escriben novelas por separado.
Lincoln Child es un apasionado de las motos, los loros exóticos y la literatura inglesa decimonónica.
Douglas Preston, en cambio, prefiere los caballos, el buceo, el esquí y la exploración de la costa de Maine en un barco de pesca.
Ambos autores invitan a sus lectores a visitar su web, www.prestonchild.com, y a registrarse para recibir el boletín de noticias The Pendergast File.
Título original: Gideon's Corpse
Edición en formato digital: julio de 2014
© 2012, Splendide Mendax, Inc. y Lincoln Child
Edición publicada por acuerdo con Grand Central Publishing, Nueva York, Estados Unidos.
Todos los derechos reservados.
© 2014, Penguin Random House Grupo Editorial, S. A. U.
Travessera de Gràcia, 47-49. 08021 Barcelona
© 2013, Fernando Garí Puig, por la traducción
Diseño de la cubierta: Nicolás Castellanos
Imagen de la cubierta: © Shutterstock
Quedan prohibidos, dentro de los límites establecidos en la ley y bajo los apercibimientos legalmente previstos, la reproducción total o parcial de esta obra por cualquier medio o procedimiento, así como el alquiler o cualquier otra forma de cesión de la obra sin la autorización previa y por escrito de los titulares del copyright. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos, http://www.cedro.org) si necesita reproducir algún fragmento de esta obra.
ISBN: 978-84-01-34214-1
Conversión a formato digital: M. I. maqueta, S.C.P.
www.megustaleer.com
Para Barbara Peters
Agradecimientos
Los autores desean dar las gracias a Patrick Allocco, Douglas Child, Douglas Webb y Jon Couch por la inapreciable ayuda en ciertos aspectos de este libro.
1
Gideon Crew estaba de pie junto a la ventana de la sala de reuniones y contemplaba el Meatpacking District, lo que había sido el barrio de los carniceros de Manhattan. Su mirada recorrió los tejados embreados de los viejos edificios reconvertidos en boutiques y restaurantes de moda, el nuevo parque High Line, abarrotado de gente, y los viejos y ruinosos muelles. Después contempló el río Hudson. Bajo el brumoso sol de verano el agua se veía cristalina, para variar; una masa azul que fluía corriente arriba empujada por la marea entrante.
El Hudson le recordó otros ríos que conocía, otros arroyos y torrentes. Su pensamiento se detuvo en uno situado en lo alto de los montes Jemez, y se deleitó al imaginar un remanso en cuyas tranquilas profundidades sin duda se ocultaba una gran trucha asalmonada.
Estaba impaciente por alejarse de allí, de Nueva York, de aquel enano arrugado llamado Glinn y de su misteriosa empresa, Effective Engineering Solutions.
—Me voy a pescar —anunció.
Glinn, recostado en su silla de ruedas, cambió de postura y suspiró. Sacó su tullida mano de debajo de la manta que le cubría las piernas. En ella sostenía un paquete envuelto en papel de embalar.
—Aquí tiene su dinero.
Gideon vaciló.
—¿Me paga? ¿Después de lo que hice?
—La verdad es que, teniendo en cuenta lo que me ha contado, el concepto del pago ha cambiado.
Glinn abrió el paquete, contó los fajos de cien y los dejó en la mesa de la sala de reuniones.
—Aquí tiene la mitad de los cien mil.
Gideon los cogió antes de que Glinn pudiera cambiar de idea. Entonces, para su sorpresa, el anciano le entregó la cantidad res