Una noche mágica (Friday Harbor 1)

Lisa Kleypas

Fragmento

 

Título original: Christmas Eve at Friday Harbor
 Traducción: Ana Isabel Domínguez Palomo y María del Mar Rodríguez Barrena
 1.ª edición: noviembre 2011

© 1995 by Lisa Kleypas
 © Ediciones B, S. A., 2011
 para el sello Vergara
 Consell de Cent, 425-427 - 08009 Barcelona (España)

www.edicionesb.com

ISBN EPUB:  978-84-666-4827-1

Todos los derechos reservados. Bajo las sanciones establecidas en el ordenamiento jurídico, queda rigurosamente prohibida, sin autorización escrita de los titulares del copyright, la reproducción total o parcial de esta obra por cualquier medio o procedimiento, comprendidos la reprografía y el tratamiento informático, así como la distribución de ejemplares mediante alquiler o préstamo públicos.

 

 

 

 

Para Ireta y Harrell Ellis

Por enseñarme lo que es el amor

Y por vivirlo todos los días.

Os querré siempre

 

L.K.

 

Prólogo

 

 

Querido Papá Noel:

Este año sólo quiero una cosa

Una mamá

Por favor no te olvides de que ahora vivo en Friday Harbor.

gracias

te quiere

HOLLY

 

1

 

Hasta la muerte de su hermana Victoria, Mark Nolan había tratado a Holly, su sobrina, con el cariñoso desapego de un tío soltero. La había visto en las reuniones familiares durante las vacaciones y siempre se había acordado de comprarle algo por su cumpleaños y por Navidad. Normalmente, tarjetas de felicitación. En eso había consistido su relación con Holly, y había sido más que suficiente.

Sin embargo, todo cambió una lluviosa noche de abril en Seattle, cuando Victoria murió en un accidente de tráfico en la I‑5. Dado que su hermana nunca había mencionado un testamento ni los planes que había hecho para el futuro de Holly, Mark no tenía ni idea de lo que le pasaría a su sobrina de seis años. El padre estaba desaparecido del mapa. Victoria nunca había revelado su identidad, ni siquiera a sus amigas íntimas. Mark estaba casi seguro de que su hermana no le había hablado al padre de la existencia de la niña.

Cuando Victoria se mudó a Seattle, se unió a un grupo bohemio, formado por músicos y otro tipo de artistas. Como resultado, mantuvo una sucesión de relaciones muy cortas que le proporcionaron toda la juerga creativa que ansiaba. Sin embargo, al final tuvo que admitir que el afán por realizarse como persona debía estar respaldado por un sueldo fijo. De modo que hizo una entrevista en una empresa de software y consiguió un puesto en recursos humanos, con un sueldo decente y unos beneficios sociales increíbles. Por desgracia, fue más o menos cuando descubrió que estaba embarazada.

—Es mejor para todos que el padre no se involucre —le dijo a Mark cuando le preguntó de quién se trataba.

—Necesitas que alguien te ayude —protestó él—. Qué menos que ese tío se haga cargo de su responsabilidad económica. Tener un hijo no es barato.

—Me las puedo apañar sola.

—Vicky... ser madre soltera no es moco de pavo.

—La idea de ser padre, de la manera que sea, te acojona —replicó Victoria—. Algo totalmente comprensible dada nuestra infancia. Pero quiero a este bebé. Y lo haré bien.

Y lo había hecho. Victoria resultó ser una madre responsable, paciente y cariñosa con su única hija, atenta sin caer en la sobreprotección. Sólo Dios sabía de dónde había sacado sus habilidades maternales. Seguro que eran instintivas, porque desde luego no las había aprendido de sus padres.

Mark sabía sin lugar a dudas que él carecía de instinto paternal. Razón por la que se llevó un susto de muerte al enterarse no sólo de que había perdido a su hermana, sino de que también había adquirido una niña.

Que lo nombraran tutor legal de Holly fue algo que no había previsto. Se sabía un hombre capaz de hacer muchas cosas y sabía que podía apañárselas en los imprevistos, pero de ahí a verse obligado a criar una niña... Eran palabras mayores.

Si Holly fuera un niño, habría podido hacer algo. No era tan difícil entender a los niños. El sexo femenino, en cambio, era un misterio. Hacía mucho tiempo que había aceptado que las mujeres eran complicadas. Decían cosas como: «Si no lo sabes, no pienso decírtelo.» Nunca pedían postre, y cuando pedían opinión sobre la ropa que ponerse, al final siempre elegían lo contrario de lo que se les sugería. Aun así, sin entenderlas, las adoraba. Le encantaba su carácter esquivo, su capacidad para sorprender, sus fascinantes cambios de humor.

Pero tener que criar a una... ¡Por Dios, no! Había demasiado en juego. Era imposible que él sirviera de ejemplo. Y guiar a una hija por el traicionero laberinto de una sociedad plagada de agujeros negros... No estaba preparado para hacerlo, ni muchísimo menos.

Mark y sus hermanos fueron criados por unos padres que veían el matrimonio como un campo de batalla y a sus hijos como peones para usar a su antojo.

Como resultado, los tres hermanos Nolan (Mark, Sam y Alex) estuvieron encantados de tomar cada cual su camino cuando alcanzaron la mayoría de edad. Victoria, en cambio, siempre había anhelado esa clase de relación que su familia nunca fue capaz de mantener. La encontró por fin con Holly, cosa que hizo que se sintiera muy afortunada.

Sin embargo, un volantazo mal dado, un charco en la carretera, una breve pérdida de control... y la vida que le quedaba

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